En esta ocasión tenemos el gran gusto de compartirles un comentario interpretativo y crítico de la artista Cintli Canul Damas sobre un hermoso mural naif que, luego del deterioro de la pared donde estaba pintado y su vandalización con rayas o placas de grafitis sufrió daños importantes. Llegó un momento en el que estaba bastante empolvado y no tenía la significación requerida para la comunidad, pues solía pasar que muchachos orinaran en ese pedacito de lote abandonado donde se ubicaba el mural. Lo digo así porque hace apenas unas semanas el mural seguía allí. Cuando este reportero fuera el día de ayer a visitar el mural pretendiendo tomarles unas fotografías para hacer una comparativa entre 2016, año en que se tomó la fotografía incluida nota y la actualidad, encontró que ahora está otro mural, de mucha menor calidad, en el que se nota la falta de técnica y destreza. El lector que reconozca este mural quijotesco podrá observar que es del mismo estilo de colores brillantes y un cierto aire de infantilidad artificial que otro que se encuentra en una pared del Jardín Embajadoras, y se puede apreciar desde la famosa parada de camiones, lo que hace pensar que es del mismo autor. Este segundo mural aún se conserva. Cintli Canul Damas (Río Verde, S.L.P, 1988) es egresada de la carrera de Artes Plásticas de la Universidad de Guanajuato. Tomó clases de pintura y escultura en Quintana Roo. Explora la trasmisión de la sensibilidad ecológica en sus sobras. Ha exhibido en diversas exposiciones colectivas e individuales; asimismo ha participado en numerosos eventos artísticos y culturales, tal como el Conversatorio de Artistas de la Casa del Coleccionista-Katacumbas, celebrado en septiembre de 2022.
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Este mural, que se encuentra a un lado de la parada del camión, cerca de la entrada del túnel Tamazuca [en el Centro de la ciudad de Guanajuato], sobre la calle que sale de la vialidad subterránea, en la ciudad de Guanajuato, representa un pasaje del famoso Don Quijote de la Mancha, abstraído ante cinco molinos de viento; cuatro de los cuales son los “malos” por así decirlo, pues se muestran con ojos enojados o dientes puntiagudos y en algunos casos hasta garras. Haciéndoles frente, el Quijote va avanzando con decisión y seguridad sobre su caballo. Cuidándole la espalda se encuentra Sancho Panza, montando también, y con una sonrisa en el rostro a pesar de que, por la posición de los brazos y manos, parece temer.
Con colores planos, entre primarios y secundarios, además de líneas rápidas, se desarrolla el primer plano de esta pieza que se sostiene sobre contornos negros que, a juzgar por la calidad de las líneas que contornean las figuras, fueron un trazo rápido: se ve cómo en algunos casos la pintura escurre y no es constante en todas las figuras, poniendo al espectador entre la decisión de pensar si es una pieza a la que le faltó tiempo de trabajo o si la sinceridad de no pretender seguir tendencia contemporánea alguna está en el límite.
Lo primero que llama la atención de este mural son los colores tan brillantes y puros que transmiten −a pesar del concepto de la escena, pues representa un enfrentamiento− la sensación de juego infantil, pues el brillo que permite la ausencia de sombras en la obra establece un equilibrio de la escena a partir de la sombra de la mente del Quijote ante la realidad, al parecer diferente a la de Sancho y la luz; lo que ser un héroe dentro de su propia realidad revela, luz que se transforma en el color vivo y brillante que este mural contiene.
A pesar de que aún se puede apreciar la brillantez del mural, la realidad es que le falta mantenimiento, pues en la parte inferior, posiblemente a causa de la lluvia, parte de la pared se ha ensuciado con tierra y otra parte se ha caído. Lamentablemente ninguna de las autoridades de cultura o de gobierno se ha hecho cargo de él o le han prestado atención. El mural interactúa únicamente con los habitantes que día a día toman su camión en la parada que le antecede, haciendo de sus formas y luz, silenciosamente, parte cotidiana de sus vidas.
El mural supradicho, cuyo nombre (si lo tiene) y autoría es desconocida.
Cintli, la artista que escribiera este texto crítico a petición de este periodista