Compartimos cuatro poemas del libro Pasiones textuales de la celayense Diana Alejandra Aboytes Martínez (Diezmo de palabras, 2022) recientemente publicado y presentado en la pasada Feria Nacional del Libro de León. El libro presenta cuentos y poemas, que muchas veces rebosan erotismo. Entre ellos, hemos escogido los siguientes.
COMO MAR EMBRAVECIDO
Con tus besos me extasiaste hasta la demencia
aun así, sumergí mis ojos en tu viril figura.
Recorrí lentamente tu anhelado cuerpo
peregriné por abismales y confusas grietas,
fue entonces que emprendí
un incansable viaje al universo.
Navegué en el mar embravecido del erotismo
bebí de sus aguas la sal.
Y al vaivén de cada ola
iban y venían mis caderas
que con cada reventar,
una espumante blancura
llenó la oquedad incognoscible de mi cuerpo.
Engendré el más profundo gemido,
emanación de mi vehemente
y lujuriosa locura.
Advertí delicadamente
la deliciosa fragancia
de la unión de nuestros deseos.
Ahora sólo yacen mis sentidos
embriagados del sabor de tu piel
de exquisita canela.
UN ÁNGEL POR MIS MUSLOS
Los colores de la tarde se difuminaron
se despidió la claridad,
entre mis labios apareció un sol
cuando mi voz dijo tu nombre.
Creciste en mi memoria,
con la sombra de tu tacto
en mi vientre amanecido.
Voluta femenina sobre la frazada,
espíritu de tierra y agua
mujer de fuego
que se apropió del viento y lo frotaba.
Ondas expansivas en el centro de un mundo,
universos de estrellas y supernovas,
se abrió el cielo
y un ángel por mis muslos resbalaba
Setenta veces siete
Se despide la tarde
con su crepúsculo vago.
La luz filtra el tiempo como un sueño.
Ya se pierde en la arbolada
el último canto de las aves…
Somos efímera existencia
destinada al mundo invisible del no ser.
Debemos amarnos
con la violencia de saber
que mañana ya no estaremos.
Hagamos el amor todos los días
setenta veces siete
antes del exilio.
ALQUIMIA
Pétalos
remolino de flores
suave contacto de tu labio en mi boca
gusto prolongado del sabor
terciopelo de tu lengua
caricia de la saliva dulce
humedades que satisfacen
la tierra de las penumbras.
Abrazo de los tactos
expresión de lo efímero y perenne.
Alquimia del beso donde encuentro a Dios
y me consumo en el infierno de la carne.
HAZME VERDAD
En esta infinita noche
llévame hasta ti.
Mírame…
Hazme verdad de golpe en tu mirada.
Audaces tus dedos busquen mi carne
y mi carne la tuya.
Come este fuego que arde en las entrañas de mi tierra,
yo beberé del río que tibio baja de tu sangre erecta.
Desterremos la sed, el hambre,
hasta preguntarnos quiénes somos.
Y hagamos la vida… hagamos la muerte.