Este pasado domingo se presentó de manera virtual el nuevo libro, de una cadena ya significativa, de J. Antonio Aguilar Ramírez (Salvatierra, 1994), uno de los talentos literarios jóvenes más constantes radicados en la ciudad de Celaya, Guanajuato, dedicado principalmente a la narrativa fantástica, habiendo inaugurado su carrera con El devorador de estrellas (2018). En esta ocasión nos entrega El exiliado, una novela con bastante humor y al mismo tiempo rudeza, la cual constará únicamente de una versión digital, misma que fuera lanzada a través del canal de YouTube “Diálogos de escritura”, por la editorial Curva Dispuesta, especializada precisamente en libros en este formato. La editorial está vinculada directamente a la revista Párrafo por letra, dirigida por Trodos Mercado, cuyo nombre de pluma es Trodos Canbol (Trodos es también fundador tanto de la revista como de la editorial, y asimismo el promotor de los libros que produce); revista que reside en la dirección: https://parrafoporletra.wordpress.com/ y presenta de manera regular, cada semana, ediciones que son a veces libros, entre las cuales el libro de Aguilar Ramírez es la entrega núm. 24 y el octavo libro. Se puede adquirir únicamente solicitándolo al correo electrónico parrafoporletra@gmail.com por un costo de $95.00 todo este mes por motivo de estreno, luego de cual su precio será de $120.00, diferencia que no es por nada significativa y seguro permitirá a los seguidores del autor eventualmente hacerse de su copia. El libro incluye su propio sound and video track, con temas clásicos de diferentes bandas y directores de cine. Al final de la edición, el lector encontrará una breve entrevista con el autor hecha por la dirección de la editorial, a través de la cual el lector se sentirá más cerca del proceso creativo del autor en este trabajo.
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El autor, quien figura en Facebook como Chinaski Lecter
Cabe destacar que, en tanto solo tres días de preventa, se vendieron cerca de una cincuentena de ejemplares, lo cual significa, en palabras del autor, “una muy buena recepción”. Y la venta apenas se ha abierto oficialmente luego de la presentación cuya duración fue de 1 hora con 35 minutos; y se espera que, tras la campaña publicitaria, el libro se reafirme como todo un éxito de ventas.
El autor reveló en el evento que esta historia empezó a ser escrita hace unos diez años, teniendo como título original Una historia interesante, y era sólo el inicio y el final de la versión actual. Fue a partir de una convocatoria de Penguin Random House, en la que se solicitaban 120 páginas a doble espacio, que el autor decidió ampliarla, usando su usual técnica de mezclar ficción con los aconteceres de su vida. Aunque sólo tenía estimado un mes (dos semanas para escribir lo nuevo y dos para corregir); y aunque entonces trabajaba doce horas corridas, llegaba emocionado a ocuparse de su proyecto, dándose la libertad de no ser “tan formal”, abandonando la oscuridad, el suspenso y el misterio de sus anteriores novelas y usándose a sí mismo como modelo del narrador, pero ya sin las máscaras literarias que empleó en sus trabajos anteriores. Por ello el protagonista es un escritor viviendo sus altibajos, que reclama a sus compañeros de diégesis y vive un sinfín de situaciones inusitadas, deseando no involucrarse en ellas, aunque de manera fatal le es imposible, mientras al mismo tiempo se enfoca en su particular situación amorosa. Un personaje “quebrado y dolido” al que se le aparece un vampiro, es testigo de una masacre en un club de table dance y observa los modus operandi de la mafia rusa y japonesa, sin que nada de eso le cause más que un poco de sorpresa, pues lo principal para él es enfrentar el trago amargo de su divorcio. Lo que según el autor remite a la idea de que a veces estamos inmersos en situaciones muy insólitas sin darnos cuenta de ello, ya que vivimos presas de nuestros problemas, enfocándonos en mirar el mal, pero no las bendiciones que también nos rodean desde que despertamos al día. Por ello estos personajes, aun siendo irreverentes, se resquebrajan inevitablemente ante las situaciones inesperadas.
