Dimitrio Gómez, o simplemente Dimitrio como sus amigos y seguidores lo llaman, es uno de los artistas jóvenes más reconocidos de Jalisco. Es un creador multidisciplinario, ha realizado obras en diversos materiales y formatos que van desde lo pequeño hasta lo monumental, en las cuales usando su espíritu juguetón ha logrado imprimir en cada pieza su propia visión del mundo y de las cosas. Formado en una familia de artistas, desde niño manifestó habilidades para la plástica. A su edad, cuenta con una gran cantidad de exposiciones individuales y colectivas, algunas de carácter itinerante, tiene varias obras monumentales que se pueden apreciar en diversas plazas de su ciudad natal y en cuyas piezas se refleja la identidad del pueblo alteño.
Si algo lo caracteriza es su espíritu tenaz, y perseverante mismo que lo ha impulsado a seguir sus sueños, estimulado desde siempre por la guía y cariño de su padre. A pesar de su obra ya basta, Dimitrio no desaprovecha la oportunidad para seguirse ejercitando en el dibujo, la pintura, el modelado o incluso la caricatura satirizando personajes o situaciones del acontecer político y social de su entorno, o bien, situaciones humanas de carácter más universal.
En sus obras se recrean sus sueños, inquietudes, anhelos, vivencias y preocupaciones que lo afectan directa e indirectamente; imprime en ellas todo el tiempo un toque muy personal, con predilección por los colores pastel y la distorsión de las formas, lo que lo ha llevado a crear composiciones complejas, que resultarán un tanto difusas y hasta incomprensibles a los ojos del espectador común. En su obra se pueden apreciar toques surrealistas y en ocasiones cubistas y hasta abstracciones. Cualquier tema puede ser motivo de inspiración, y tras reflexionarlo y asimilarlo, nos ofrece una nueva visión transformada en la que la técnica, la intuición y el estudio de las formas y la naturaleza se evidencian al contemplar el resultado.
Es un artista que se retroalimenta de todo lo que ve, práctica que ha venido realizando durante prácticamente toda su vida. Toma de lo que ve lo que le parece interesante y lo pasa por el tamiz de su propia visión de joven dinámico e inquieto. Este aspecto tenaz lo hace defender sus ideales en todo momento, siempre fiel a los valores en los que se ha criado y a los conocimientos que a lo largo de la experiencia ha adquirido y lo han convertido una figura pública en su comunidad.
Ambicioso y un tanto excéntrico (algo por lo demás común en los artistas), sabe que para triunfar como artista se requiere de un trabajo constante y una obra prolífica, por lo tanto no deja de crear y crear, pese a las dificultades propias del mundo del arte: como la indiferencia de los gobiernos, la corrupción académica e incluso la pandemia, no le ha impedido seguir produciendo y más bien le ha dado momentos de introspección que vierte en sus trabajos.
Como artista se le describe multifacético y multidisciplinario: realiza esculturas, óleos, acrílicos, acuarelas, grabados, cerámicas, tintas chinas y dibujos a lápiz entre otros, mismos que ha venido comercializando en la realización de tazas playeras posters y postales. Aun con el reconocimiento que tiene siendo tan joven, ha decidido no dormirse en sus laureles y seguir forjando su nombre y construyendo su trayectoria; su proyecto artístico es siempre siendo fiel a sí mismo.
Por ello, su espíritu inquieto a veces ha chocado con el de algunos burócratas de la cultura y se ha visto envuelto en polémicas que, lejos de afectarlo, lo han fortalecido y hecho crecer; se mantiene firme en sus propósitos y convicciones. De formación católica, ha sabido defender los valores que su religión inculca de los aguerridos críticos en las redes sociales. Aunque acepta que siempre ha sido un artista polémico, recalca que no es indiferente a los problemas sociales, y siente una responsabilidad moral de opinar sobre diversos temas que atañen a la sociedad actual, siempre tratando de crear una reflexión en quien lo lee, consiente de la discriminación de mujeres y minorías, de la injusticia social, de la inseguridad general que el país sufre. Piensa que la violencia no es cuestión de género y nos afecta de igual manera a todos como seres humanos y ciudadanos. Ha ejercido su libertad de expresión y de pensamiento mediante el uso de la sátira en las redes sociales, sin mayor ánimo de ofender, sino más bien de ejercer su derecho a la libre expresión y manifestación de las ideas.
