La joven poeta Lupita García Cabello, radicada en Juventino Rosas, nos platica en esta entrevista acerca de su pasión poética, sus influencias y lo que hay detrás de su nuevo libro, Plenilunada, el segundo en su carrera desde que el año pasado publicara Réquiem para una pasión. Asimismo, compartimos el poema que da nombre a este libro que muy pronto dará de qué hablar.
1.- ¿Consideras que en este libro hay influencia de San Juan de la Cruz y de la poesía mística en general?
Desde que comencé mi carrera como escritora he recibido múltiples comentarios de que me encuentran gran similitud literaria con San Juan de la Cruz, pero la verdad es que no tenía muy presente sus obras durante el tiempo que yo escribí Plenilunada. Sin embargo, sí considero que San Juan de la Cruz es uno de los poetas que más admiro.
Es con justa razón uno de mis escritores predilectos. Encuentro que sus obras nos invitan a elevar el pensamiento hacia Dios, hacia las verdades del alma misma, y diría que también nos llevan a tocar el suelo, a tomar conciencia de la vanidad de este mundo.
También considero que me ha influido Santa Teresa de Ávila y San Alfonso María de Ligorio, quienes poseían una elocuencia prodigiosa.
Creo que en general muchos santos y místicos han influido en mi lenguaje, incluso el mismo Jesucristo. Aunque no todos hicieron poesía intencionalmente, al final todos tenían algo de poetas, y teniendo en cuenta que las palabras se sienten antes de pensarse, creo que todos me han influido porque comenzaron tocando mi sensibilidad.
2.- ¿Qué tanto continuarás fiel a tus influencias y qué tanto puedes reinventarte en futuros libros?
Siempre seré fiel a mis influencias porque, más allá de la admiración al escritor, estas personas me han procurado un legado en el alma, en la persona que soy y seré. Las personas que nos tocan la vida se hacen presentes a cada instante en nuestras percepciones, pensamientos, decisiones, palabras y ademanes. Son varias las personas que me han iluminado y yo guardo en mí el asalto de su candor, un candor que permanece siempre ahí en el ser mismo, y por tanto, se habrá de reflejar en las obras literarias.
Así mismo, también estoy segura que continuaré reiventándome, pues considero que lo hago todos los días. Estoy siempre no solo dispuesta, sino incluso ansiosa por aprender, por ensanchar mi pensamiento y el corazón. De esto se trata ser escritor, de esto se trata la vida misma: enriquecernos y enriquecer a los demás.
Un libro es un horizonte que ofrecemos no a un mundo, sino a muchos mundos, a muchas sensibilidades e intelectos. Hay que aprovechar bien ese poder y trazar esos horizontes con amor para que abracen las sensibilidades con esperanza y los intelectos con virtud.
3.- ¿Consideras que has llegado a tener experiencias místicas?
Sí, por la misericordia de Dios, y sin duda estas son de las mercedes más afortunadas que Él nos puede conceder. Algunas de estas experiencias son recibir conocimiento, fortaleza, habilidades, valor o amor de una manera que humanamente no sería posible.
A veces estoy tratando de resolver un problema, exterior o interior; a veces estoy haciendo un discernimiento sobre cosas que en definitiva no alcanzo a entender, pero entonces me pongo en contemplación de un crucifijo, o medito la pasión de Jesús, o incluso contemplando la naturaleza y repentinamente recibo todo el conocimiento a lo que estaba tratando de comprender, de repente sé lo que debo hacer y lo comprendo a profundidad.
También he experimentado el don de lágrimas, sobre todo en el rezo del santo rosario, en la misa, y el viacrucis. Incluso a veces sin ningún estímulo externo, simplemente siento la presencia de Jesús y aunque no conversemos siento que me comunica amor y lloro durante todo el lapso.
Ha pasado que a veces contemplando un atardecer o una flor, un ave o solo sintiendo el agua, siento la presencia de Dios y de lo que desea para mí y para todos: así es como aprendí el amor propio y a cuidarme.
