Centro Estatal de Prevención y Reinserción Social de León
Los abusos, la corrupción, el autogobierno y los malos tratos, forman parte de la rutina que viven diariamente quienes se encuentran privados de la libertad en nuestro país. Sabemos que las violaciones a derechos humanos, la tortura, la carencia de servicios de salud y de condiciones mínimas de higiene son el común denominador de nuestras cárceles y el pan de cada día de los internos e internas.
Quejas sobre violaciones a derechos humanos reportadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el último año –sin contar las interpuestas a nivel estatal, y las que no se reportaron– nos demuestran una cosa: nuestras cárceles, lejos de lograr su objetivo de reinsertar a las personas en la sociedad, se han convertido en especialistas en crear delincuentes.
Como sociedad, nos hemos vuelto tolerantes a dichos abusos; estamos acostumbrados a escuchar historias de terror que ocurren dentro de nuestras cárceles sin darnos cuenta de lo preocupante que es vivir en un país con un sistema penitenciario fallido o, lo que es más, sin comprender que las consecuencias las sufrimos día a día todos como sociedad. El problema de la nueva justicia publicada en 2008, validada en 2018. El área debería hacer un programa de área social; el mismo servidor público discrimina. Las famosas escuelas del crimen. Apostarle más al sistema de justicia penal.
Lejos de interesarnos por lo que pasa en nuestras cárceles, hay quienes llegan a pensar que las personas merecen ser víctimas de tales tratos por haber cometido un delito, partiendo de la utopía que las cárceles están llenas de delincuentes, y no de gente sin acceso a una defensa adecuada, como sucede en la realidad.
Independientemente de las razones sociales o económicas por las que una persona se encuentre privada de la libertad, las cuales tristemente en su muchas veces no corresponden a su culpabilidad en la comisión de un delito: no podemos apartar la vista de este problema que nos afecta a todos, la terrible crisis de inseguridad y contexto de violencia en el que vivimos. Ante la corrupción que día a día está presente y la ineficiencia de programas de reinserción social dentro de los centros penitenciarios, y la indiferencia que como sociedad mostramos al respecto, no debe sorprendernos que se sigan cometiendo crímenes desde prisión: extorsiones, secuestros, homicidios, y todo tipo de delitos relacionados con la delincuencia organizada se siguen llevando a cabo aún y cuando los responsables se encuentran privados de la libertad.
Dicen que las cárceles son el reflejo de lo que ocurre en un país. Si algo hemos debido aprender hasta hoy es que la inseguridad no puede resolverse aislando y apartando, sino afrontando y atendiendo: no podemos hacernos de la vista gorda sobre lo que ocurre dentro de nuestros penales, y al mismo tiempo exigir que no haya delincuencia.
Entre muchas otras deficiencias, encontramos con mayor incidencia:
° Falta de separación entre procesados y sentenciados.
• Deficientes condiciones materiales, equipamiento e higiene de las áreas de dormitorios, sancionados, sujetos a protección, cocina y comedores.
• Insuficiente personal de seguridad y custodia.
• Hacinamiento.
• Falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo.
• Falta de prevención y atención de incidentes violentos.
• Condiciones de autogobierno/cogobierno.
• La mayoría de los centros visitados no cuenta con algún programa para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria eficiente.
• Bajo control en el ejercicio de las funciones de autoridad en actividades productivas, educativas y deportivas, de alimentación, mantenimiento y limpieza, así como el control del ingreso de visitas tanto familiar como íntima, uso de los teléfonos y de la seguridad.
• Se observaron áreas de privilegios y presencia de objetos y sustancias prohibidas.
• Deficientes condiciones materiales y de higiene del área médica.
• Carencia de instrumental médico, de unidad odontológica y de personal
Pero, ¿a qué se debe la mala calidad? Podemos atribuirlo a que actualmente las cárceles estatales y federales destinan en promedio 330.50 pesos cada día para cubrir la alimentación, las medicinas y los uniformes de los reos, así como los pagos de energía eléctrica, combustibles, mantenimiento de inmuebles, salarios de custodios y organización de actividades educativas, culturales y deportivas, mientras esos mismos gastos podían cubrirse con 128 pesos diarios en 2010.
El Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 señala que los centros penitenciarios cuentan con una partida aprobada por 17 mil 370 millones de pesos, mientras que un informe del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) precisa que a julio de 2020 la población carcelaria en todo el país era de 198 mil 349. La calidad la podemos atribuir a el bajo presupuesto, que el costo diario por cuidar y readaptar a cada uno de los presos en el país creció más de 100 % en una década. Dicha cantidad de presos resulta menor en 22.4 % si se compara con los 255 mil 638 reos que hubo en 2014, año con la mayor población penitenciaria en México y el último antes de que entrara en vigor el nuevo sistema penal acusatorio, que eliminó el ingreso automático de personas a prisión preventiva para diversos crímenes de bajo impacto. En ese mismo año la Secretaría de Hacienda aprobó un presupuesto de 18 mil 505 millones de pesos, lo que dejaba un gasto promedio diario de 273.17 pesos para cubrir las necesidades básicas de atención y funcionamiento de los Centros de Readaptación Social.
El problema de sobrepoblación es uno de los obstáculos más importantes que enfrenta el sistema penal mexicano, porque impide el principal objetivo del castigo: la posibilidad de reinserción del inculpado a la sociedad (Zepeda, 2011).
La situación de hacinamiento deteriora las condiciones de reclusión. En celdas construidas para 6 u 8 personas se alojan 14 o 20 internos. Con ello, los programas de reinserción se dificultan puesto que los servicios se vuelven deficientes. Surge entonces la corrupción, la lucha por los espacios y el autogobierno. Comienza la mercantilización de todo tipo de servicios, incluso aquellos que por norma deberían ser transparentes y gratuitos. Se ha documentado ampliamente las redes de corrupción que operan en los centros penitenciarios en las que no en pocos casos incluyen la participación de funcionarios públicos, así como acciones de extorsión realizadas por grupos dominantes. En este ambiente violento y enrarecido pulula la violencia.
Nota: La información corresponde al promedio nacional por capítulo de gasto calculado con base en 28 entidades federativas. No se consideraron los estados de Aguascalientes, Coahuila de Zaragoza, Puebla y Tamaulipas, debido a que no proporcionaron datos. De acuerdo con la clasificación por objeto de gasto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público los capítulos de gasto son:
Capítulo 1000: Servicios personales
Capítulo 2000: Materiales y suministros
Capítulo 3000: Servicios generales
Capítulo 4000: Transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas
Capítulo 5000: Bienes muebles, inmuebles e intangibles
Capítulo 6000: Inversión pública
Capítulo 7000: Inversiones financieras y otras provisiones
Capítulo 8000: Participaciones y aportaciones
Capítulo 9000: Deuda pública
Evoluciones de la calidad de los cerezos y de la reinserción social
“Para que un centro penitenciario funcione adecuadamente debe estar dotado de la infraestructura, así como de la normatividad y de los recursos humanos necesarios que garanticen una reinserción social efectiva, a través del acceso a las actividades laborales, de capacitación, educación, salud y el deporte; asimismo, es esencial que las situaciones al interior de los centros penitenciarios garanticen una estancia digna a las personas recluidas.’’ (CNDH, 2019).
En el presente apartado realizaremos un breve acercamiento a la evolución de los CERESOS en Guanajuato, partiendo de calificaciones proporcionadas por la CNDH y asignadas a los centros de readaptación social correspondientes a nuestra delimitación (León, Celaya, San Miguel de Allende e Irapuato) desde el 2006 hasta 2019.
1. Evaluación
Las puntuaciones más altas a nivel nacional se las llevan 3 estados, entre ellos Guanajuato, con un promedio de 8.01 en 2019. A continuación un resumen de los últimos 15 años para Guanajuato en las evaluaciones de la CNDH (CNDH, 2019)
Estas calificaciones se logran evaluando cinco rubros específicos: aspectos que garantizan la integridad personal del interno, los aspectos que garantizan una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social del interno y la atención a los internos con requerimientos específicos.