Afirma que seguirá defendiendo sus ideales, sean populares o no. Por ejemplo, aunque está consciente de la necesidad de un cambio social que nos favorezca a todos, ha criticado repetidas veces la destrucción de monumentos y obras de arte como forma de protesta por determinados grupos radicales; ha hecho un llamado a que la gente, sienta el compromiso de preservar y proteger el legado artístico y cultural, muchas veces insustituible que hemos heredado, pues el arte es parte fundamental de nuestra historia humana y da cuenta de nuestros procesos a lo largo del tiempo. No es que le importe más una pieza de arte que la vida de una persona, aunque recuerda que a lo largo de la historia del arte, muchas gentes arriesgaron y dieron su vida por preservar obras de arte como durante la Segunda Guerra Mundial. Su comentario va más enfocado a que los modos de lucha y resistencia no deben incluir la violencia contra algo tan sagrado como es el arte. “Me parece denigrante y me da tristeza cómo es que la mujer y los abusos que ésta ha venido sufriendo a lo largo del tiempo, le han orillado a llegar inclusive a compararse con un monumento. Pienso que es una postura muy poco atinada, una manera de protesta que daña más a la mujer, inclusive con el solo hecho de formular tal idea.” “Ninguna mujer debería compararse con un objeto inanimado”, afirma.
Un dato curioso es que Dimitrio aparte de ser artista plástico, ha incursionado en el canto, actividad que ha venido realizando en las misas dominicales y su voz angelical nos deja ver que dentro de él se esconde un muchacho con sus respectivas animosidades, que todo joven guarda, y que son las que canaliza en su creación y sublima en su quehacer y productividad. El canto de música sacra y vernácula lo conecta con su espiritualidad y con sus raíces, respectivamente, lo que le brinda paz emocional. Antes que otra cosa para él el arte es y seguirá siendo su motor de vida y por ende lo más importante. Afirma que el arte siempre ha sido su prioridad. Y lo define, como: “La máxima expresión de la esencia del ser humano”.
Su vida privada la reserva solo para sus allegados y amistades más cercanas. Su obra es su cara ante la sociedad y por ella se le recordará cuando ya no esté. Es feliz haciendo lo que le gusta, sobe todo pintar. Disfrutar de un buen café, de una buena charla entre amigos en su estudio, que por cierto está abierto a todos interesados en convivir con el artista, previa cita (al 474 747 30 84). Esta actividad le ha dado muchos resultados, y el visitante puede aprovechar para llevarse un suvenir y conocer el espacio de trabajo del artista e incluso contemplar sus obras en proceso, así como conocer de su propia boca el proceso creativo y reflexivo que lo llevó a crear cada pieza. Incluso hace retratos por encargo. Su galería de arte se llama Aluminio, y está ubicada en la esquina de las calles 15 de septiembre y Hernán Cortés (calles cuyos nombres dan testimonio de su controvertida personalidad, dice), ubicada en la colonia San Miguel 2, en Lagos de Moreno, Jalisco. Cabe mencionar que su galería es ya un referente en la vida cultural de su ciudad.
Día a día, el artista se llena de satisfacción viendo la aceptación que su obra ha tenido, saber que es apreciada por la gente y que llega a tocar las fibras más sensibles de algunos espectadores, que además las adquieren y las vuelven parte de su vida. Ese ese es su mayor orgullo, pensando en el arte como la única posibilidad de salvación a la decadencia humana, a la guerra y la precariedad de los lazos humanos.
Conoce más de su trabajo visitando su página en Facebook Instagram y YouTube, donde aparece como Dimitrio Gómez. Su correo electrónico es: dimitrioarte@gmail.com