Ana Paulina Calvillo, además de narradora y dramaturga, se ha desempeñado como docente de literatura a nivel bachillerato, así como editora e impresora, perteneciendo a una familia de impresores en la cual ella forma parte de la cuarta generación. Cabe destacar también que pertenece a una familia de escritores. Ella reside en Guanajuato desde finales del siglo XX, donde realiza proyectos culturales, de promoción a la lectura y es directora de Los Otros Libros. Estudió Arte Dramático en el Núcleo de Estudios Teatrales (NET, fue becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (1992 y 2002) Cuentos suyos forman parte de la antología Palabras germinales (La Rana, 2002) De su producción dramática publicó Los reyes (Los Otros Libros, 2020)”, según se nos informa en una solapa del libro. Fue beneficiaria del PECDA en 2021; recibió una Mención Honorífica en los Premios de Literatura León en 2020 por su cuento “Tocando fondo con las manos”; fue seleccionada en el Seminario para las Letras Guanajuatenses del Instituto Estatal de la Cultura en 2021 en el área de teatro y en 2023 en la categoría de novela.
¿Cómo y cuándo surge la editorial Los Otros Libros y qué tipo de libros publica?
Los Otros Libros nació como una colección de la Editorial San Roque, de la señora Delia Méndez Canchola en la primera década del siglo XXI. Mi colega y socio Jorge Olmos dirigía esta colección y me invitó a colaborar con él. Por cuestiones de la vida la señora Méndez no pudo continuar con su editorial y nosotros nos hicimos cargo. Con el tiempo nos quedamos con el nombre de la colección, que se acerca mucho a lo que nos interesa publicar.
¿Cuáles han sido algunos de los éxitos de ventas y/o crítica de la editorial y cuáles son algunas de sus últimas novedades?
Tenemos algunos libros agotados, esto podría llamarse éxito de ventas: La muerte en segunda persona, de Bernardo Govea. Dos tomos de Chispitas de lenguaje (ortografía y redacción), de Enrique Soriano, son un ejemplo. La coleción El Sueño del Ajolote, donde tenemos la fortuna de contar con un libro tuyo, Los hermosos ausentes, tiene un tiraje de cien ejemplares que puede reimprimirse pues son libros artesanales que gustan mucho. Uno de éstos es Turismo de casas imposibles, de Karla Gasca, que en 2023 agotó dos reimpresiones en un par de meses. Las Ruedas de las Aves, una traducción de los “poemas en sobre” de Emily Dickinson de mi hermano Juan Carlos Calvillo, en su primera coedición con Aquelarre Ediciones también se terminó. En la nueva edición entra a la terna Ediciones La Rana. Y el libro quedó bellísimo. En 2023 también salió Solo es tiempo, de Jorge Olmos, un libro de crónica-ensayo con aliento poético.
¿Cuáles son los planes de la editorial para el próximo año?
Estamos por sacar una obra de teatro de Mauricio Carrera, Aurora boreal, cuyo personaje principal es José Revueltas. Con este título abrimos una colección de dramaturgia que nos interesa mucho difundir. Yo estudié arte dramático y creo que muchos lectores nos perdemos la experiencia de leer teatro simplemente porque no estamos acostumbrados a ver este tipo de publicaciones.
Como editora independiente, ¿cuáles fueron los retos y aprendizajes que impuso la pandemia por la que pasamos?
El confinamiento no fue una mala época para mí, en cuanto a la cuestión editorial. Obtuve un apoyo estatal con el que pudimos publicar Escritura desde el encierro, tú la conoces, estás allí, una antología de nuestros autores cuyo centro de gravedad es el momento y la situación de la creación. Otro apoyo que logré fue federal, del programa Contigo en la distancia, con el que grabé una serie de podcast para los pequeños escritores que encuentras en Spotify, Temporada de historias. Creo que el primer año del confinamiento todos necesitamos del arte para distraernos y calmar nuestras angustias. Quizá el reto sería mantener esos espacios y esos públicos de regreso a la cotidianidad agresiva y desastrosa en la que vivimos ahora.
Como docente en literatura, ¿cuáles son algunas de tus estrategias para acercar la literatura a los adolescentes y jóvenes?
Tengo distintas experiencias de acuerdo a los niveles. Creo que los chicos de primaria y secundaria aún tienen la capacidad de asombro a flor de piel; es muy fácil enamorarlos de la lectura. Yo suelo acompañarlos, platicarles del libro que estoy leyendo y leer lo que ellos me recomiendan. Los viernes es el día en que llevamos colchonetas, cobijas y almohadas y nos tiramos a leer. Cada quién elige un libro y cuando lo termina se lo recomienda a sus compañeros. Sus reportes de lectura son lúdicos, un afiche, un cómic, una reseña. He notado que los jóvenes de preparatoria o ya son lectores o no les interesa leer. Aunque a estos no lectores a veces les atrapa un cuento y esto les maravilla.
¿Cómo ha sido la experiencia de Los Otros Libros como parte del Fondo Guanajuato y qué beneficios ha capitalizado de esta relación?
Pienso que Fondo Editorial Guanajuato no sólo es el Instituto Estatal de la Cultura, sino los que estamos involucrados en el quehacer editorial-literario y que unimos esfuerzos. Gracias al Fondo —y al presupuesto del Instituto— hemos podido viajar y darnos a conocer en otros estados, pero también nos hemos relacionado como gremio: nos conocemos, nos leemos, nos recomendamos. Me parece que es un proyecto muy noble que ha dado muy buenos frutos.
