Presentamos cuatro poemas del libro Amor de primavera en otoño (Poemas de la A a la U) del escritor y docente José Sánchez Juárez, quien también firma como Jos Ortiga. Éste es su último libro y fue presentado el pasado 23 de noviembre de 2023 en la Casa de la Cultura de Guanajuato, junto al cantautor Manolo Solo, en una evento se denominó “Poesía al compás de una canción”.
Cabe señalar que el pintor guanajuatense Moroni “Antelli” fue el autor de la portada y asimismo ilustró los interiores del libro.
Como educador, José Sánchez se ha desempeñado principalmente en la Educación Especial en un Centro de Atención Múltiple en la ciudad de Guanajuato, además de un servicio denominado como USAER 26, en el mismo municipio.
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A LA VERA DEL CAMINO
A la vera del camino,
mi llanto asentó su desconsuelo.
Lágrimas, enigmas fecundados,
se arraigaron al costado de la piedra universo.
A la vera del camino
mi tristeza dejé,
tierna semilla con bostezos,
en tarde de añoranzas y viento de otoño.
A la vera del camino,
sí, en el transitar serpenteado,
los sueños fallidos anidé
en maleza de cardos hirientes.
A la vera del camino, de hecho,
me senté frente al horizonte,
quizá viera pasos de sombras transeúntes,
quizá los embriagados por egos insatisfechos.
A la vera del camino,
una tarde en aquel otoño,
conté al oído de mi amigo viento,
inéditos secretos, mi mayor burla,
siendo el tonto que perdió el rumbo y los sesos.
A la vera del camino,
también perdí la vista,
me cegó el brillo del oro, ídolo,
que compra al mismo corazón.
Más un día inesperado,
mientras mis manos abrían los suplicios,
a la vera del camino,
la dama de tiernos pies, llegó,
sus manos anidaron las mías
y sin un abrir de labios
con la textura de la esperanza, expresó:
Con la décima octava luna del verano,
prepara tus mejillas.
ME QUEDÉ PARA VERLO
La vida muda ropajes a cada instante,
parece mujer ataviada con la vanidad.
Es extraordinaria y te espera tras la esquina
para sorprenderte de nueva cuenta.
Sí, me quedé para verlo y vivirlo,
lo veré con otros ojos y lo viviré.
¿Por qué no me fui de este mundo?
Rara la persona que sortea el golpe de la muerte.
Y aquí estoy para contarlo.
Ya lo narré tejido a preguntas infinitas…
¿Por qué no mudé de vecindario?
¿Por qué no abandoné mi residencia?
Tenía que quedarme para vivirlo y verlo.
Pero, qué.
El encuentro con el alma que se funde a mí.
El diálogo con el ser que mora en mi Ser.
Lo insólito, lo desconcertante,
lo que me pone de cabeza.
Me quedé para ver el ave con alas sorpresa.
Permanecí para teñirme las blancas sienes
con un tinte de ilusión y fantasía,
y
para asistir a la gran fiesta de la vida,
donde bailas conmigo este vals jamás oído.
ME SONROJO
Sí,
lo reconozco.
Me sonrojo en tu compañía.
Basta que despliegues la sombra de tu dorso
sobre el aura de mi trémula mano,
para que mi corazón irrumpa en contorsiones.
Volcán de pasiones,
volcán de emociones,
erupción de alegrías y sinrazones.
Me abrigo a tu mirada y me sonrojo.
Me visto con la tela del atardecer,
con esos matices rojos, naranjas y tornasoles;
con ellas, mi traje nuevo preparo
y al ponerlo sobre mis hombros
simplemente… me sonrojo.
Si siento la tibieza de tu piel,
barro sobre barro, alma sobre alma,
mi mirada se fuga sobre el infinito de la tuya
y entonces todo se torna convulso,
todo explota,
todo irradia,
todo va y viene,
oleaje interminable,
cual huracán que se agita y se mueve,
y lanza fuegos a diestra y siniestra.
Y simplemente… me sonrojo.
¡Fantástica alegría mágica!
Un sentir vivo en el roce de tu imaginación
y, entonces, vuelvo a sentir que todo estalla,
con la fragancia irisada en pétalos de tus dedos.
Vida en éxtasis,
vida que se dispersa en mil trozos,
vida para beberse sorbo a sorbo,
vida para soñar y encontrarse con el día,
tan sólo el hecho de prolongar
un roce de tus manos mariposa,
al tiempo que en mi rostro emerge
ese paisaje con luna sangrante.
Y simplemente… me sonrojo.
NACIMIENTO DE LA LUNA
Llegamos de un viaje agitado,
Hemos sido convocados a ver
el nacimiento de la luna,
esperanza de un comenzar
y el brotar del árbol de la vida
con el fruto de una fresca ilusión.
¿A dónde vas sin mí?
¿A dónde llevas la esperanza?
Quédate a mi lado, milagro ocurrido, ha.
Mira la luna naciente, brotar de semillas,
cómo hincha el germen
de nuestros corazones ruborizados.
Mira el horizonte con una cara de sorpresa,
mientras, le prende, ese garfio amenazante,
en un intento por matar sus sueños.
Es la luna que se interroga
sobre los siguientes veintiocho días.
Pero esta luna se ve a sí, amanecer de la vida,
que busca desgarrar la vestidura añeja,
que arranca las ataduras a este insípido mundo
y hunde su faz en el cuenco de las posibilidades.
Es la luna tierna
con el paño atado a su cabellera.
Es la luna niña
que se atavió con el vestido de soles,
estrellas que palpitan en airosos destellos.
¡Raro el camino que me trajo a este prodigio!
Ha nacido la luna y nos congregamos,
testigos alucinados de este gran evento,
un ciclo que rige latidos,
posibilidades y nuevos encuentros.
¡La fiesta ha comenzado!
Leer más del poeta José Sánchez Juárez en:
“‘Génesis del amor’: cuatro poemas de José Sánchez Juárez”: https://guanajuato.extraextra.mx/2023/04/05/genesis-del-amor-cuatro-poemas-de-jose-sanchez-juarez/