Posmodernismo y hermenéutica: dos aproximaciones (Universidad de Guanajuato, 1997), de José Mendivil Macías es un breve libro que consta de dos ensayos de carácter reflexivo: “Las tensiones entre lo privado y lo público” y “Hermenéutica y posmodernismo en la historia de las ideas”.
El primero parte de una revisión teórica del problema del desarrollo de los valores de la democratización en su relación con las formas de vida cotidiana y su concreción en la realidad social e individual. Nos enseña que nuestra sociedad se ha erigido sobre la deconstrucción de las sociedades anteriores, procurando liberar al individuo de sus creencias no reflexionadas al mismo tiempo que avanzaba la industrialización y el libre comercio. Esta sociedad que tiene como una de sus expresiones valorativas el hecho de que “todos los hombres nacen libres” ha trasformado las relaciones de los ciudadanos con el Estado y entre ellos mismos a favor de consideraciones cada vez más globales. En este proceso, la esfera privada se amplía con el derecho a tener ideas propias y decidir sobre el cuerpo, el modo personal de vida y la ideología. La esfera pública lo hace con la libertad de prensa, la consolidación de la opinión y la influencia de los medios masivos de comunicación. Sin embargo, estos cambios no están exentos de problemas negativos como la destrucción de formas de tradición valiosas de concebir el mundo y la crisis de identidad de los individuos por su subordinación a roles impuestos de consumidor, cliente de las burocracias y trabajador. Las actitudes vitales se ven opacadas al volverse consumistas, especializadas y utilitaristas. La lógica competitiva y disgregadora del mercado tiene consecuencias de dislocación social y escinde la persona al borde de la esquizofrenia. Es decir: tenemos un doble proceso paradójico de diferenciación de las individuales y socialización masificadora. Se han ganado, al menos en la letra, principios morales en forma de derechos humanos, y se han reconocido la deferencia, la disidencia y la pluralidad de las culturas; pero la relación de los ciudadanos entre sí, no obstante, se vuelve cada más ensombrecida, pues el espacio íntimo se ve invadido y colonizado por el capitalismo.
El segundo nos enseña que la hermenéutica (ciencia de la interpretación) posmoderna posee elementos teóricos y metodológicos apropiados para estudiar las diferencias regionales en la recepción y apreciación de los textos, pues la posmodernidad, al acentuar y legitimar las diferencias frente a las homogeneidades y la globalización que las oscurecen, ha relativizado los regímenes de verdad apreciando matices más sutiles en el plano del hecho hermenéutico, en oposición a las grandes teorías omnicomprensivas del pasado, aspirando a la compresión del sentido en su contexto específico para una mejor autocomprensión de lo humano, “objetivo último de la tarea interpretativa”.