Desmontar las herencias, políticas de lo sutil. Estudios de teatro de objetos documentales (La Rana, 2023), apalabrado como “Texto colaborativo” es un libro coordinado por la ensayista Shaday Larios (Ciudad de México, 1978) publicado en la Colección Montaigne de la ya referida casa editorial del Instituto Estatal de la Cultural de Guanajuato. Larios es Doctora en Artes Escénicas por la Universidad Autónoma de Barcelona y licenciada en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato; es autora de Detectives de objetos y de Teatro de objetos documentales y es una ensayista practicante de una excelente prosa abierta a las posibilidades y con una vocación poética innegable. Su contraportada nos refiere: “En esta escritura se entreteje, brevemente, el proceso de catorce investigaciones que se han acercado al teatro de objetos documentales [TOD] desde distintos enfoques, disciplinas y países. En el conjunto hay un mensaje que nos habla de sutiles maneras (miradores complejos de lo ínfimo material) por las que se puede llegar a descomponer el peso de lo que no queremos en el presente, de lo que nos estorba para poder reinventarnos como personas, ciudadanes que buscamos reencontrarnos con redes sensibles alternas, seres humanos que compartimos el planeta con seres no-humanos”.
Shaday Larios
En tal sentido muy posmodernista, se desrepesentan y desdibujan en estos trabajos las jerarquías entre el pasado y el presente, entre lo objetual y lo vivo, entre lo personal y lo comunitario para reinventar, gracias a la capacidad de agencia o a ese “poder productivo” del que hablaba el historiador de las ideas francés Michel Foucault como una herramienta política de posicionamiento en el mundo y estetización de la existencia. Es muy interesante cómo, por ello, cada uno de los escritores de estos trabajos reinterpretan su relación con los documentos de su entorno: fotografías, reliquias familiares, objetos de uso doméstico o en desuso, la basura, “las cosas” en general, en base una mirada particular, crítica, tamizada por la reflexión pero también por la afectividad en el entendimiento también de que ninguna de ambas está por encima de otras en los proceso cognoscitivos de nuestro devenir existentes en este mundo complejo, lleno de relaciones, donde se tejen y pueden destejerse redes simbólicas según sean útiles al crecimiento individual o espiritual o sean materia de opresión.
Los autores de estos textos son: Andrea Alejandro, Daniela Martín (Convención Teatro-Bordamos por La Paz Córdoba), Ricardo Cardona y Brenda Ileana Uribe (Centro Cultural Universitario Tlatelolco), Sara Pinedo (Un colectivo-Lxs de Abajo), Francisco Arrieta y Gisela Cortés (Semillero Artes Vivas), Amayú Caicedo, Nishme Sú-Mar, Fou de la Calle, Vanessa Días, Marta Cortel (Imaginaria Arte y Transformación Social y Emmanuel Zavala. Investigadores o “rastreadores minucioses” provenientes de países cmo México, Perú, Argentina, Ecuador, Brasil, Colombia y España. El título de los trabajos, que combinan la crónica, el relato familiar, la prosa poética, el ensayo libre, la crítica, el monólogo interior-exterior, el reportaje y en general la hibridación de géneros literarios y modos discursivos, nos dará una pista de lo que encontraremos en estas páginas: “Eru teni teni: mapas disidentes de negritud”, “Nada crece solx. Materialidades tejedoras”, “Mujeres en la lucha: intimidad y materia en el movimiento estudiantil de México 1968”, “La bolsa y la vida: La Pepena, laboratorio de archivos residuales para contrarrelatar el progreso”, ¿Dónde está en ADN de las cosas? Rastreo socio-matérico del consumo”, “Asilo de obsolencias: rutas de un tecnovejero”, “Limpiar la sangre”, “La botica de Chuchuy: ausenciario objetual”, “Nuestros abuelos, nuestra memoria: de cómo los objetos atraviesan los silencios de la guerra”, “Maletas archivo: Objetos para reconstruir los silencios de la locura”, “Deshuesadero de un radiotécnico”, “Archivo inmaterial de un Jardín Invisible en Sullivan”, “Las avenidas de una memoria: archivos de un cuerpo de agua”, “Memorias colgantes en los taxis: la esperanza en forma de cosita”.
Los bloques temáticos en los que se reúnen los textos son llamados: “Objetuarios de la disidencia”, “Objetuarios del consumo”, “Archivos familiares” y “Materia y prácticas del territorio”. Como las mejores colecciones de ensayo contemporáneo, este conjunto pone atención a lo que en los estudios sociales se ha dado en llamar “interseccionalidad” es decir, una visión antiesencialista que pone atención a los cruces entre clases sociales, géneros, razas, nacionalidades, lo interior y lo exterior, formas diversas de deseo, orientaciones sexuales, etc., en la razón de que su apalabramiento en contexto es una estrategia política al momento de hacer suso de la voz, y también en el sentido de, cómo lo quieren ciertos feminismos y posturas queer: “lo privado es político”.
En suma, se aboga en estos planteamientos por la desconolonización de los inconscientes e imaginarios personales y colectivos en aras de entender que lo dado no nos determina de manera fatal e incontestable. Si no que en el ser humano, en tanto entidad pensante, siempre existe la capacidad de resignificar esos lazos de la historia, desmontar las categorías represivas, buscar sentido en los lugares hacia donde nuestro deseo, consciencia o curiosidad apunten y abogarnos la capacidad de reinvención, en el sentido de que la identidad siempre es un asunto de renegociación y puede ser fluctuante para dicha de posibilidades prácticamente infinitas de uniones, lazos (provisionales o no) con el mundo social, natural, geográfico y objetual en el que vivimos y crecemos.