Tenemos el honor de presentarles 3 poemas seleccionados de la colección Desexistencia, con el que la poeta Concepción Sámano, nacida en Jaral del Progreso, Guanajuato, pero radicada desde hace años en Oregón, Estados Unidos, ganara el segundo lugar en eI I Premio de Poesía Victoriano Rodríguez en 2023, al que convocara la Dirección de Archivo General del Municipio de San Francisco del Rincón, invitando a participar a todos los poetas nacidos en el estado de Guanajuato.
Por otro lado, le extendemos una cordial y cariñosa felicitación por haber sido merecedora, recientemente, con el poema “Epitafio de del nómada”, del segundo lugar en el Concurso de Literatura para la Diáspora que organiza la Secretaría de Mexicanos en el Extranjero. Esperamos disfruten de su hondo y bello lirismo.
DESEXISTENCIA
No tengo más qué decirme
no puedo dirigirme la palabra
los pensamientos los arrojé
al agua del tiempo
se hundieron
que se los lleve la corriente
y se decoloren
se deshilen y les bulla la sangre
entre las hebras
alguna consistencia residual
se precipite hacia el abismo insondable
preternatural de la existencia.
Fueron muchas ideas
muchas palabras en picada
lágrimas
vendaval de fieras y vestidos
simulando la vida, la sonrisa
un cántaro en su forma
de vacío disfrazado, quieto
como si en verdad fuera la horma
de la esfera sin luz
que pende en la enramada
caigo en cuenta otra vez
de no saber nada
de no hallarme en nada
y entre nadie encontrarme
de no tener unos brazos, una cama
un pecho donde hundir mis delirios
o mis sueños no sueño más
solo pesadillas y escenarios atroces
de fantasmas famélicos
pésimos actores y peores tramoyistas
no me parezco a ellos
ni a los perros que ladran en la noche
del camino a destiempo
ni al perfil ondulante de la flor
o al huidizo relámpago del día
no me percibo
esto de existir no tiene consistencia
es un reflejo
y más allá de la superficie cristalina
late un pulso que persiste en el silencio
por eso mejor la impavidez
al centro de la rosa
la inercia en la espiral de su regazo
sus lenguas en reposo
su sueño de agua
vertido al interior
del interior
que no se acaba.
EN EL BOSQUE
Andando sobre la vereda
juegan los niños
uno dice odiar ese lugar
tupido bosque en medio del pueblo
se alzan pinos poblados los troncos de hiedras
sobre el suelo cerrado de zarzales y helechos
que se abanican con el viento
entre las copas
susurran las aves sus cantos
los polluelos reclaman alimento desde los nidos
el verano es el tiempo que va pasando
ellos crecerán y emprenderán el vuelo
mientras a mí me sigue creciendo el hijo.
Soy árbol de raíces etéreas
copa abundante que se sostiene en su bosque
es mi hijo el polluelo piando
y las ramitas que se agitan acomodándose
en el espacio de mi interior de savia
él rumorea su lenguaje de corazón y vísceras vibrantes
mientras yo aprendo a amar
esta hinchazón que me provoca su presencia
hojita temblorosa saludando
desde el ignoto sitio donde crece.
Yo también evoluciono
mis ramas abarcan un sitio más amplio y
mi tronco no deja de aspirar a la altura
donde la luz del sol brilla y llama mi crecimiento.
Su padre está ahí, a lado
tronco robusto, la raíz se prende con inquina
a su memoria terrestre
y no distingo su faz.
Entonces me veo sola.
No es que sufra por ello, pero a veces lloro
y no sé si no escucha el lamento
o finge no escuchar
absorto en el rumor de su propio follaje
la riada de su flujo interno.
Desde donde estoy
la vista alcanza la cúspide de una montaña.
¡Qué reconfortante ver a lo lejos!
Es como emprender el vuelo
con las aves que me ascienden
o irse con las nubes y perderse
como un ser más grande
o un dios o el ave misma
un ojo omniabarcante y sempiterno
que ahonda en la profundidad
hasta el origen.
VIAJE
I
Mente estrecha
como callejuelas de la ciudad donde viví
es ahora
vasta y esplendorosa como las colinas de Oregón
mente nunca cocinera, nunca intuición la memoria
nunca el recuerdo será
ni la existencia
II
Mucha gente dejó su casa
se convirtió en migrante
en realidad todos somos
desterrados
de ninguna parte
nada es nuestro
y eso nos hace
–casi–
iguales
de algo nos hemos apropiado
sólo para descubrir nada tener
pero nos imaginamos
propietarios
pese a la advertencia perdurable
en cada sueño, cada muerte
de no ostentar posesión
ni aun del cuerpo.
III
Viaje es una palabra condenada
todo es turismo
al final descubrir nuevos territorios
es una derrota
la conquista fue tan sólo una patraña
de vuelta en Ítaca el viajero
encontró que el verdadero territorio
le esperaba en su reflejo
tras haber reconocido la lealtad
del único amigo que tuviera
y haberse despojado
de la ansiedad por la ambición ruinosa
de la gloria.