La dinámica de evaluación es la siguiente: se visitan los centros de readaptación social, se realizan los chequeos necesarios y, con base en los datos recolectados, se realiza la valoración de rubro y se entrega el promedio. A continuación las calificaciones de cada CERESO estatal de Guanajuato:
No. Centro 2019
1 Centro Estatal de Reinserción Social de Guanajuato. 7.98
2 Centro Estatal de Reinserción Social de León. 8.15
3 Centro Estatal de Reinserción Social de San Miguel de Allende 8.13
4 Centro Estatal de Prevención Social de Irapuato. 7.19
5 Centro Estatal de Reinserción Social de Valle de Santiago 8.50
6 Centro Estatal de Reinserción Social de Salamanca. 8.19
7 Centro Estatal de Prevención y Reinserción Social de Pénjamo 7.99
8 Centro Estatal de Prevención Social de Celaya 7.94
Fuente: (CNDH, 2019)
2. Fortalezas y debilidades de los CERESO:
A) Centro Estatal de Reinserción Social de León: Calificación: 8.15 (con altos índices a la baja)
Durante la inspección se señalaron temas que sufren de deficiencia y se considera adecuado tener una mayor participación, se dividen en 4 rubros:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO:
• Sobrepoblación: el CERESO León cuenta con una sobrepoblación ligeramente significante.
Capacidad Población
Hombres 1498 1707
Mujeres 128 49
Fuente: (CNDH, 2019)
• Aumentar los programas para la prevención y atención de incidentes violentos.
RUBRO II: ASPECTOS QUE GARANTIZAN UNA ESTANCIA DIGNA
• Uno de los puntos principales de este rubro es la inexistencia o decadencia de medidas de higiene en la cocina y/o comedores donde los internos ingieren sus alimentos.
RUBRO III: CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• Insuficiencia de elementos de seguridad y, por consiguiente;
• Presencia de actividades ilícitas.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• No existe una adecuada organización ni registros para el cumplimiento del plan de actividades.
Dentro de estas deficiencias también hay puntos a destacar dentro de cada rubro, pues se cumplen con muchas de las exigencias necesarias para lograr un buen control de la situación:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
• El titular hace una correcta supervisión del funcionamiento del centro.
• Se realiza una correcta prevención de violaciones a los derechos humanos y se cuentan con mecanismos para detectarlos.
• Atención de las personas internas en condiciones de aislamiento.
RUBRO II: ASPECTOS QUE GARANTIZAN UNA ESTANCIA DIGNA
• Se cuenta higiene y herramientas necesarias en el área médica.
• Se cuenta higiene y herramientas necesarias para la comunicación con el exterior.
• Alimentación (no se especifica la dieta).
RUBRO III: CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• Existe normatividad que rige al centro (reglamentos, manuales, lineamientos y disposiciones aplicables; su difusión y actualización).
• El personal penitenciario satisface las especificaciones de capacitación.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• Integración del expediente técnico-jurídico.
• Integración y funcionamiento del Comité Técnico.
• Existen actividades educativas y se implementan con concurrencia.
• Existen actividades deportivas y se implementan con concurrencia.
• La persona privada de su libertad cuenta con un cierto grado de vinculación con la sociedad
RUBRO V: GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Se le da atención a personas adultas mayores, indígenas y a quienes viven con VIH/SIDA.
• Se elaboran y evalúan los programas de prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria.
B) Centro Estatal de Reinserción Social de San Miguel de Allende: calificación: calificación 8.13 (con pocos índices a la baja).
Principales debilidades y/o áreas a mejorar:
RUBRO I. ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
Capacidad Población
Hombres 270 362
Mujeres 0 0
• Sobrepoblación.
• Existen muy pocos programas que prevengan y detecten incidentes violentos.
• No existe un medio para la remisión de queja de probables violaciones a los derechos humanos.
RUBRO III: CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• Pocos elementos de seguridad y custodia.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• Deficiente separación entre procesados y sentenciados.
• Son inexistentes las actividades laborales y de capacitación.
RUBRO V: GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Pocas las acciones enfocadas a la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
Aspectos positivos:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
• El titular hace una correcta supervisión del funcionamiento del centro.