El autor supone en este arco que va de su primera novela, escrita a sus 22 años (momento en que recibió tanta atención de otros escritores y de la prensa) a ésta, una evolución tanto como persona como escritor. En primer lugar porque ha dejado el vicio del alcohol que lo azotó años y ha vuelto a abrazar su fe religiosa, pero también porque ha asumido nuevos retos temáticos y estilísticos libres de prejuicios estéticos (como giros inesperados que evitan la planitud de la historia y van proponiendo nuevos escenarios sumatorios, partes textuales que tienen la forma de noticias que van intercalándose y modelos caracterológicos tomados de la vida real que producen la crítica social, complejizando la estructura inspirada en otras narrativas tanto literarias como cinematográficas atesoradas, pero reelaboradas a partir de una atención particular y unos proceso intelectuales reflexivos muy conscientes). En este sentido, la propia madurez del autor se ve proyectada de modo indefectible en el protagonista de la obra con sus diversos elementos autobiográficos: tan así que el protagonista se llama, al igual que el autor, Antonio. El autor confiesa que trabajó suficientes partes de la escritura de esta novela al ritmo de la emoción con que la música lo impregnaba y de las atmósferas que le creaban, tan así que tecleaba de forma rápida o arrobada. Respecto a ese joven Antonio real de 22 años, el autor se ha permitido criticar, mediante los mecanismos del humor, la grandilocuencia con que de repente lo cegó el éxito que le dio volverse desde el inicio una figura literaria seguida y leída tanto en su región como eventualmente fuera del país (“escribir me ha llevado a lugares que nunca hubiera imaginado”, mencionó) y volver a asumirse como “una persona igual a las otras”, lo que sabe ahora que de eso nunca estuvo eximido. A tal grado es el parecido entre el narrador-protagonista y el autor mismo, que sus conocidos y allegados podrán reconocerlo inmediatamente: “podrán reconocer que soy yo”, dijo textualmente el autor.
Sin dejar ser espontáneo, Aguilar Ramírez expuso en suficientes momentos unas disertacones profundas que, ya muy lejos del narcisismo muy propios del artista juvenil, delatan esa madurez:
“No hay ninguna diferencia entre escribir un libro o en pintar un cuatro o componer un soneto… No tiene nada, ¡nada!, de diferencia a una madre soltera que se levanta a las cinco de la mañana a romperse la madre por sus hijos. […] No tienen nada de diferencia un escritor o un artista a un padre de familia que trabaja doce horas en al campo para llevarle algo de comer algo a sus hijos, ¿no? A un maestro que enseña, a un doctor… ¿Sí me entiendes? Creo que todos tenemos nuestra misión en nuestra vida, nuestro propósito… […] A lo mejor, la mayoría de las personas están metidas en esa burbuja de… no quiero llamarlo conformismo, pues… sino que no tuvieron oportunidad de explorarse a sí mismos, de saber qué era lo que en verdad querían con su vida. No tuvieron esa oportunidad; y ahora necesitan jubilarse a los sesenta en una fábrica porque, pues, así la vida los llevó por ese lado… Entonces, todo esto del intelectualismo […] y “yo soy más inteligente […] y “tú eres más tonto que yo”… son cosas muy, muy tontas, cosas muy bobas que yo antes creía también. O sea… […] la misma inteligencia que tú tienes para leer y para ser escritor ellos la tienen pero en otro ramo: eso quiere decir que no sean inteligentes; ¿sí me entiendes…? Creo que ése es a el peor error que a veces cometemos: humillar a una persona por sus gustos o por sus hábitos y compararse con ellos cuando sabemos que todos tenemos un diferente tipo y de clase de vida que hemos llevado a cabo… y cada quien vive por sus medios cómo uno puedes, ¿sí me entiendes?”
“Lo importante es seguir siendo niños aunque seamos adultos con responsabilidades […] Creo que lo importante también es no fallarle a ese niño interior que todos tenemos […] Esa chispa no se debe perder nunca.”
