El ejercicio de la poesía ha estado siempre vinculado históricamente con la juventud. Es la juventud una edad en la que éste puede aparecer de manera espontánea, a manera de pulsión, como el cause natural mediante el cual se vierten al mundo las inquietudes, pasiones, anhelos: la externalización de la vida interior con el mero y simple recurso del lenguaje, encones rica en matices. En ella se anuda la ilusión con la experiencia vital cargada de la más genuina emoción, la que dejará ya su honda huella en la memoria casi de manera indeleble. Durante la juventud el humano se enfrenta por primera vez ante el mundo y lo mira a los ojos, teniendo la tarea de hacer un camino en sus entrañas: toda una vida que siempre pretende hacerse coincidir el deseo. Si bien, es también época de grandes decepciones, durante ella suelen empezar a madurar los talentos que germinaron durante la infancia en los más hondos recovecos del ser, que sólo necesitaban de un aliciente para desarrollarse cabalmente, y que nos permiten dar un sentido a la existencia, más allá de la duda y del dolor. La poesía de juventud se caracteriza fundamentalmente por su lirismo y su ingenuidad, entendida ésta no como carencia de formalidad, si no por el gran sesgo intuitivo que predomina en ella. Hacer arte con las palabras para reconocerse en él, para extenderlo al otro y así lograr una comunión, es casi la pretensión fundamental de la poesía joven. Que esas palabras excedan las fronteras simples de la individualidad y logren una vida autónoma, cargada de significación en el mundo –el mundo que es de todos y no sólo nuestro– ese suele ser el ideal de todo joven poeta.
Duda en llamas es la compilación de tres poemarios de tres jóvenes autores editado por la Universidad de Guanajuato en 2007: Despierta hermano de Leslie Arenales Riquelme, A la hora de partir de Rocío Sandoval Mexicano y Sarcasmo pulcro de Adrián Salguero Mendoza.
Leslie Arenales Riquelme (Ciudad de México, 1988), inició estudios en el Centro Nacional de las Artes. Ha sido parte del taller literario “Altaller” y publicado en revistas y periódicos de la localidad. El poeta Demetrio Vázquez Apolinar, quien se ha encargado de presentarlos, comenta de su poemario que éste aúna lo lírico con lo conceptual de manera complementaria, templada entre dos realidades: “la idea formal de la existencia y la idea de libertad de la vida”, generándose preguntas que interrogan al ser propio y al ajeno y la llevan a “vivir el riesgo de estar en el mundo y su posibilidad de rechazarlo.”
Rocío Sandoval Mexicano (Guanajuato, 1989) fue estudiante de la licenciatura en Letras Españolas. Ha participado en el taller literario “Altaller” y publicado en antologías, periódicos y revistas del estado. El mismo autor nos la presenta como dotada de una gran erótica en la que la imaginación se tensa entre la imposibilidad y el deseo: “su constante es la invocación al otro y su consecuente disipación”; “en esta innovación de imposibilidades siente una impotencia que supera a la conciencia, a la persona.” “En ella hay una reticencia de no hacer nada antes de no haberlo sentido todo”
Adrián Alguero Mendoza (Irapuato, 1989) donde estudió en Irapuato y donde ha publicado textos en algunos espacios literarios. De acuerdo al comentario del mismo maestro, su poética trataría de convertir la historia en una experiencia más intima, poniendo en tela de juicio la relación que pueda existir entre dos seres que, por estricta definición, viven en medio del caos.
Estos tres jóvenes autores pertenecerían a una generación que, de acuerdo con Demetrio Vázquez Apolinar, debe reinventar la fe que no les fue heredada por sus mayores. Por tanto mediante la escritura es que intentan construirla, así como “distinguir su horizonte, su saber y su sentido, su idea y su voluntad de crear un mundo a la me medida de su destino.” Mediante su recepción crítica culmina cabalmente este proceso literario, gestado en el Laboratorio de Filosofía y Poética de la Universidad de Guanajuato, a cargo del ya mencionado Vázquez Apolinar.