Existe en Facebook dos únicas notas que da a conocer la existencia de un Segundo Callejón del Beso en la misma ciudad de Guanajuato (Guanajuato Press y De tour por Guanajuato). Fuera de Facebook, en la web, no hay absolutamente nota alguna, al menos el día de hoy. Lo sorprendente es que la inmensa mayoría de personas de la misma ciudad no saben siquiera de su existencia, siendo para muchos un misterio su localización y todo lo relacionado con él.
Nosotros nos dimos a la tarea de investigarlo. Y aunque está cerca del Callejón del Beso tradicional (a unos 250 metros), lo cierto es que ni los mismos guías de turistas lo conocen por lo general. Y es que con unas sencillas señas es fácil de llegar a él, pero se encuentra en una zona donde es fácil perderse, debido a las bifurcaciones de múltiples callejones que hay en el camino, tras las cuales a veces el nombre de la calle se mantiene o cambia, o se considera como la continuación de una calle dejada atrás. Por tal motivo, no te dejes guiar por los comentarios de usuarios en Facebook, porque la gran mayoría son datos equivocados y confusos.
Luego de subir unos metros por el mismo callejón que llega al Callejón del Beso tradicional, de largo, se encontrará la calle Peñitas, una subida pavimentada donde es posible encontrar algunos locales como una tienda de abarrotes. Luego hay punto donde Peñitas se vuelve Nogal y hay que seguir por allí (para más referencias esa bajada llega al Mercado por la calle Resbalón). Justo donde Nogal topa con una tienda de abarrotes que tiene un anuncio de Coca-Cola como se muestra en la imagen, allí está el Segundo Callejón del Beso, que constituye en sí mismo un estrecho callejón de unos pocos metros por donde baja gente que vive más arriba.
La señora de dicha tienda dice tampoco saber la función exacta que tiene la placa que allí anuncia al Segundo Callejón del Beso, a pesar de tener décadas viviendo allí. Lo que sí recuerda es que fue por la década de los setentas cuando el gobierno municipal la instaló, probablemente intentar fomentar otra zona de llegada del turismo foráneo. De hecho, la gente como esta señora desearía que se le diera fomento de divulgación y se invierta en la dignificación y activación de la zona, pues los vecinos de la zona suelen vivir precarizados.
Durante mucho tiempo esta zona tuvo fama de ser violenta, siendo el principal delito que allí se cometía el robo por jóvenes banda a transeúntes de dinero y celulares. Por tal motivo, la señora de la tienda de abarrotes, tiene barrotes en la puerta a través de los cuales despacha. No obstante, reconoció que la zona ha estado actualmente más segura ya que la policía municipal tiene por encargo hacer rondines en la zona varias veces al día. Incluso, como evidencia, la policía hace firmar a los vecinos una bitácora de que efectivamente acudieron a su misión. No obstante, apenas dos cuadras más abajo, una vecina se quejó de que a su parecer los rondines no eran suficientes y que a ella nunca le han dado a firmar tal bitácora.
Cuando empecé a preguntarle a la señora de la tienda que está justo enfrente del Segundo Callejón del Beso y que se ve en la imagen sobre abuso de drogas en la zona, así como la posible presencia de posibles grupos delictivos, se puso cautelosa y me pidió mi gafete de prensa. Tras identificarme cabalmente, me pidió disculpas y me dijo que lo hacía por seguridad. Porque, pese a todo, no hay una seguridad absoluta para los que vive allí y el temor permanece. Pese a todo indicó que las horas del día, antes del atardecer, son muy seguras para caminar y conocer la placa, fuera de lo cual no hay ningún atractivo turístico: ninguna tienda de souvenirs o artesanías, ningún guía turístico. Y al parecer tampoco responde a una de los cientos de leyendas que rodean los callejones de la ciudad. Tal parece que fue una iniciativa inventada con fines que no quedan claros y que fracasó o fue abandonada.
Así que, si eres curioso, ya sabes cómo llegar. De cualquier modo, la gente que vive en esas casas del camino es muy amable y va diciendo por dónde ir.