“La carrera del escritor es muy solitaria haciendo su trabajo, pero creo que es una necesidad empezar a crear una comunidad de escritores y artistas sin querernos comparar, porque es muy… es imposible compararnos, ¿no? Como personas y como artistas nunca nos deberíamos de comparar con otros. Ehh… cada quien tiene su recorrido, cada quién tiene sus ideas y debemos de respetarlas. Mientras ellos no nos invadan a nosotros, nosotros no tenemos por qué invadir los pensamientos y las acciones de los demás… Es algo que es difícil de entender; pero debemos irlo aceptando para tener esta escena artística […] como a una comunidad. Cuando los escritores y los artistas dejen de verse como competencia, el arte en verdad va a ser importante en la vida… A veces muchas personas artistas no quieren ver triunfar al otro y lo destruyen para que no vuelva a escribir, para que no vuelva componer, para que no vuelva a pintar; y creo que eso es lo peor que le puede pasar al arte: un artista de esa índole. Entonces, debemos hacernos la idea de que todos somos creadores… de nacimiento… y la mayoría somos artistas, ¿eh?… sea lo que sea que hagas, son un arte la mayoría de cosas que se hacen… Mientras no le bajemos el volumen al ego, mientras no le bajemos el volumen a esa vocecilla que nos dice que somos mejores que los otros por ‘tener más likes’, que somos mejores que los otros por vender más libros […] y no reconozcamos la labor de los demás… no va a crecer el arte en México y el arte es muy importante para los seres humanos en la vida cotidiana. Y la mayoría de veces el arte no llega a las personas comunes y corrientes porque el mismo artista ahoga a otro artista. Entonces cando hagamos esta comunión, esta sociedad, el arte va a salir a flote que ésa es nuestra misión.”
“Inclusive yo, a través de este tiempo que he vivido estas situaciones difíciles, me he dado cuenta, reflexionando todo desde mi infancia… Me he dado cuenta que ese don que yo tengo, por si quieres llamarlo así: este don de la escritura […] ni quiera me pertenece. O sea, nada nos pertenece. Yo ahorita veo que soy un recipiente y la inspiración baja… no sé de dónde… Viene de Próxima Centauri o de Dios o de la Virgen: no sé… o de los demonios… No sé. Como lo quieran ver. Pero hay algo que llega a mi cabeza y empieza como a construir todo esto y na’ más lo saco. […] O sea… pero si te pones a pensar…”
J. Antonio Aguilar Ramírez confiesa que siempre ha sido muy apegado al formato del libro en papel y no había sido tan gustoso de leer en el celular, pero por adaptabilidad se ha abierto a otro tipo de soportes para la literatura. Entonces consideró sus ventajas en relación con su medio social inmediato, pero también respecto de sus lectores. El resultado del archivo digital de la edición presentada el domingo le pareció tan profesional y “genial” que lo sorprendió a un grado que nunca se lo hubiera imaginado, quedando “muy contento”, “sin poder pedir más”. Sabe ya la necesidad de irse acoplando a las nuevas dinámicas sociales y mediáticas de la divulgación y promoción de la propia obra literaria. Existe la posibilidad, de otro modo, de quedarse en pasado, estancado, dijo.
El autor hacia al final de su presentación aludió a los beneficios de publicar un libro digital en esta época, tanto por su accesibilidad como por lo costoso y difícil que puede ser imprimir un libro si aún no cuentas con suficiente “nombre” o reconocimiento o ya siquiera el hecho de ser conocido como escritor dentro de tu comunidad inmediata. Refirió también la gratitud que siente no de la admiración sino de la retroalimentación que sus lectores le dan tras leer su obra y gozarla. En todo caso los lectores que ya leyeron su nuevo libro han reconocido el sentido del humor del autor como nota distintiva clave, mismo humor que dice el autor tener en su personalidad actual (ya no azotada ni masoquista como lo llegó a ser) y el cual le encanta extender para hacer reír a los demás; por lo cual decidió explotarlo, saliéndose de su zona de confort, en El exiliado como recurso retórico, dejando también de momento el tono depresivo y oscuro con el que muchos lo identificaron como narrador. Destacó también lo fácil que es leer su nueva obra, que hasta es posible hacerlo de una sentada.
Por su parte, el editor cerró la sesión insistiendo en la necesidad del escritor de “no traicionarse así mismo” y ser “fiel a su esencia”, lo cual encuentra en El exiliado y supone el “respeto y honestidad que el lector que merecen” Destacó los ocho libros publicados bajo su sello cuyos autores han sido colaboradores de la revista asociada, pero dejó la recepción abierta a autores externos que confíen en su trabajo. También anunció una aproxima revista de hip-hop con entrevistas muy valiosas de artistas del género conocidos de la región.
Finalmente, es conveniente referir que el arte de la portada pertenece a Raúl Aboytes, quien hizo también las portadas de todos los anteriores libros de autor, de quien se destaca su versatilidad para trabajar tanto técnicas tradicionales como aquellas producidas por las nuevas tecnologías. Dejamos la portada como invitación a la adquisición y lectura del libro (el cual llegará como promesa con una dedicatoria personalizada del autor), así como su eslogan publicitario: “Tú no controlas tu destino…”
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