Con el propósito de conocer más de cerca la función de un gestor de proyectos culturales, los alumnos Mary Carmen López Pérez, Georgina Hernández González, Fátima Díaz Chávez, Lizet Jimena Medrano Vázquez, Martha Patricia Martínez Mendoza y César Eduardo Troncoso Villafaña del curso Gestión de Proyectos Culturales y Educativos de séptimo semestre dela Escuela Normal Superior Oficial de Guanajuato realizaron esta entrevista al maestro Gerardo Rivera Lozano, quien durante muchos años fue gestor realizando eventos culturales en favor de la comunidad normalista, así como de la comunidad artística en general como impulsor de la revista y el grupo Tertulia. Los alumnos fueron recibidos por el maestro normalista jubilado en su casa y platicaron con él por horas. De esta conversación surge esta entrevista con lo más esencial.
¿Cómo nace su interés por generar proyectos culturales?
En motivar a darles una mirada más cultural y amplia de las necesidades que se les van a presentar en un contexto como lo es Guanajuato, que es muy cultural. Nace de la necesidad de presentar a un grupo determinado de la población estudiantil una serie de actividades que sirvan para transformar su vida en diversos aspectos; cultural, personal, compromiso (meterse de lleno en una empresa sin esperar nada a cambio) y humana (disposición de querer ver la vida de una manera distinta). “El proyecto debe de responder una necesidad en la que esté involucrado el alumno y que lo entusiasme, más que una obligación”
¿Qué actividades realiza en esta clase de proyectos?
Actividades que desarrollen las competencias y habilidades cognitivas y afectivas como expresión corporal, la festividad del Día de Muertos, del Amor y la Amistad, discursos de argumentación, modelación de la voz, declamación, asistencia a museos, teatros, cine, escritura de cuentos, poemas, lectura en voz alta, cafés literarios, ejercicios para la expresión oral, el canto y la expresión corporal. Pero no solo aprenden de lo práctico, sino que, para poderlo hacer deben de conocer sus orígenes y, por decirlo así, lo teórico de cada actividad.
¿Qué recomendaciones nos daría al generar un proyecto?
Siempre hay que preguntarse cuál es la idea principal; siempre debe de haber un propósito, apoyado por las cosas que van a hacer. Además, un proyecto debe tener un sentido práctico, formativo como maestros. “Un proyecto va más allá de cumplir con un trabajo que se les pidió, debe de cumplir con un sentido práctico, educativo, formativo que sirva verdaderamente para darle sentido a nuestra vida como estudiantes y como maestros; en caso de empresa o negocio que convenga; y de un gobernante dar un mejor servicio; el propósito de un proyecto en este sentido es servirle a alguien lo que se está ofertando, y esto lo logramos principalmente con disposición de mejorar.”
¿Cuál es el mayor reto al generar los proyectos?
El mayor reto es convencer a los alumnos de que lo que están haciendo tiene una razón de ser y posteriormente transformarlos para que hagan su propio compromiso.
Si tuviera la oportunidad de cambiar algún aspecto de sus gestiones anteriores, ¿qué sería?, ¿por qué?
Propondría una normatividad que contempla cursos de formación y concientización para todos los catedráticos, a fin de que si no tuvieran formación pedagógica la fueran adquiriendo para darle más sentido a su papel como docentes en la normal superior. Se necesitan autoridades comprometidas con su trabajo.
¿Cómo influyó la cuestión financiera en el desarrollo del proyecto?
No se tenían finanzas para el proyecto: hay proyectos que son meramente altruistas. Por lo tanto, no requieren precisamente de un presupuesto, sólo del apoyo con los espacios y recursos con los que cuenta la propia institución: por ejemplo, espacios físicos (aulas, auditorios, patios, etc.) También con la disposición de las autoridades para que hagan posible la realización de los eventos que se van generando dentro del proyecto.
¿Cómo gestionó recursos externos a la institución para la realización de un proyecto?
No era el caso de este proyecto. Pero, nosotros hacíamos carteles con materiales que se tenían en la institución. En la elaboración de éstos, había presupuesto para tinta, hojas y contábamos con maquinaria que se encontraba en el área de “Extensión y difusión”. Desafortunada o afortunadamente, en el año que se creó este proyecto, no necesitamos gestionar recursos externos. Y no todas las instituciones cuentan con el presupuesto para ayudar a los proyectos innovadores. Para lograr que se lleve a cabo una gestión, lo que se necesita es una persona que realmente tenga la intención y disposición de hacerlo.
¿Cómo distribuyó los cargos en la gestión del proyecto (tenía encargados)?
Fue un proyecto que hice completamente solo, yo era el intendente, promotor, hacía los diseños de pancartas y carteles, gestionaba y hablaba con los escritores para dar conferencias. Únicamente estando en el evento, otorgaba comisiones a los integrantes; éstas eran muy variadas. Por ejemplo: repartición de invitaciones, conducción del programa, apoyo técnico para la música, iluminación, maquillaje y vestuario, esto en caso de poesías corales y representaciones teatrales.
¿Qué recomendaciones da para las personas que quieren realizar una gestión de un proyecto?
Lo primero es saber qué es lo que quieren; no se trata de hacerlo, por hacerlo. Tienes que identificar qué es lo que te gusta hacer y partir de ahí. Si no tienes ninguna idea de qué es lo que te gusta o no te gusta nada, no podrás lograr absolutamente nada. Estos proyectos se hacen porque es algo que te apasiona y te emociona hacer.
¿Cómo llevó a cabo la evaluación del proyecto?
Se hacía un registro para saber qué es lo que se estaba haciendo, eran retroalimentaciones para los alumnos. Pero en las presentaciones, respecto a la audiencia, nos dábamos cuenta del trabajo que realizamos y lo que nos faltaba por hacer; esto a través de la aceptación del mismo público. Las evaluaciones formales con un registro, una ficha o encuestas eran meramente un requisito institucional.
¿Qué metodología(s) utilizó para llevar a cabo este proyecto?
No era una metodología precisamente: era una experiencia muy desarrollada en el ámbito de la especialidad de Español, de la Literatura, el Arte y la Cultura en general. A partir de ahí, se programaban una serie de etapas en las que se establecía una fecha en la que iba a concluir la actividad y en función de eso se administraban todas las actividades para poder cumplir con el compromiso.