Un marco para Gauguin (Ediciones La Rana, 2023) de Fernanda Ontiveros (Irapuato, 1991) es uno de los más recientes cuentarios de la editorial, publicado bajo la colección Fondo para las Letras Guanajuatenses. Ontiveros fue integrante de la segunda generación del Seminario para las Letras Guanajuatenses, bajo la tutoría de Jaime Panqueva. Ella es egresada de la licenciatura en Letras Españolas de la Universidad de Guanajuato. Es instructora y traductora de alemán, incluyendo en el ramo industrial. Ha sido narradora oral.
Ontiveros realizó este libro entre 2020-2023, razón por la cual, la pandemia por covid-19 a la que nos enfrentábamos entre esos años está de algunos modos inevitables tematizada en el libro. El libro reúne veinte cuentos en los cuales, según Ana Paulina Calvillo “todos los personajes son un espejo en el que podemos asomarnos a buscar la otra mitad –posible o imposible de uno mismo–.” El estilo de los cuentos es directo y remite mucho a la cotidianidad y tienen ciertos tintes sociales que, siguiendo a Calvillo “conforman un retrato de la realidad contemporánea y la visión irónica de la condición humana.”
Sobre tu trayectoria como narradora, Ontiveros recuerda: “Pues empecé más o menos chica, no sé exactamente cuándo, con cuentos chiquitos que sólo leía mi abuela o a veces ni ella. A los 16 ya escribí mi primer intento de novela que básicamente era un cuento lleno de paja, pero disfruté hacerlo y quise mejorar, para que al menos yo estuviera contenta con el resultado. No sé si esa edad cuenta porque no lo hice pensando en crear algo que pudiera ser presentable, sino que quería descubrir ese mundo de la escritura.”
De su asesoría con Panqueva, ella rescata que la ayudó muchísimo “a entender cómo se puede estructurar una historia, tener una línea de tiempo, tener ideas claras antes de pasarlas al papel. Teníamos sesiones mensuales de casi una hora. Se puede decir que apliqué las lecciones de Jaime en mis cuentos; de hecho, sugirió mejoras para algunos”. Y abunda “Para este libro en particular yo considero que tuve como tutores también a Ana Paulina porque fue en su curso de escritura creativa (que ofreció durante la pandemia) que empecé esta serie de cuentos. Después participamos Ana Paulina y yo en otro taller con Alfredo Núñez y Ana García Bergua y ahí surgieron la mayoría de relatos a través de ejercicios divertidos como escribir una historia cuyo narrador sea un muerto (de ahí salió ‘Mi mejor legado’, por ejemplo). Alfredo y Ana García fueron excelentes tutores también, siempre con muy buenas lecturas que nos compartían junto con los ejercicios y esas eran nuestras tareas para cada semana”.
Ontiveros refiere que básicamente escribió estos cuentos con un afán lúdico, pues fueron muy “divertidos” para ella los ejercicios de los diferentes talleres que tomó. No lo hacía pensando en publicar, aunque ya hubiese publicado con anterioridad algunos textos en material hemerográfico. “Quise incluir temas y escenarios de México y de Alemania porque es lo que me rodea, los idiomas, la comida… El único cuento que no fue escrito en un taller fue el primero (‘Después de Milford Sound’): ese sí lo escribí hace más de diez años, cuando regresé de mi intercambio académico en Alemania y quise escribir lo que sentí al regresar antes de que olvidara todos esos sentimientos. Pienso que es un libro para leer un domingo en el desayuno o en el autobús, sin prisa, para reírse y recordar sus propias vivencias”, se explaya la autora, quien actualmente reside en Gotinga, Alemania.
Entre algunas de las historias podemos mencionar el de “un joven que regresa a su país para pasar las fiestas navideñas y reconoce que no es el mismo”, “el de un mensajero alemán de otro siglo” y el de “un cantante popular en decadencia de compras en el Costco”. Los cuentos no están exentos de un sutil humorismo a la vez que de una trama de sentimientos tan compleja como la misma humanidad contemporánea.