Presentamos una selección del poemario Sortilegios del viento, publicado en 2017 por la Universidad de Guanajuato dentro de su colección “Cocodrilo”. Acerca de este libro se nos informa en la contraportada: “La palabra poética traduce el sentir humano y expresa el devenir de las formas y representaciones íntimas. Sortilegios del viento, de Inés Ferrero Cándenas, es la estructuración de una plétora de enunciados provenientes de lo más profundo de esa voz y palabra, donde el viento da lugar a otras manifestaciones como la atracción, el amor, la unión, los encuentros, las pasiones y los sueños, así como sus contrarios, que son el motor que articula el efecto poético: ese momento en que los sentimientos humanos se complementan y al mismo tiempo se repelen.”
La autora es nacida en Asturias, España. Estudió Literatura Inglesa en la Universidad de Oviedo y es Doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Edimburgo. Actualmente es profesora en la Universidad de Guanajuato, México, donde reside. Ha escrito sobre Remedios Varo, el papel de la mujer en el surrealismo y la interrelación entre la literatura y las artes visuales. Es autora del poemario El caracol de arena y colaboradora en colecciones y revistas de poesía en España y México.
Los poemas “El banquete” y “Altar” son reproducidos a petición de la autora, mientras que el resto fueron seleccionados por este reportero. Los poemas se ordenan tal como van apareciendo en el libro. Esperamos que los disfruten.
EPITAFIO
La madurez del cuerpo encierra una promesa asombrada
de su verdad.
Gnosis de la raíz
dando respuestas frente a la noche:
vamos a todas partes y sin retorno.
Ya nos hemos amado allá,
en el lugar donde alguien silva sobre nuestros nombres.
EL BANQUETE
Hundes tu boca en su brazo.
Él te mira inexpresivo
la sangre brota tácita, caliente, perfectamente líquida.
Un espacio impecable nos rodea.
Yo no hablo,
solo miro.
La grieta en su epidermis denota un vasto sentimiento de
soledad.
Caes sobre ti misma
sobre él,
saboreas paladeas degustas deglutes.
Quien prueba el sabor del deseo no lo olvida nunca.
Tienes los ojos delirantes
la cabellera revuelta
actúas como sonámbula,
nueva dama de rojo
la seducción, la persecución, la caza.
Él alza el brazo
abre la mano
la desliza por tus pechos
encuentra tu mirada
¿Encima de este suelo o dentro de tu alma?
Avanzas, retrocedes,
sigues tu camino escarlata hacia abajo,
cortas tendón
pinchas carne
muerdes saboreas transitas masticas.
Es la imagen perfecta,
el amor en estado más puro
“cada quien tiene la muerte que busca,
cada quien muere como vive”.
La memoria es lenguaje que despierta en el tacto
y se siente en la boca.
ALTAR
Abro la puerta.
Era el zorro.
No lo miré.
Estaba salvada.
Desde el silencio se observa mejor:
una forunculosis psíquica en estado crónico de erupción,
sombras sin remedio,
nervios destemplados,
el espectáculo bizantino de lo inefable.
Dos moscas reproduciéndose sobre la mierda
para que nazca el hongo que lo ha visto todo.
Un altar con forma de este hongo.
Piedras en forma de caracol, bezoares, noches,
madrugadas, hikuri, arena y mar.
Sal con forma resplandeciente de serpiente
que apunta a la constelación de cáncer.
Más allá
sobre la de escorpio,
un sol negro escucha música vieja.
La foto de una cara con dientes de metal
junto a un pene solitario.
Ambos,
rostro y pene,
se reflejan en espejos rotos.
También existe el vello público de tres rubias cansadas de
olores descompuestos.
Arriba,
espectral,
ácida e incorrecta hasta lo innombrable,
la luna mira
como esfera de un reloj por el que no corre el tiempo.
Escucha el llanto humillado de los urinarios que insisten
en rogar.
Luna triste porque sabe que según la cábala,
Dios permite que su esplendor disminuya
para que los pobres demonios puedan soportar su luz.
FUTILIDAD
No hay tal lugar
porque nadie logra situarlo en un mapa.
Pero ignoran que
cuando alguien invoca su nombre
mientras cae la nieve,
todo puede surgir
aunque no haga falta.
SECRETO
Perdidos en la bruma
dos espíritus movidos por el deseo
se encuentran en el andén.
La flama está viva,
arde en la niebla,
hace que esta sea habitada,
que el invierno al fin suene.
IMPUNIDAD
Deseo una infinita variedad
de formas,
de mensajes contenidos en este breve espejismo
en este mínimo relámpago,
para que los dedos del destino
pasen por aquí sin tocar nada.