Ediciones La Rana publicó en 2015, en su colección “Clásicos de Guanajuato”, una edición facsimilar de Poesías de Margarito Ledesma, a quien se define desde el original de 1950 como “humorista involuntario”. Ledesma ha resultado ser un heterónimo de Leobino Zavala, abogado nacido en Uriangato en 1887 y muerto en San Miguel de Allende en 1974, quien escribe el prologo de la obra recurriendo al truco de referir que éste ha recibido de Ledesma los originales de sus poemas para que los publique, ya que éste no tiene recursos para hacerlo.
En su prologo, el autor define a su personaje Ledesma como “ingenuo poeta que, encerrado siempre en los estrechos límites de ‘esa veda tierra que lo vio nacer’ (…) ve las cosas a través de un prisma enteramente desconocido y extraño para nosotros, y del motivo más trivial, menos poético, y de menor importancia hace una ‘hermosa poesía’ o una ‘agradable composición’ como el mismo las llama candorosamente en su libro”.
Maragato Zavala es caracterizado como un hombre de incorrectas producciones, que sin embargo son un ‘himno fervoroso y continuo a su tierra natal”. Desde su escritura naif, usando palabras mal dichas, expresiones muy coloquiales, giros propios del habla vulgar entre versos que pretenden sonar cultos y grandilocuentes, arbitrariedades en la rima y otros recursos, suscita el humor del lector, quien reconoce en él a un personaje bien construido, con una idiosincrasia definida, una visión del mundo cándida y un sentir apegado a su pueblo y sus ideales soñadores.
Ledesma se percibe como un hombre dicharachero, de poca instrucción, confinado a los límites de su pueblo (por el que siente un gran cariño) y de su propio lenguaje, ante lo cual el lector puede llegar a sentir simpatía.
De la biografía de Ledesma se nació en Chumacuero de Comonfort y vivió siempre allí. De hecho, sus dos únicos supuestos viajes, a tierras cercanas, se consigan en su poesía y son motivo de nostalgias cómicas. Ferviente patriota, desea morir y ser sepultado a orilla de su querido río de La Laja. Gustaba de participar en celebraciones populares rectando sus compasiones.
Quizá la parte más humorística de sus composiciones son las notas al pie de página que inserta como glosas o explicaciones. En ella pasa a referir las chuscas anécdotas personales y vivencias detrás de los poemas, así como teje una red de relaciones con amigos, enemigos y otros poetas que habrían corregido algunas de sus poesías.
Uno de sus poemas más celebres, “Romero y Julieta”, es una reescritura de Romeo y Julieta, en la que narra un cómico idilio provinciano: “Y de arrimarme a tu balcón no hay modos, / ni pisando quedito y sin botines, / pues le tu mamá y avienta orines / y grita cosas para que oigan todos. // La verdad es que yo me desespero, / y si siguen así estos suentos, / no hay más remedio que enyerbarnos juntos, / como lo hizo Julieta con Romero.” Así, como éste, todos sus poemas tienen una métrica culta que no cualquiera consigue, y que elevan a Ledesma a la categoría de un verdadero vate.
Se cuenta que su libro consiguió doce o trece ediciones; que incluso el papa Pío XII lo tenía en su biblioteca. Leobino Zavala negó siempre haber sido el autor de los poemas de Margarito Ledesma. Tras la muerte del abogado, el libro se volvió prácticamente imposible de adquirir. Y ahora está nuevamente disponible en su versión primigenia.
Con todo, la obra de Margarito Ledesma se destaca por su singularidad entre la poesía mexicana del siglo XX. Tan así que fue merecedora de que Gabril Zaid la incluyera dos poemas en su célebre Ómnibus de poesía mexicana.
No podríamos estudiar en este breve espacio el ingenio detrás de la construcción de estas “poesías”, así como ahondar en la configuración de su personaje. Solo basta esperar que esta breve introducción haya servido para que el lector se interese por esta curiosa obra, que ha podido trascender a pesar de las limitantes. Actualmente, poemas sueltos de Ledesma pueden ser encontrados fácilmente en internet con todo y las notas originales. La edición en comento está agotada. Sería muy buena idea una reimpresión.
El autor