Una de estas experiencias místicas más hermosas me resulta cuando Dios nos infunde un amor particular por una persona y entonces empezamos a verla desde los ojos divinos. Es un amor, una ternura que la mayoría de la gente no entiende, un invencible deseo de hacer el bien solo por amor, sin buscar más motivo.
Soy una persona muy acostumbrada a la meditación, a la contemplación y la oración. Jesús siempre está aquí, siempre está amándonos y comunicándonos ese amor en infinitas expresiones; la experiencia mística más cotidiana es sentir su voz.
4.- ¿Qué es lo que admiras tanto de Federico García Lorca?
¡Todo! ¡Todo en su persona es excitante! Yo no sé si habrá alguien con una personalidad más arrolladora. Ha sido y será siempre por mucho el más grande poeta de la historia; él era la poesía encarnada, y esa poesía la convirtió en música y teatro también.
Me parecen verdaderas joyas todas sus composiciones musicales, mis favoritas son “Aires de Castilla”, “Sevillanas del siglo XVIII” y “Anda jaleo”. Sus obras son verdaderas cátedras de poesía, desde “impresiones y paisajes” hasta “Sonetos del amor oscuro” y pasando por el teatro. La casa de Bernarda Alba está tapizada de poesía, y lo mismo con todo su teatro. Desde “El maleficio de la mariposa”.
Si puedo decir en una palabra lo que más admiro en Federico, sería correcto decir que su sensibilidad. No podía hablar sin hacer poesía, era un verdadero poeta por naturaleza. Además, un hombre fidelísimo a sus ideales hasta morir por la causa del pueblo y de la verdad.
Siempre me ha resultado un hecho triste y frustrantísimo su temprana muerte; y es la razón de que yo no me he dado por vencida en mi camino de escritora.
Pienso que si tengo este talento debo seguir adelante mientras tenga vida. Quiero que Federico viva en mi poesía, por ello es que siempre tengo presentes sus obras mientras trabajo en un libro.
5.- ¿Cuál es la historia detrás de este libro?
Plenilunada es una obra completamente insospechada, incluso para mí misma. Cuando terminé de escribir Réquiem para una pasión la idea era que el segundo libro fuera más surrealista, más neutro y no completamente romántico. Quería hacer un libro a semejanza de Poeta en Nueva York de Federico García Lorca. Escribí de hecho algunos poemas más fríos y hasta poesía de protesta. Sin embargo, vinieron cambios absolutamente inesperados a mi vida que me cambiaron a mí misma, y me llené de la intención de mostrarle al mundo en mis letras, cómo es el amor verdadero, que todavía existe, que los hombres también son dignos de poesía, y que existimos mujeres que amamos sin interés, que nos arriesgamos, que nos consumimos y no simplemente vivimos de brazos cruzados esperando que nos amen. Es cruel que muchas personas tengan la idea de que los hombres no tienen necesidad de muestras de amor, o que se juzgue a la mujer que da amor sin que primero lo reciba. Pensar esto es quitarles un derecho a ambos.
El hombre tiene derecho a ser amado también con detalles, cuidados y poemas. Las mujeres tenemos el derecho de amar por amor, sin motivos, sin intereses, sin que sea sensato y sobre todo tenemos el derecho a expresar ese amor como mejor nos parezca.
Esta es la historia de Plenilunada que ha nacido de mi ardiente intención por hacerle entender al mundo la veracidad del amor y los derechos afectivos del hombre y la mujer. Cada poema ha sido escrito muy conscientemente con una intención.
6.- ¿Qué planes hay de momento para este libro?
Por el momento tengo contempladas al menos dos presentaciones en la hermosa ciudad de Celaya, Guanajuato. Es una ciudad que he llegado a amar porque me lo ha dado todo y no me ha negado nada. Para empezar el libro ha sido posible gracias al generoso apoyo del gobierno municipal, del Instituto de Arte y Cultura, y de su director Héctor José Gómez de la Cortina Guerrero, que generosamente ha brindado su confianza a mi persona y mi obra.