• Se realiza una correcta prevención de violaciones a los derechos humanos y se cuentan con mecanismos para detectarlos.
• Atención de las personas internas en condiciones de aislamiento.
RUBRO II ASPECTOS QUE GARANTIZAN UNA ESTANCIA DIGNA
• Se cuenta higiene y herramientas necesarias en el área médica y en el comedor/cocina.
• Se cuenta higiene y herramientas necesarias para la comunicación con el exterior, talleres y áreas deportivas.
• Alimentación (no se especifica la dieta).
RUBRO III CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• Existe normatividad que rige al centro (reglamentos, manuales, lineamientos y disposiciones aplicables; su difusión y actualización).
• Existen procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias.
• El personal penitenciario se encuentra capacitado.
RUBRO IV REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• Integración y funcionamiento del Comité Técnico.
• Existen actividades educativas y se implementan con concurrencia.
• Existen actividades deportivas y se implementan con concurrencia.
• La persona privada de su libertad cuenta con un cierto grado de vinculación con la sociedad
RUBRO V GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Atención a personas adultas mayores, indígenas, a quienes viven con VIH/SIDA y a personas LGBTTTIQA+.
C) Centro Estatal de Prevención Social de Irapuato. Calificación 7.19 (con medias tendencias a la baja)
Aspectos negativos y a mejorar:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
• Sobrepoblación.
Capacidad Población
Hombres 223 332
Mujeres 24 12
Fuente: (CNDH, 2019)
• Decadente medio para la remisión de queja de probables violaciones a los derechos humanos.
RUBRO II: ASPECTOS QUE GARANTIZAN UNA ESTANCIA DIGNA
• Condiciones materiales y de higiene decadentes en los alojar a las personas privadas de la libertad.
RUBRO III: CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• Poco personal de seguridad y custodia y;
• Presencia de actividades ilícitas y cobros.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• No existe una adecuada organización ni registros para el cumplimiento del plan de actividades.
RUBRO V: GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Pocas acciones enfocadas a la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria.
Fortalezas:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
• Existen servicios para cuidar y mantener la salud.
• El supervisor realiza un correcto funcionamiento del centro.
• Existen programas para la evitar y detectar incidentes violentos.
• Atención de las personas internas en condiciones de aislamiento.
RUBRO II: ASPECTOS QUE GARANTIZAN UNA ESTANCIA DIGNA
• Existen instalaciones higiénicas para la comunicación con el exterior.
• Condiciones materiales e higiene de los talleres y/o áreas deportivas.
RUBRO III: CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• Existe normatividad que rige al centro (reglamentos, manuales, lineamientos y disposiciones aplicables; su difusión y actualización).
• Existen procedimientos para la imposición de las sanciones disciplinarias.
• El personal penitenciario se encuentra capacitado.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• Integración del expediente técnico-jurídico.
• Integración y funcionamiento del Comité Técnico.
• Existencia de actividades deportivas.
• Existe un acercamiento adecuado entre la persona privada de la libertad la sociedad.
RUBRO V: GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Atención a personas indígenas, a quienes viven con VIH/SIDA y personas LGBTTTIQA+.
D) Centro Estatal de Prevención Social de Celaya. Calificación: 7.94 (con medios índices a la alta).
Debilidades y áreas a mejorar:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
• Sobrepoblación.
Capacidad Población
Hombres 378 425
Mujeres 28 12
Fuente: (CNDH, 2019)
• Muchos internos en una sola celda.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• Los procesados y sentenciados se encuentran en una misma área.
• Insuficiencia o inexistencia de actividades laborales y de capacitación.
• Insuficiencia o inexistencia de actividades educativas.
RUBRO V: GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Mínima atención a mujeres y/o personas menores de edad que vivan con ellas.
• Decadentes y escasos programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
Fortalezas:
RUBRO I: ASPECTOS QUE GARANTIZAN LA INTEGRIDAD PERSONAL DEL INTERNO
• El titular del centro cumple con una correcta supervisión del funcionamiento.
• Existen para la evitar y detectar incidentes violentos.
