Guanajuato, Gto.- El Ensamble Polifónico Guanajuato celebró su décimo aniversario con una gala, con el marco de la programación de la segunda temporada de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) en este año. Integrantes de la orquesta unieron sus talentos en una velada donde las cuerdas guiaron la experiencia sonora: Héctor Hernández (primer violín), Urpi Holguín (violín), Augusto Mirón (viola), Michael Severens (violoncello) y Jorge Arturo Preza (contrabajo).
Dos obras conformaron el programa: el gran “Gran quinteto” (1858), del italiano Giovanni B. Bottesini, y el estreno en México del “Quinteto de cuerdas” (2010), del mexicano Samuel Zyman, con cuatro y tres movimientos respectivamente.
Bottesini, originario del norte de Italia, creció en un ambiente familiar que lo motivó a obtener una beca para contrabajo en el Conservatorio de Milán; ahí destacó su talento como solista. Con experiencia en Europa y Estados Unidos, fue contrabajo principal en la ópera italiana de La Habana y director en varios teatros importantes de ópera (Théâtre des Italiens, de París, y Lyceum Theatre, de Londres), además de ser elegido por Verdi para dirigir la primera representación de Aida.
Como compositor, Bottesini creó para contrabajo tres conciertos solistas, varias obras concertantes para dúo y fantasías operísticas. También escribió óperas, música de cámara (siete cuartetos y cuatro quintetos de cuerda) y dejó una pequeña colección de música para orquesta, un oratorio y una misa de réquiem.
El “Gran Quintetto” es el primero de sus quintetos de cuerda, dedicado a Saverio Mercadante. El primer movimiento comenzó dramáticamente: el primer violín abrió con una melodía operística, retomada por los otros instrumentos en varias tonalidades para dar paso a un breve solo de contrabajo. El segundo, fue contundente con un carácter primaveral y un elegante balanceo en el trío, mientras que el violonchelo llevó el tema lírico. Por el contrario, el tercer movimiento fue sereno, combinó melodías delicadas interrumpidas por un episodio tormentoso. Finalmente, una serie de pasajes descendentes crearon una sensación similar a una marcha.
Después del intermedio, la música de Samuel Zyman envolvió el recinto. Este compositor es uno de los principales en la escena mexicana actual. Ingresó a la Juilliard School, donde obtuvo dos maestrías y doctorado en composición. En su obra, se encuentran sinfonías, conciertos, piezas orquestales, música de películas, música de cámara y música para piano con influencias observables del impresionismo y el jazz.
Sobre la obra estrenada, el proceso de composición ocurrió durante la residencia de su autor en el Concert Artist Program, de la Kean University (New Jersey, Estados Unidos), a manera de encargo por dicho programa. Gracias a la gestión del contrabajista y fundador del Ensamble Polifónico de Guanajuato, Jorge Preza, es que el estreno en México tiene lugar y constituye la segunda ocasión en que es interpretada.
En esta composición, Zyman buscó realzar la presencia y las posibilidades técnicas y expresivas del contrabajo con un papel principal. Los movimientos fueron escritos en un estilo tonal directo y accesible, donde el contrabajo transformó la obra dramáticamente permitiendo mayor profundidad y plenitud.
En las notas al programa de mano encontramos que el compositor expreso que “Esta pieza es en tres movimientos, I. Moderato espressivo; II. Larghetto; y III. Allegro molto animato, todos escritos en un estilo tonal sumamente directo y accesible. Curiosamente, la pieza originalmente solamente constaba de dos movimientos (Larghetto y Allegro molto animato), pero Anthony Scelba sintió que le hacía falta un movimiento más, así que poco tiempo después escribí un nuevo movimiento que se convirtió en el primer movimiento de la versión definitiva (Moderato espressivo). Añadir un contrabajo a un cuarteto de cuerdas convencional (dos violines, viola y chelo) transforma dramáticamente la naturaleza de la agrupación, dado que la hace mucho más profunda y plena.”
En la historia del Ensamble Polifónico de Guanajuato, destaca su primer concierto en 2014 con “música de mesa”, del compositor Georg Philipp Telemann, así como su participación en la Noche Porfiriana y algunos festivales de música de cámara, como el de Texcoco.
“Nuestro ensamble toca música, desde el periodo barroco hasta el contemporáneo, que haya incluido al contrabajo originalmente. Desde 2016, hemos estrenado cuatro obras, solicitadas a compositores guanajuatenses y extranjeros que aún viven”, comentó Jorge Preza.
Asimismo, el contrabajista, expresó con gusto el poder trabajar con artistas invitado(a)s al ensamble en diferentes ocasiones, entre los que se incluyen integrantes de la OSUG, de otras latitudes e instrumentos distintos a las cuerdas, con lo que señaló la gran responsabilidad, en una agrupación de este tipo, al tocar una parte distinta cada músico(a), a diferencia de lo que ocurre en las secciones de orquesta integradas por varios intérpretes.
“Me gustaría que los estudiantes de todas las áreas se den un tiempo para experimentar un concierto de música académica en vivo y directo, pues esta es capaz de llegar a nuestros rincones más íntimos, movernos a pensar y reflexionar, descansar y relajarnos, imaginarnos mundos donde el arte funciona como un alivio a nuestras tensiones”, comentó finalmente Preza a propósito de su labor artística, esta celebración y la entusiasta vida del ensamble.