También conté con todas las valiosas atenciones de mi amigo el historiador Rafael Soldara Luna, quien, entre otras aportaciones, me ha hecho el honor de escribir el prólogo para el libro.
Por todo esto, tenemos muchos planes con la cultura y los medios celayenses, tal como el noticiero “Entorno informativo” con el licenciado Guillermo García.
También espero presentarlo en una universidad de mi natal Juventino Rosas. Me interesa mucho llegar a los jóvenes.
7.- ¿Por qué decidiste nombrar de este modo a este libro?
Cuando definí las intenciones que tenía para esta obra, decidí también qué esta vez quería un libro que me mostrara feliz, plena, en bienestar, y por tanto tuve claro que el título debía hacer alusión a esta plenitud.
Pensé entonces en un poema que trata de esta plenitud de una mujer enamorada. Un poema donde la metáfora de la luna simboliza al hombre, la noche es la mujer, y el amor y la vida son la luz que él proyecta sobre la existencia de ella.
Al decir “Plenilunada” estoy diciendo “plena de vida y amor, plena del ser amado”.
El poema “Plenilunada” habla también de muchas emociones de la mujer enamorada. Me gustó hacerlo desde una historia de amor a primera vista. Hace mucho deseaba hacer un poema sobre el amor a primera vista, sobre esta ardiente ilusión y emoción de un amor que parece no tener tallo y ser una insensatez, pero que puede verdaderamente llegar a darle plenitud a la persona.
Hay unas líneas en el poema que dicen: “Mi sinrazón cierva de llanto”: buscaba hablar de una mujer sensible que lo mismo llora mares de dolor como los llora de alegría.
Este año es el primero en toda mi vida que conocí las lágrimas de alegría, por lo tanto quise hacer mención del llanto también en un poema que habla de felicidad y plenitud.
8.- ¿Cuáles son los poetas guanajuatenses actuales que más admiras?
En primer lugar, diré que Aleqs Garrigóz, a quien considero un poeta legítimo en el más estricto sentido de la palabra, su trayectoria es digna de reconocimiento y asombrosa verdaderamente. Cuando leo sus obras, siento una ardiente urgencia por ser mejor escritora cada día. Ese es el efecto de un buen escritor.
Por otra parte, admiro profundamente a Josué Fernando Morales, escritor de León, Guanajuato. Josué es admirable por su historia de vida, ha pasado por mucho y no se ha rendido jamás. También me quedó claro que es uno de los pocos escritores que de verdad tienen el hábito de la lectura y posee una sensibilidad extraordinaria para empatizar con todo lo que lee. Es un maestro para cualquiera que se acerque a él.
Y por supuesto admiro ardorosamente a mi amigo Rafael Soldara Luna, que no es poeta, sino historiador, pero precisamente desde esas diferencias es que me ha enriquecido enormemente. Es una de las personas más inteligentes que he conocido; además de ser un hombre extraordinariamente gentil y culto. Deseo aprender ese sentido suyo de apreciación, y su lenguaje primorosamente pulcro y preciso.
9.- ¿Cómo es tu relación con el lenguaje?
Considero una feliz predestinación el tener un romance con el lenguaje desde el inicio de mi vida. Aún antes de saber escribir me gustaba inventar palabras y por supuesto historias. Siempre me he sentido atraída por las palabras tanto por cómo suenan como por cómo se ven escritas. Cuando tenía tres años, vi por primera vez letras cursivas en un CD musical; por lo único que deseaba ir a la escuela era para aprender a escribir cursivas.
Realmente no tengo la cifra exacta de la cantidad de historias que he inventado entre cuentos, comedias, novelas y obras de teatro. Comencé a escribirlas desde los seis años cuando aprendí a escribir.