RUBRO III: CONDICIONES DE GOBERNABILIDAD
• El personal penitenciario se encuentra capacitada.
RUBRO IV: REINSERCIÓN SOCIAL DEL INTERNO
• Existen actividades educativas que fortalecen las habilidades intelectuales de los internos.
• Existe organización y registros para el cumplimiento del plan actividades.
• Existe cierto nivel de conexión entre la persona privada de la libertad y la sociedad.
RUBRO V: GRUPOS DE INTERNOS CON REQUERIMIENTOS ESPECÍFICOS
• Atención a personas indígenas, LGBTTTIQA+, con discapacidades y a quienes viven con VIH/SIDA
El impacto en la reinserción social
Los CERESOs forman parte de una maquinaria de marginación social. La realidad del sistema penitenciario es que es la mayoría de los internos ya vivían en la marginación antes de ser encarcelados, en su mayoría indígenas, personas que se encontraban en situaciones económicas complicadas y mujeres que se veían involucradas en delitos o en trasladar droga.
Salir de los centros no significa que la marginación termine, al contrario, es añadir una nueva etiqueta que significará un rechazo mayor por lo que implica estar en un centro de detención. Los centros penitenciarios son espacios criminógeno y de marginación donde los internos se desarrollaran y crecen dentro de un tiempo determinado. Es por ello que es de gran importancia que los centros reúnan los requisitos que establecen las normas (CNDH, 2018).
Los rubros presentados muestran deficiencia dentro de los centros ya mencionados, las deficiencias con mayor incidencia son: insuficiencia de personal, insuficiencia de actividades laborales y de capacitación, equipamiento e higiene de las áreas de dormitorios, deficiente separación entre procesados y sentenciados, insuficiencia de programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria, presencia de actividades ilícitas, entre otros.
Es importante que los centros comiencen a seguir procesos y diagnósticos necesarios y que sean implementados por personal capacitadas y profesionalizadas para garantizar un correcto desarrollo y evitar la ‘’contaminación’’ de los internos y proporcionarles herramientas para una correcta y sana estadía.
Para poder alcanzar una correcta reinserción social, los centros buscan desarrollar 5 ejes principales: 1) educación: actividades y estudios formales que mejoren las capacidades básicas de los internos; 2) salud: instalaciones que proporcionen servicios de salud profesional, higiene en la cocina, comedores, celdas de los internos y salud mental; 3) deportes: actividades y espacios idóneos y seguros para una correcta activación física; 4) trabajo y 5) capacitación para el mismo: es indispensable que después del confinamiento la persona sepa vivir conforme a la ley y desarrolle su sentido de responsabilidad, manteniéndose con el producto de su trabajo con debida aptitud para hacerlo, es por ellos que personal capacitado y profesionalizado capacite y desarrolle las capacidades del interno (CNDH, 2018).
- Conclusiones
Haciendo una recapitulación de los puntos decisivos de la investigación obtenemos que el concepto de calidad, si bien de difícil sujeción teórica, asentado en un orden práctico de resultados concretos, nos permite emplearlo viablemente en la eficia del sistema penitenciario regional, en el específico rubro de los CERESOs.
Aludiendo al cambio de paradigma que va de la concepción según el cual la función primaria de la cárcel es alejar al delincuente de la sociedad debido a que supone un peligro, hasta la que supone que su función es la readaptación para hacer del preso una persona reeducada por medio del trabajo y la atención a sus necesidades de marginación, concepción esta última a la que apelamos, hemos comprobado sin embargo que la realidad empírica demuestra que este ideal no se ha alcanzado en la práctica debido a condiciones precarias, deficientes, corruptas, ineficientes e incorrectas en la ejecución y realización de los instrumentos de trabajo técnicos y prácticos para que sea posible. Sin embargo, es nuestro convencimiento que este paradigma no debe abandonarse, pues supone un innegable progreso al espíritu de reconocimiento de los derechos humanos que debe permear una sociedad democrática contemporánea.