¿Qué tan rentable es el mercado de libros electrónicos en el contexto mexicano?
Mi idea sobre los libros electrónicos ha variado con el tiempo. Tú puedes encontrar los libros de la editorial de venta en Amazon, antes lo hacía así, lanzaba a la venta el libro impreso y digital. Desde hace un par de años yo me he vuelto lectora de e-book y, si te soy sincera, el 90% de mi biblioteca no son libros comprados. Desde el año pasado decidí, con autorización de cada autor, ofrecer el PDF para descarga gratuita desde nuestro sitio web. Muy pocos escritores en nuestro país pueden vivir de sus regalías, en cambio, muchos escritores deberían poder ser más leídos, llegar a más gente. Esa es nuestra apuesta.
¿Cuáles son en tu opinión las habilidades que debe desarrollar un buen editor en un medio en el que el libro es un objeto infravalorado?
No estoy tan de acuerdo con la idea del libro infravalorado. En la última FIL no quise comprar nada porque todos los libros rondaban los 400 pesos y hacia arriba. Pero, contestando tu pregunta, creo que la primera habilidad que debe desarrollar un editor es el olfato. Si publicas cualquier cosa es igual cómo lo publiques.
¿Cómo surge en tu vida la pasión por editar y cómo ha influido la tradición familiar en ello?
Desde que tengo memoria me han atraído las historias. Cuando era pequeña y aún no sabía leer, mi hermana mayor me relataba un libro mientras me dejaba tenerlo entre las manos. No entendía cómo funcionaba, pero sabía que ése era un objeto mágico. Un poco después de esa época yo iba uno o dos días durante las vacaciones de verano a la imprenta de mi padre, que es maestro tipógrafo. La visita consistía en formar e imprimir yo misma las tarjetas que llevarían mis libros del siguiente ciclo escolar. Escribía tan sólo mi nombre, pero veía a mi padre componer, letra por letra, palabras, oraciones, párrafos y páginas que eran impresas en máquinas centenarias. Yo sabía que él era el artífice de la magia que me apasionaba y siempre quise imitarlo.
Como autora de cuentos, ¿cuál es tu idea personal de este género?
Comparto, o más bien me afilio, a la idea de Mónica Lavín: un texto de esencia provocadora, de brevedad efervescente que pide la complicidad del lector.
¿Cuáles son los retos de la educación media superior en relación a las habilidades lectoescritoras en nuestro contexto?
Solemos poner el dedo en las nuevas tecnologías, y de entrada estoy de acuerdo: los jóvenes no leen ni escriben como lo hacíamos antes porque todo lo resolvemos con el teléfono —y no es que ellos lo resuelvan, las tecnologías inteligentes no nos permiten pensar—. Pero, más allá de este problema, me parece que hemos perdido una máxima que antes permeaba todas nuestras actividades: “Las cosas que valen la pena cuestan trabajo”.
¿Actualmente te encuentras escribiendo algún nuevo proyecto literario?
Trabajo en el seminario de novela que ofrece Ediciones La Rana con la escritora Liliana Blum. Mi novela narra el viaje de una mujer que busca en la historia familiar para comprender su relación con su padre.
¿Cómo ha sido tu experiencia como autora de varias generaciones del Seminario para las Letras Guanajuatenses?
Muy rica y diversa. He trabajado con Claudina Domingo, Silvia Peláez, César Tejeda y ahora con Liliana. Escuchar a autores desarmar mi texto y el de mis pares es una experiencia de aprendizaje. Estar en este tipo de seminarios te da disciplina y rigor, no sólo con el propio texto, también uno adquiere la responsablidad de analizar los proyectos de los compañeros. También he sido alumna en otros talleres particulares: durante dos años trabajé con Ana García Bergua y con Alfredo Núñez Lanz, y llevo un seminario de lectura con la poeta y académica Paola Gallo. El creador necesita un espejo, un eco que te devuelva la voz con sus aciertos y sus errores.
¿Cómo ha sido, en tu opinión, la recepción de tu nuevo libro Marca de agua?
Bueno, no tengo una idea romántica del oficio de escritor. Un día Mauricio Carrera, ante mi renuencia a publicar, me dijo con una sonrisa: “Anímate, no pasa nada”; luego se puso muy serio y lo repitió: “En verdad no pasa nada”. Cada libro tiene sus lectores y yo traté de que Marca de agua estuviera en las manos de las personas que me interesaba que lo tuvieran. Lo demás es pura suerte.
¿Tienes hábitos particulares o manías a la hora de leer? ¿Y de escribir?
Leo con apoyo auditivo. Cuando era niña tenía unos libros infantiles que venían con su cassette para escuchar mientras ibas leyendo. Una campanita te indicaba el momento de cambiar la página. Yo era la persona más feliz del mundo; ahora que tenemos la opción del texto a voz, regreso a esa experiencia.
Para escribir tengo muchas manías. Me gusta investigar antes de tomar la pluma. Mientras escribo voy corrigiendo cada párrafo. Escoger las palabras correctas en el orden correcto, diría mi hermano. Soy muy lenta porque pienso que forma es fondo. No basta una buena historia: hay que saber contarla.
Leer más de Ana Paulina Calvillo en nuestro periódico:
“Acerca de ‘Marca de agua’ de Ana Paulina Calvillo”: https://extraextra.mx/acerca-de-marca-de-agua-de-ana-paulina-calvillo/