Darla Decón es el pseudónimo de Rebeca Arroyo Rodríguez, nacida en San Miguel de Allende, con el que fuera firmado su Letal historia de fragilidad, publicado en 2004, en Guadalajara, con la ayuda del escritor tapatío Arturo Accio. Este su precoz debut literario, realizado los 15 años, está escrito desde una visión de mundo inequívocamente oscura; gótico, aborda los temas del odio, la autocompasión, la desolación y la amargura desde una perspectiva intimista, demasiado profunda y pasional, así como arrebatada. El abandono, la automarginación, la soledad, el rechazo hacia el mundo exterior, se confunden con un erotismo densamente emocional, en el que los sentimientos profundamente humanos como la sumisión sentimental o el ansia de herir, diametralmente opuestos, se difunden en una suerte de catarsis con visos de pandemónium. Así el amor sensual no escapa a sus turbulentas inquietudes: “Te quiero a ti / que tan perfecto pareces. / Ven y pisa mi ensueño, / hazlo polvo y llévatelo entre lo tuyo”. Este año el libro cumple 20 años y se erige como uno de los aportes a la literatura dark más emblemáticos de nuestro estado de Guanajuato.
En este poemario, cuya portada fue ilustrada con un dibujo de la misma autora y que ya nos adelanta el ambiente general de tristeza que prevalece en él, pareciera que cada verso está escrito con sangre caduca en ebullición, luchando contra sí misma por renacer de la muerte y transformarse en tinta inmortal, trasmutando los gritos de este duelo en ecos de eternidad. Y es que un ansia abrasadora de ser eterna, y así descifrar los enigmas del silencio y de la muerte, se percibe a lo largo de muchos de estos poemas. En cuanto a la construcción de los poemas, éstos sufren o gozan –ya es imposible saberlo– de una extraña musicalidad, un ritmo que tal vez la autora escuchó en su interior y que reconoció como propio: la voz de su alma desnuda en un mundo que se nos propone como inhóspito.
Existencialista hasta lo medular, este poemario está escrito desde una filosofía que la sociedad contemporánea pudiera calificar de mórbida, una filosofía del vacío inspirada en las tinieblas del romanticismo europeo. Dado que aborda una perspectiva de la realidad que no es precisamente comercial, por tratar, según la autora de “tocar simas de los sentimientos humanos, demasiado humanos”, quizá tocando temas aún tabúes para las sociedades conservadoras (como el suicidio), es claro que este tipo de literatura apunta hacia consolidación, en el ámbito de la libertad de expresión nacional, de la práctica de la más pura estética personal, a favor del arte y de la diversificación de la cultura.
La autora ha comentado que más que un buen recibimiento por parte de ciertos sectores de la juventud, y la crítica favorable de algunos artistas como Tim Hazell, pintor, poeta, músico, actor y director de teatro nacido en Suecia y radicado en San Miguel de Allende, lo que alcanzó con este libro fue una gran experiencia como creadora, al abrírsele así las puertas de un mundo al que ansiaba entrar: el del arte. El arte como una manera de explorar su ser. Esta misma exploración de su ser la llevaría también a acercarse al ballet de una manera muy disciplinada, actuar en varios perfomance y acercarse a foros culturales como el Tarumba.
Rebeca Arroyo Rodríguez, estudió luego en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Querétaro, graduándose como socióloga, y esta exploración que inició en su adolescencia con la de su ser se ha extendido hacia la de su entorno inmediato. Colaboró estrechamente para la revista A desalambrar de pensamiento crítico, publicando algunos ensayos sobre arte, cultura y sociedad, además de dedicarse a la edición de ésta.
Leer más de Darla Decón en nuestro periódico:
“Entrevista a Darla Decón, autora de “Letal historia de fragilidad”: https://guanajuato.extraextra.mx/2024/01/19/entrevista-a-darla-decon-autora-de-letal-historia-de-fragilidad/