La solución estaría más bien en la exigencia de los funcionarios de este rubro de un nivel estandarizado de calidad que debería ser una meta per se. Hablamos de que la vigilancia en la atención de este campo sea trasparente y esté en un foco de atención importante y permanente por parte no sólo del gobierno y de los organismos defensores de los derechos humanos, sino de la ciudadanía, ya que ella es la más afectada por este problema en la vida cotidiana. Esto es imperativo debido a que, como hemos visto, la cárcel ha supuesto hasta nuestros días (lastre de muchos siglos) un seno de oscuridad, vicio y corrupción en el que se agazapa, fuera de la vista y del conocimiento público, toda clase de aspectos negativos que siguen fomentando en el convicto el espíritu criminal y hacen que continúe su desilusión social. Los que recae en que el ex convicto, aun cuando haya cumplido su misión de reeducarse, salga manchado con un estigma social que lo margina y orilla nuevamente al crimen, creándose un círculo vicioso. Tomando conciencia de observar las cárceles y hacerlas objeto del escrutinio público, como lo hemos hecho con otras instancias como las elecciones o el sistema de salud, avanzaremos sin duda un largo trecho en hacer de esta sociedad una sociedad preocupada en reconstruir sus cimientos y organizar las posibilidad para una mejor convivencia para todos.
Para esto es necesario también exigir que se aumente también la partida presupuestal para las cárceles, venciendo el estigma antes señalado, y considerando la educación de los presos en la misma medida que consideramos la educación básica de nuestros hijos y la importancia de las universidades para nuestros investigadores. La experiencia de otros países ha comprobado cómo la inversión en educación ha supuesto una llave que abre la mejoría en otros ámbitos de la vida social.
Razón por lo cual comprobamos que estas mejorías al sistema penitenciario deben ser abordadas expresamente en las políticas de campaña de los funcionarios y gobernantes, lo cual sin duda incidiría en la concreción del cambio de paradigma señalado. Ya que vemos que estas mejorías, asentadas en la igualdad de derechos y en la protección a la calidad humana, suponen un vacío en el discurso político de los gobernantes. Siendo a veces lo prevalente lo contrario: la pretensión de aumentar las medidas de control y las penas para los presos; lo que, como hemos visto, no mejorar en nada en problema, sino que lo hace más grande, en razón de que las condiciones materiales y funcionales de los CERESOs no favorecen ni siquiera que los delincuentes no sigan cometiendo crímenes, sino que incluso desde el mismo seno carcelario cometen nuevos crímenes contra la sociedad carcelaria y contra la sociedad exterior, lo que afecta a toda la sociedad en su conjunto y vuelve a cerrar el círculo vicioso.
Es necesario pues, en conclusión, reeducar no sólo a los presos, sino también a la sociedad en general, en la dirección de que este cambio de paradigma se concrete, no sólo en los debidos diagnósticos de la situación actual en que se encuentran los centros penitenciarios, sino en la reformulación a conciencia de todas sus normas y manuales con los que trabajan, fortaleciendo las comisiones de inspección y evaluación para que la trasparencia favorezca la toma de conciencia a que hemos aludido.
Y del mismo modo reeducar a la sociedad en general para que reconozca de una vez por todas la responsabilidad que le toca en esta materia, poniendo los ojos en esta problemática, en vez de apartarla horrorizada y volver a condenar, lo cual no aporta ninguna solución.
5.- Bibliografía
CNDH. (2018). Modelo de reinserción social.
CNDH. (2019). Diagnostico nacional de supervisión penitenciaria: Ceresos, Ceferesos y Prisiones Militares. México.
Gobierno de México (2020). Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional.
INEGI. (2017). Estadísticas sobre el sistema penitenciario estatal en México. Documentos de análisis y estadísticas.
Ley Nacional de Ejecución Penal (2016). https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lnep.htm
López, R. “Mantener a reos cuesta más del doble que hace una década”. Milenio. https://www.milenio.com/policia/mantener-a-reos-cuesta-mas-del-doble-que-hace-una-decada
México Evalúa (2016). Privatización del sistema penitenciario en México. Fundación para el Debido Proceso.
Zepeda Leucona, G. (s/f). Situación y desafió del sistema penitenciario mexicano. Centro de Análisis de Políticas Públicas.