Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han encontrado bacterias coliformes fecales en el agua que venden pequeñas empresas purificadoras. Por lo que plantearon la necesidad de regular la operación de estos negocios, previa auditoría. Esto en el sentido de que en los últimos lustros este tipo de negocios han ido proliferando, sin que exista un reglamento sanitario con el cual se pueda evaluar la calidad y pureza de su servicio
La investigación se llevó a cabo en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) y estuvo a cargo de Jorge Francisco Cerna Cortés, con la colaboración de Jorge Alberto González y Merchand, Jefe del laboratorio de Microbiología Molecular. En ella se señala que un alto porcentaje de la población de la Ciudad de México consume agua con estas características. Y es que esta es la zona del país donde más existen estos establecimientos, llegándose a encontrar una o incluso dos por colonia. En el caso de la ciudad de Guanajuato existe una muy popular llamada Purificadora Tepetapa, ubicada en la subida a las momias, la cual tiene momentos de demanda y otros días donde apenas llega gente. Sin embargo, según explicó su anterior gerente, que falleciera hace unas semanas, sí recibía visitas para examinar el lugar. Al cierre de esta nota, el costo del garrafón rellenado allí cuesta 20 pesos.
“Por un costo relativamente bajo adquieren los equipos e instalan empresas purificadoras inclusive en casas particulares sin las condiciones adecuadas para tal fin, además su personal no realiza el proceso conforme a la Norma Oficial Mexicana 201 sobre productos y servicios. Agua y hielo para consumo humano, envasados y a granel”, comentan los investigadores.
No existe estado de la República donde no exista este servicio. De hecho, es normal que lleguen automóviles llevando varios garrafones a llenar, pues los necesitan para sus negocios, tales como restaurantes u hoteles. También pueden ofrecer el servicio de entrega a domicilio, sobre la espalda o con u diablito, a las inmediaciones, por unos adicionales, incremento que no suele ser alto.
El estudio contó con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Para él se tomaron 122 muestras de agua de garrafón provenientes de 111 purificadoras de este tipo de las 16 delegaciones de la Ciudad de México.
Ante tal descubrimiento, y con el fin de evitar riesgos en la salud pública, los científicos exhortaron a los consumidores a abastecerse de su agua potable en lugares con la certificación necesaria. En tal sentido, también es dable señalar que, incluso cuando sean ofrecidos estos garrafones rellenos en camiones, es necesario asegurarse de que el agua que se ha comprado es alguna de las reconocidas que hay en el mercado.