Benjamín Valdivia (Aguascalientes, Ags., 1960) es un muy connotado filósofo, escritor, académico y traductor, autor de más de una cincuentena de libros publicados y radicado desde hace décadas en la ciudad de Guanajuato. En esta ocasión, les compartimos tres breves reseñas de tres de sus muchos libros de ensayo.
Senderos de un publicista (Azafrán y Cinabrio, 2005)
Subtitulado Diálogos con la obra de Eulalio Ferrer, se trata de un libro de recensiones de la obra del conspicuo publicista hispano-mexicano, en los que se comenta y alude a más de una treintena de libros publicados entre 1964 y 2003, libros cuyo objeto central es la publicidad, pero que desfilan cada uno con una perspectiva diferente. Uno llamado El lenguaje de las trilogías, prologado por Octavio Paz, trata acerca de las composiciones tríadicas en muy diversos ámbitos de la vida mexicana. Otro, trata la iconografía de la Gioconda en el mundo contemporáneo. Por otro lado, están aquellas obras de corte autobiográfico, que escriben los años de definición del publicista en tanto persona y profesional. Otro reúne los consejos dados a una joven publicista, tal como daría sus consejos a un joven poeta Rainer Maria Rilke. “En conjunto, los libros de Ferrer señalan rutas y convocan destinos sin separar el empeño profesional del desempeño vital: cada uno de ellos es la confirmación de ambas dedicaciones”, nos dice en su preámbulo Valdivia. Cada una de las reseñas sobre estas obras da a conocer brevemente el contenido, lo sitúa en su relación con el marco de actividades y el trabajo intelectual general de Ferrer, a la vez que lo revisa en perspectiva.
Simultáneamente Académico de la Lengua y empresario publicista, Ferrer estuvo familiarmente ligado a las artes gráficas y a las literarias. Al fin de la Guerra Civil Española, padeció confinamiento en campos de concentración, de los que salió para arribar a México con una maleta por único patrimonio, en la cual cargaba los papeles de su diario y un ejemplar de El Quijote. Tras vivir en Oaxaca, México y Guanajuato, se convertiría “por caminos de esfuerzo y creatividad inusitados” en uno de los principales publicitas y difusores de las tradiciones nacionales.
El conjunto de esta obra reseñística como una “actividad grata y reveladora” se comparte con la esperanza de que el lector pueda atisbar asimismo aquella revelación y pueda interesarse por los textos originales. El volumen sigue el orden cronológico de la obra escrita por Ferrer, iniciando por Enfoques de publicidad y terminando con Lenguaje de la inmortalidad. Pompas fúnebres.
Yo mismo (y otros ensayos obre percepción y literatura) (Universidad de Guanajuato, 2008)
Este libro reúne un conjunto de ensayos diversos entorno a la percepción del autor sobre asuntos variados como la mismidad, el zen, la geografía imaginaria de Jorge Ibargüengoitia, el habla en Guanajuato, Efraín Huerta, la lírica popular, la poética de la fugacidad, la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, el naturalismo de Émile Zola, El diccionario del Diablo de Ambrose Berse, José Martí y la lectura del Marqués de Sade hecha por Octavio Paz, por nombrar algunos de los temas en los que se detiene el autor.
El titulo del libro alude a la muy conocida (“hasta como para no citarla”) frase de Michel de Montaigne del inicio de su obra Ensayos: “yo mismo soy la materia de mi libro” “¿Acaso existe otra materia para un libro?”, se pregunta Valdivia que alude a que un escritor no cuenta si no con su propia percepción para volcarla en palabras, con la esperanza “atroz” de que alguien extraiga de ese naufragio y abandono que supone la escritura los signos que han sobrevivido; y más todavía: con la esperanza de que esos signos le parezcan al lector familiares o incluso interesantes, que encuentre alguna analogía entre ese otro que escribe con su yo mismo. La palabra es concebida entonces como una fe terrible en la comunicación de dos seres separados, como un puente tendido entre las almas de dos personas, como quería Vicente Huidobro. Por ello, nos dice Valdivia, el ensayo es un género íntimo, incluso más, en su opinión, que la poesía.
Formado de cuatro secciones, en “Miradas a lo particular” se detiene el autor en el tema del uno mismo para dar paso a una visión del zen y sus preferencias en la poesía de los dos últimos siglos; en “Suite guanajuatense”, se tocan puntos sensibles del lenguaje y las letras del estado; “Vislumbres de la fugacidad” revisa la expresión popular y la propia expresión poética de Valdivia; por último, en “Diálogos con miradas”, se persigue un dialogo con autores como Ralph Waldo Emerson, Stephen Crane, Joseph Conrad o Franz Kafka, por nombrar algunos.
Eros y quimeras. Visiones sobre Nerval, Sade, Paz y otros de Benjamín Valdivia (Azafrán y Cinabrio, 2010)
Este conjunto de ensayos se propone dilucidar “oscuras relaciones” en torno a las figuras de un grupo de poetas y artistas, trazando puentes comunicativos entre las obras y las figuras de sus autores. “Se incursiona además en temas de relevante matiz como la sombra de las influencias, el erotismo, la mística y la profundidad, entre otras aproximaciones apasionantes y lúcidas”, se advierte en la contraportada.
Los ensayos incluidos, de una lectura disfrutable y fluida, son: “Eros y quimeras en Nerval”, “Reflexiones sobre ‘El desdichado’ de Nerval” (en el que el autor incluye una traducción propia de tal poema, uno de los más célebres del francés), “Octavio Paz y Nerval”, “Octavio Paz al centro de la espiral”, “Dinámica de la forma en ‘Piedra de sol’”, “Tres tiempos de Paz sobre Sade” (donde se lee: “”Me gusta pensar que la tesis central de Sade es ésta: vivimos en un mundo pletórico de maldad; si la sociedad es malvada, al a realizar aquello que prohíbe estamos realizando el bien. Desde luego que la tesis resulta inválida porque supone el juicio de valor, sobre la sociedad en su conjunto, de un solo individuo. Ese error podría ser el que conduce al cataclismo. Distanciados de Sade, expresemos otra posibilidad: si la sociedad es malvada, restituirle la bondad es lo indicado.”), “Sade: el teólogo contra Dios”, “Las representaciones de Eros” (dedicado a su esposa Eugenia)”, “Imagen de la hoguera del tiempo surrealista”, “Tablada y López Velarde. ¿Precursores surrealistas en México?”, “Dalí en memorias ajenas”, “Manifiestos creacionistas de Huidobro”, “Apolonio por Filóstrato”, “Hugo de Sanctis, poeta de muchos rostros”, “Jodorwsky o el profesor de imaginación” y “La cocina caníbal de Topor”.
Más de Benjamín Valdivia en nuestro diario virtual:
“Cinco poemarios de Benjamín Valdivia”; https://guanajuato.extraextra.mx/2022/05/17/cinco-poemarios-de-benjamin-valdivia/
“Benjamín Valdivia: En Guanajuato, Cervantes tiene una casa amplia y solidaria”: https://guanajuato.extraextra.mx/2022/09/06/benjamin-valdivia-en-guanajuato-cervantes-tiene-una-casa-amplia-y-solidaria/
“’Otra isla llena de pájaros’ tres poemas de Benjamín Valdivia”: https://extraextra.mx/otra-isla-llena-de-pajaros-tres-poemas-de-benjamin-valdivia/