Berardo Govea (León, 1982) se describe en su página oficial de Facebook como “Contador de historias, tanto orales como escritas. Escritor y narrador oral escénico”. Ha contado sus historias a lo largo de diversos estados del país y es además autor de una novela que ha sido muy leída por la juventud escolar guanajuatense: Tengo un pato en el bolsillo (2017). Sus intereses por la literatura infantil y juvenil se diversifican también en el estudio académico, dentro del cual cuenta con dos tesis de grado (es maestro en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato), la segunda de ellas de título La muerte en segunda persona, publicada en forma de ensayo por la editorial Los otros libros. Bernardo se da un tiempo en su apretada agenda para contestar esta entrevista acerca de estas labores e intereses.
1.- ¿Cómo fue tu infancia?
Trataba de jugar todo el tiempo. No me gustaba la escuela; llegué incluso a odiarla.
2.- ¿Cómo fueron tus primeros acercamientos con los libros y la lectura?
Me gustaba ojear, para ver las imágenes, unas historietas que adaptaban los textos clásicos juveniles: De la tierra a la luna, Moby Dick, Tom Sawyer, Gulliver, etc.
3.- ¿Cuándo y por qué empezaste a escribir?
A los 9 años vi un programa de televisión que explicaba cómo se hace el cine. Pensé que sería buena idea juagar a hacer cine con mi playmóbil, es decir que lo monitos hicieran su propia película, entonces los convertía en director, camarógrafo, maquillistas y, por su puesto, actores. El guionista era yo. Llegue a escribir más de 20 guiones. Digo guiones, pero en realidad eran pequeñas historias que los juguetes actuarían.
Me gustaba jugar a que sucedían muchas intrigas en el set de grabación y que el director se enojaba mucho con sus actores por no hacer bien el trabajo.
Me encantaba jugar a esto todo el día.
4.- ¿Qué te llevó a estudiar una licenciatura en Letras Españolas?
Juan Clemente Gil, profesor de un taller de creación literaria que tomaba, me explicó que se trataba de leer muchos libros y comentarlos. Pensé, caray, si eso en verdad existe yo lo quiero. Entré a la licenciatura a los 22 años, antes había estudiado en 5 preparatorias diferentes y hecho un intento en una técnica de contabilidad. Como contador no me fue mal, incluso llegué a trabajar como auxiliar en las oficinas del club de futbol León. Estudiar letras fue una buena decisión. Dejé de odiar la escuela.
5.- ¿De dónde surge tu pasión por la literatura infantil?
Porque es en su mayoría de espíritu lúdico, puedo seguir jugando sin que nada me interrumpa. La auténtica literatura infantil y juvenil nada tiene que ver con lo educativo, moralizante, las lecciones o las enseñanzas.
6.- ¿Puedes contarnos cuál fue tu investigación para obtener el grado de licenciado en Letras?Sobre la relación palabra-imagen en un poema de Jairo Aníbal niño, “¿Qué es el tigre?”, incluido en su libro El Preguntario. Se trata de un poemario con una estructura de libro álbum.
7.- ¿Qué ofrece en tu opinión la lectura a los niños que otras actividades no le brindan?
La posibilidad de generar un espacio para el autodescubrimiento, es decir, conocer lo propio y cercano y, a la vez, el descubrimiento de lo distante y ajeno. Pero esta posibilidad te la ofrece el arte en general. Quizás en la lectura sólo se integra la impronta de la soledad. Ella es fundamental para descubrir y reconocer.
8.- ¿Cómo te iniciaste como cuentacuentos?
Por casualidad. Tenía que leer un cuento delante de un grupo de personas, pero preferí contarlo. Antes había tomado un taller de teatro con Javier Avilés, donde no me había ido mal y sentí confianza. Alguien me vio contar y me invitó a tomar un taller donde trabajaría técnicas para la narración oral; me ofreció una beca. Eso fue en el 2001. Después fue un asunto de terquedad y constancia. Ignoro por completo dónde comienza lo uno y termina lo otro.
9.- ¿Qué es lo más difícil de trabajar con un público infantil?
Que los adultos suelen no tomar en serio tu trabajo. Que los adultos piensan que debes educar a sus hijos. Que los adultos no quieren pagar lo justo. Que los adultos no entienden las historias cuando no terminan con final feliz.
10.- ¿Qué es lo que más disfrutas de tu relación con los niños?
Estar al tú por tú.
11.- ¿Cuál es la historia de tu libro La muerte en segunda persona?
Se trata de un grupo de ensayos sobre libros para niños y jóvenes que disfruté muchísimo leer. Cada uno de los personajes que ahí aparecen me ayudó a descubrir mis mundos internos y externos. De cierta manera escribí sobre mis amigos y de la forma tan peculiar en que han experimentado la soledad y la muerte.
12.- ¿Cómo debe prepararse un cuentacuentos profesional?
Encontrar una voz, modularla, entonarla, exaltarla y convertirla en dos, tres, cuatro, cinco voces más, entre más diferentes una de otra mejor, cambiarles el sexo, la edad, la personalidad.
Conocer el cuerpo, aprender a moverlo, a caminar, saltar sin saltar, correr sin correr, bailar sin bailar, dibujar con él, contar con el cuerpo. Deshacerlo y volverlo a construir, entre mayor número de veces en un cuento mejor. Después de todo eso aprender a contar con los silencios. En ellos estará lo verdaderamente significativo de una historia. Por último, o acaso lo primero que debe hacer, es desconfiar de todo lo que algunos mercenarios dicen respeto al tema del fomento a la lectura.
13.- ¿Cómo ha afectado o modificado la pandemia tu campo de acción profesional?
La narración oral es un arte escénico y comparte raíces con el teatro y la danza. Debido a la pandemia la narración ha ganado un nuevo aliado, el lenguaje audiovisual. Las posibilidades son demasiadas. Hay que explorarlas.
14.- ¿Puedes contarnos de tu incursión en el cine?
En el 2003 gané el concurso estatal de cuento para niños. Con el premio me compré una cámara HD Sony. La única que he tenido. Grabé muchas cosas, experimentos en su mayoría, incluso burdos intentos de Stop Motion. Los mejores actores son los de Stop Motion; no sobreactúan. En 2010 me fui a vivir a Toluca porque quería hacer cine. Renuncié a muchas cosas; con 750 pesos y mi cámara HD, ya obsoleta para entonces, hice el viaje. Fracaso total, pero fue súper divertido. Desde entonces he grabado algunos cortos, escrito muchos guiones de corto, algunos de largometraje. Llegaron festivales, un par de becas y un par de reconocimientos. Me gusta mucho, sin duda, grabaré más.
15.- ¿Cuáles son los defectos que encuentras en las nuevas generaciones de niños?
No sé: no distingo nada en comparación con otras generaciones. Desde que el mundo es mundo ha habido niños geniales y niños insoportables, pero arriba del escenario no distingo los unos de los otros, todos se ven igual.
16.- ¿Cuáles son tus libros favoritos?
La bruja y el espantapájaros, El tambor de hojalata, La ira de las uvas, Trilogía de Nueva York, Trucas, Elvis Karrlson, Tengo un monstruo en el bolsillo, Palinuro de México, Moby Dick, De la tierra a la luna, El Horla, Lentejuelas, Matar un ruiseñor, En el camino, El beso de la mujer araña.
17.- ¿A qué autores mexicanos contemporáneos de Literatura infantil y Juvenil admiras y por qué?
Gedovius, Gabriel Pacheco, Toño Malpica y Antonio Ramos Revillas. Comprometidos con los discursos literarios y narrativos, además congruentes con su trabajo.