Afortunadamente, este autor nacido el 1 de septiembre de 1904 en la ciudad de León Guanajuato, ha cobrado bastante relevancia crítica y académica en los últimos decenios; sin embargo, es probable que no se haya hecho lo suficiente para llevarlo al gran público para el cual es aún, desafortunadamente, bastante desconocido.
Efrén Hernández fue muy completo en su quehacer literario, pues escribió poesía, novela, cuento, teatro y guion. Es sobre todo conocido por su emblemático cuento “Tachas”, alrededor del cual los lectores de Efrén han hecho una especie de culto.
Como muchos escritores que ahora son totémicos, Efrén tuvo una juventud precarizada, debiendo dedicarse a empleos de subsistencia como aprendiz de zapatero (industria ya bogante en su ciudad) y platero, así como dependiente en una tienda de zapatos. Entre 1925 y 1928 cursó estudios de Derecho en la capital del país, pero desertó. Ese mismo año que abandonó la universidad publicaría su cuento ya referido “Tachas”, que captó la atención de los escritores y lo colocó como una voz nueva y refrescante en el panorama de las letras nacionales.
Cuando Octavio Paz lo conoció, hacia el año 1931, encontró que Efrén estaba ya inmerso en su rol de escritor prometedor, con un escritorio de trabajo repleto de libros y papeles. Lo percibió sonriente, aunque en el fondo presentaba una cierta angustia, lo que es esto último también típico de ciertos escritores que, como Efrén, se afanan en construir un universo escritural personal, una poética relevante entre tanta mala obra que abunda en el mercado editorial. A pesar de que Efrén fue relativamente conocido y admirado por sus colegas contemporáneos, no tuvo en vida la admiración que habría merecido debido a que decidió no afiliarse a ningún círculo literario, lo que lo mantuvo en el margen de la escena literaria de la época. Esta cualidad marginal, cultivada acaso como una postura ética, no benefició para que su obra fuera debidamente conocida y apreciada en las posteriores décadas, a pesar de que era ya uno de los principales cultivadores del género fantástico del país.
Con una actitud esteticista hacia su narrativa, Efrén demostraría a otros narradores de su tiempo que en México podían ejercerse otras vías temáticas que no fueran las dominantes relacionadas con el nacionalismo y la Revolución Mexicana. Este carácter disidente lo llevó a no contar con la sanción y benevolencia de su gremio, por lo que vivió en una pobreza económica que no merecía. Sólo logró cierta estabilidad pecuniaria cuando fue subdirector de revista América que dependía de la Secretaría de Educación Pública. En ella publicó a autores que se volverían importantes para el siglo XX mexicano como Rosario Castellanos, Juan Rulfo, Dolores Castro o Margarita Michelena, por citar los ejemplos más notables.
Cuando hablamos de una actitud esteticista en su narrativa nos referimos a que Efrén cultivó una escritura difícil, ajena a las convenciones clásicas de trama, diálogo y linealidad. El orden de lo que sucede en los cuentos está enrarecido y oscurecido por la abundancia de digresiones por medio de las cuales el lector debe reconstruir los hechos que, por otro lado, resultan también imprecisos. Los personajes casi no establecen diálogos con otros y más bien hablan a través de largos monólogos interiores y exteriores, a través de los cuales dan su visión de su complicada y difícil vida interior. La trama, las anécdotas y la historia se encuentran así encarceladas en una sintaxis difusa que demanda una gran atención y capacidad de agencia del lector. Por otro lado, el tiempo y los espacios son también indeterminados o al menos imprecisos: el paisaje está intencionalmente desdibujado y presenta imágenes de la vida difíciles y a veces casi con franqueza imposibles. Razón por la que Efrén ha pasado a ser catalogado en general como un autor para lectores selectos, muy versados en las técnicas literarias o escritores que pueden reconocer los secretos de estilo detrás del aparente desorden. Esto mismo, no obstante, ha sido lo que ha captado la atención de los críticos especializados y los eruditos, siendo así que en los últimos lustros los estudios académicos e interpretativos de su obra han proliferado en diversas universidades del país. En nuestro contexto cercano, el Dr. Juan Berdeja, actualmente profesor del Colegio de San Luis y quien fuera profesor del Departamento de Letras Hispánicas de la Universidad de Guanajuato, es uno de los especialistas que han escrito sobre él y lo han abordado en sus clases.
La divagación y la difuminación son, pues, algunas de las principales de las estrategias que usa el nuestro autor, lo cual se manifiesta en el cuento “Tachas” tan citado en las notas biográficas disponibles que existen actualmente sobre Efrén; un relato que propone un escape o fuga temporal hacia la capacidad de la evocación y la imaginación, a través de figuras, asociaciones e imágenes, que, sin embargo, se resuelven al final en una unidad de sentido que aparece clara al lector. Motivo por el cual este cuento ha pasado a ser constantemente utilizado en los acercamientos iniciales al autor.
Fuera de ello, su poesía, su teatro y su guion aparecen como formas desatendidas y poco divulgadas del autor, muy a pesar de que en 1987 el Fondo de Cultura Económica publicara lo que parecían ser sus Obras completas, pues después los investigadores han encontrado en archivos material disperso e inédito que no era entonces conocido. Creemos que es vital para nuestras letras guanajuatenses el completo rescate y dignificación de su obra, así como su puesta en la mano de los lectores, que, sin duda, se sorprenderán muchísimo de lo que ha permanecido oculto, olvidado o relegado hasta la actualidad. No por nada la convocatoria anual del Instituto Estatal de la Cultura de profesionalización de cuentistas del estado, el Seminario para las Letras Guanajuatenses de Cuento, lleva en su honor su nombre. De modo también pensamos que Ediciones La Rana con las publicaciones de obra inédita de Efrén preparadas recientemente por el gran investigador Alejandro Toledo es decisiva y muy celebrable en esa muy necesaria tarea.