El agua ha sido tema de estudio de diversas disciplinas científicas y sociales. La historia es un ejemplo de ello. México es un claro paradigma de cómo los investigadores articulan este objeto de estudio en sus reflexiones y propuestas teóricas, abonando a la construcción científica de cómo el agua determina y actúa sobre la materialidad, la vida y la cultura del ser humano. En Guanajuato, según nos refiere César Federico Macías Cervantes, los estudios se han centrado sobre todo en las implicaciones del agua en el uso agrícola, el abasto de agua en algunas ciudades y las inundaciones históricas que ha sufrido Guanajuato. En tal sentido, la producción, si no es cuantiosa, sí es significativa. A ello han contribuido académicos como cronistas en distintos puntos geográficos del estado.
El libro En torno al agua. Tres visiones sobre el agua en la historia cotidiana de Guanajuato (La Rana, 2020) reúne tres ensayos que tres colegas del departamento de Historia de la Universidad de Guanajuato escribieron a propósito de un grupo formado por ellos mismos para trabajar en forma estructurada en un proyecto compartido cuyo propósito básico fue el de facilitar el dialogo constante en torno a la importancia del agua en la historia y la contemporaneidad de este estado. Los textos presentados ahora, enriquecidos por las reflexiones y datos compartidos, se presentan como producto de ese encuentro. Parten de las culturas prehispánicas, la infraestructura hídrica del paisaje, las sociedades guanajuatenses de la mitad del siglo XX, hasta los sucesos noticiosos que han impactado la política del agua en años recientes. “Este texto busca contribuir, entre tantas posibilidades, al entendimiento de las formas en que la humanidad ha dispuesto y se ha relacionado con el agua en el territorio guanajuatense. Los resultados requieren ampliarse y necesitan de la mirada de la sociedad por ser un tema que debería interesar a todos”, afirma Macías Cervantes en su prólogo.
En el ensayo “El agua, recurso estratégico. La vuelta a su gestión colectiva”, Francisco Javier Martínez Bravo, rastrea lo que él llama la huella hídrica (vestigios del uso material y simbólico del agua en la arqueología) en la tradición cultural Chupícuaro, destacando la importancia que ésta tuvo en el diseño e la cerámica y en la vida misma comunitaria, gestionada a partir de un uso social que nunca conoció de la privatización de este recurso. Sostiene que hay elementos para pensar que esta cultura tuvo un mundo de vida “fluvial-lacustre-palustre”. El texto avanza hacia el reconocimiento de que son los pueblos originarios los tienen una relación más estrecha con el respeto al agua como recurso de vida, por lo destaca que la gestión comunitaria del agua que han hecho históricamente estos pueblos parece ser la más viable y sobre todo ética.
En el ensayo “Arquitectura del agua. Acámbaro y su acueducto, primeras obras de infraestructura hidráulica en Guanajuato”, por medio de una interdisciplinar entre arquitectura, ingeniera hidráulica e historia, José Luis Lara Valdés, rastrea los orígenes de esta construcción, dándonos notas contemporáneas a su edificación, así como los procesos territoriales que debieron llevarse a cabo. El tema se lleva hasta épocas recientes en que el acueducto pasó de manos de religiosos y de la responsabilidad de los cabildos indígenas al gobierno municipal. Una galería de fotos ilustra y contextualiza la información y nos acerca a varios tópicos tratados a lo largo del texto.
En “Aguas que nos has de beber”, César Federico Macías Cervantes, rastrea notas periodísticas aparecidas de enero a mayo de 2015 en el periódico Correo, relativas al agua para comentarlas y discutir los problemas políticos, económicos, ecológicos y sociales relativos a ésta que han afectado a diversos municipios de Guanajuato y han acaparado la atención no sólo de medios, sino de la ciudadanía y las instituciones de gobierno. La postura que subyace es el respiro al agua, que si no hemos de aprovecharla y cuidarla como es debido, es mejor que la dejemos correr…
Les dejamos un extracto del primer ensayo, para que el lector pueda apreciar lo que podrá encontrar en este libro.
- “El agua, al parecer, llegó a nuestro planeta en el proceso formativo para integrarse después a la maquinaria hídrica del ciclo del agua. Es en este sentido un rasgo de la naturaleza, sucedido entre dos mil y tres mil millones de años atrás.
Interesa, sin embargo, resaltar que es la especie humana, mediante su praxis, la que llega a constituir este rasgo de la naturaleza en un recurso natural y, más aún, en un recurso natural estratégico. En efecto, el ser humano, cuya corporalidad está integrada en su mayoría por agua, es más que agua y más que sólo vida y más que solamente vida individual. Es un ser gregario que –a lo largo de esos tres millones de años que tiene como especie sobre la faz de la Tierra– ha desarrollado estrategias y tecnologías para abastecerse de aguas, para la satisfacción de diferentes necesidades. La más imperiosa de ellas es beber. Es decir, responde al déficit del líquido, déficit que significa un factor negativo que pone en riesgo la vida misma del sujeto. Sale al encuentro de esta negatividad que se manifiesta como sed y es traducida como deseo de beber agua.
La especie humana ha dedicado tanta energía y tiempo que, incluso, ha creado –la humanidad es creadora por antonomasia– un universo paralelo a la materialidad de su subsistencia: ha formulado un mundo simbólico en torno a las aguas, este rasgo natural constituido en un recurso natural estratégico.”