La escuela fue una experiencia muy afortunada entre el lenguaje y yo. En el preescolar las maestras se preguntaban por qué yo poseía un vocabulario más rico que el normal para un niño de mi edad. Se supone que yo era anormal porque no quería jugar los típicos juegos con el resto de mis compañeros; no me atraían los juegos. Yo me sentía más atraída por lo que me hiciera pensar, lo que me hiciera más sabia, lo que me enriqueciera la mente. De verdad lo demás me aburría, es más: me causaba tedio.
En la primaria no fue diferente; ahí mis compañeros me acusaron de estar diciendo groserías solo porque estaba pronunciando palabras desconocidas para ellos. Eso sí les encantaba que les contara historias. Durante la clase de educación física hacíamos un trato estando en equipo: yo les contaría historias de lo que quisieran a cambio de que ellos pasaran a hacer los ejercicios por mí. Estando en el quinto y sexto grado tuve como profesor a Salvador Pliego Aguirre. Fue un maestro muy muy exigente, pero gracias a eso es que conseguí la base firme para la escritora que hoy soy. Siempre tuve notas de excelencia en la materia de Español, pero nunca me pasó por la mente que de verdad llegaría a ser escritora, porque entonces yo deseaba convertirme en abogada.
Más tarde en la secundaria continuó mi historia de amor con el lenguaje. Ahí obtuve siempre también reconocimiento por parte de mis maestros y lo más interesante fue darme cuenta que puedo tener un romance también con el idioma inglés. Comencé a entender que las palabras están en mí sin importar el idioma.
En el bachillerato recibí muchos de los aprendizajes más significativos y sin los cuales hoy no podría estar aquí. La maestra María Guadalupe Álvarez Hernández fue quien me enseñó a unir razón y sentimiento. Fue muy grato y divertido cuando justo en los días finales obtuve la calificación perfecta sin ningún error en la materia de Español del examen “Ceneval”; mi maestra estaba de lo más contenta. Ahora que sabe que soy escritora está muy orgullosa de mí y de ella misma.
10.- ¿Cómo influyen tus estudios de Teología en tu escritura?
Influyen totalmente, porque mi vida la contemplo desde la Teología. Así sucede cuando uno se empapa tanto la psique de cualquier ciencia, aunque más que una cuestión de conocimiento en este caso es cuestión de fe. Contemplo la vida desde Dios y esta visión se reflejará en mi poesía inevitablemente. Para mí Dios es la verdad y he querido siempre mostrar mucha verdad en mis poemas, porque trato de vivir en la verdad y siendo lo más sincera conmigo misma y con los demás.
PLENILUNADA
Así me quieres, y así me tienes:
Plenilunada;
corazón ciego,
contigo en mí,
caminando
sangre hacia adentro;
sangre hacia arriba,
desde el primer encuentro.
Sangre al mañana
en íntimo incendio.
¡Ay, cielo mío
donde me elevas tanto!
¡Mi sinrazón
cierva de llanto!
Plenilunada te espero,
Plenilunada te quiero.
Mi anhelo duerme como un pájaro,
mi amor te canta como las fuentes.
En ti los cielos ven colmado su antojo,
¡Sí! En tu alma de nieve,
amor tan virgen.
¡Ay, mi sangre!
¡Mi sangre tímida
por fin desatada!
Sobre caballos de estrellas
mi voz secreta te aguarda.
y siendo que todo el sol del mundo
en ti descansa,
Me mantienes plena de dicha;
plena de ti,
para siempre
plenilunada.
Bravo, Lupita. Siempre tan buena poeta desde que te conocí. Espero pronto verte para charlar.
Hola saludos Lupita, me da gusto que ya te hayas decidido a sacar tu segundo libro. Saludos desde Chile.
Felicidades, Lupita. Gracias por compartir con nosotros la entrevista. Te recuerdo con gran aprecio cuando le escribías poemas a mi colega.
Saludos afectuosos desde cdmx. Paz y bien.