La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lamentan el fallecimiento este sábado 11 de marzo de 2023 del primer actor Ignacio López Tarso.
Del seminario al teatro, cine y televisión, Ignacio López Tarso fue un primer actor reconocido y admirado a nivel nacional e internacional, quien deja un legado fundamental en el cine mexicano.
La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, lamentó el deceso de uno de los más grandes actores de México. Tras enviar condolencias a sus hijos Juan Ignacio, Susana y Gabriela, reconoció que Ignacio López Tarso destacó en teatro, televisión y cine, siendo Macario la película que lo consolidó en la memoria colectiva de México.
Por su parte, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, rememoró al gran maestro, primer actor y gran creador del teatro, el cine y la televisión nacionales, de quien reconoció: “Gran legado de excelencia y compromiso deja para las actuales generaciones”.
Asimismo, externó su solidaridad con colegas, actores y actrices, integrantes de la comunidad teatral. Habremos de respetar los deseos de su familia y acompañar este tránsito de manera respetuosa y solidaria. Y reiteró que “Las puertas del Palacio de Bellas Artes están abiertas hoy y siempre para él”.
El histrión mexicano es el primer actor egresado de la Academia de Arte Dramático del Inbal, quien como estudiante debutó con la obra Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.
Su paso por el cine fue impresionante, con personajes que permanecen en el imaginario colectivo, como es el caso de Macario. Dio vida, además, a Cri Cri El grillito cantor, así como a El hombre de papel; en televisión intervino en teleseries como Senda de gloria, La malquerida, entre otras. Grabó ocho discos de versos y corridos y también incursionó en el doblaje.
A nivel profesional, su amplia trayectoria inició en 1951 con la obra Nacida ayer, de Garson Kanin. A partir de entonces participó en innumerables obras de teatro, como La Celestina, Don Juan Tenorio y Cyrano de Bergerac.
Obtuvo premios y reconocimientos, tanto en México como a nivel internacional, entre otros, en 2006 recibió la Medalla de Oro Conmemorativa Bellas Artes que le otorgó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Cabe destacar que López Tarso participó en varias ocasiones en el ciclo de lectura que organiza el Inbal: “Leo… luego existo”.
En múltiples ocasiones refirió que su pasión por la actuación comenzó a los ocho años, cuando vio una función de teatro en una carpa en el barrio de Analco, en Guadalajara, Jalisco.
La falta de recursos económicos para continuar sus estudios después de la secundaria lo llevaron a ingresar en el Seminario Menor de Temascalcingo, Estado de México. Allí se inició en el teatro, en el grupo que organizó un sacerdote para realizar representaciones a beneficio del seminario y donde empezó a leer a los clásicos: Lope de Vega y Calderón de la Barca, entre otros.
Además, se convirtió en el lector oficial, por lo que aprendió a recitar poesía con dicción y métrica correctas.
A los 20 años abandonó el seminario por falta de vocación y realizó el Servicio Militar durante un año en diferentes regimientos, aunque le auguraban una exitosa carrera militar, también la dejó por no ser de su agrado.
Al sufrir una caída, quedó incapacitado por un año, tiempo que aprovechó para leer y descubrir la poesía de Xavier Villaurrutia. Al mismo tiempo se enteró del inicio de cursos de actuación en el Palacio de Bellas Artes, donde uno de los maestros iba a ser Villaurrutia.
El poeta y dramaturgo reconoció el interés del aspirante a actor y lo aceptó como oyente y poco tiempo después se integró al grupo.
Es con el grupo de Teatro Estudiantil Autónomo, fundado por Xavier Rojas, como participó en presentaciones al aire libre, en calles, plazas, mercados y tiene contacto con el público.
Además de Xavier Villaurrutia, Roberto Rojas, Xavier Rojas y Salvador Novo, Ignacio López Tarso tuvo como maestros a Clementina Otero, Celestino Gorostiza, André Moreau, Seki Sano, Fernando Wagner, Fernando Torre Lapham, entre otros.
Entre las obras teatrales en las que participó están: Moctezuma II, de Sergio Magaña; Otelo, Edipo Rey, El avaro y Tirano Banderas; en 1966 debutó en la versión mexicana de Hello Dolly, al lado de Silvia Pinal, entre otras puestas en escena. Algunas de sus actuaciones en cine fueron en El gallo de oro, La vida inútil de Pito Pérez, El profeta Mimí y Los albañiles, además de la inolvidable Macario.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Inbal, en acuerdo con la familia del reconocido actor, definirán la fecha del homenaje póstumo, en reconocimiento a su trayectoria.
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