Durán es un artista plástico guanajuatense con una trayectoria interestatal (y una residencia artística en España) como retratista y muralista. Su interés principal como artista está en estos géneros, además de en el urbanismo y la historiografía del arte, temas a los que se ha enfocado desde 1998, dentro y fuera del contexto institucional. Proveniente de una estancia en Puerto Vallarta, actualmente radica en la ciudad de La Paz, Baja California, a donde ha ido a seguir explorando el arte.
Particularmente, el estudio de la museografía le ha servido para enfocar de una manera más definida sus proyectos personales y colectivos, tales como exposiciones multisensoriales y multidisciplinarias, personales y grupales, así como la proyección de otros artistas plásticos. Dicho estudio lo realizó mediante un diplomado de Museografía Aplicada en la escuela de Museografía José Chávez Morado, de la Coordinación Nacional de Artes Plásticas de Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto de Cultura de Guanajuato. En tal experiencia formativa, sus conocimientos intuitivos, autodidactas y prácticos lograron una definición más clara al respaldarse en conceptos académicos. La adquisición de estos nuevos conocimientos le ha servido para aplicarlos, replicarlos y divulgarlos en espacios independientes y de acción social, desligado de las instituciones y en conjunto con ellas, desde hace algunos años, en la participación en colectivos artísticos, encuentros de creadores, talleres y cursos de arte para diferentes sector sociales como niños, indígenas, jóvenes marginales, etc.
La visión del arte de Durán es la de un medio que vehicula, a través del lenguaje, problemáticas interdisciplinares para la expresión del ser social. La interdisciplina entre las áreas humanísticas y sociales en conjunción con el arte, vividos y experimentados de manera versátil e integral, ha hecho de él un ser autogestivo y “metamoderno”. “Me dediqué a investigar también por cuenta propia, a formar un sistema de conocimientos y una constelación de referentes epistémicos para conformar mi campo de acción en la práctica de la museografía, desde mi contacto inmediato social con el arte público.”
Su visión de tal trabajo museográfico va más allá de las meras técnicas de utilería (que las maneja bien): se trata de crear, intimando con los artistas e investigando su personalidad, una proyección de su perfil y estilo como un paratexto artístico en sí mismo. La museografía para Durán es también un trabajo creativo que debe romper los esquemas tradicionales, implicándose en la teoría y desarrollándose también en el guión curatorial; pues el museógrafo llega a imprimirle su firma o sello particular a la exposición, por lo que debe partir de un lenguaje poético propio.
La cultura para él, y más específicamente el arte, es la oportunidad de sensibilizar crear conciencia a través de acciones concretas y consientes, con el fin de ejercer una crítica al ruinoso mito de la modernidad, su reduccionismo, su tecnocracia, su burocratismo y el adoctrinamiento de la gente en la sociedad actual. Parte de “una ética vuelta estética y viceversa” que asume al ser social como insertado en una trama global y una historia compartida de símbolos conscientes e inconscientes, en la que cada cultura es familiar respecto de otra. “No existen individuos ni pueblos aislados. Estamos en constante interconexión, comunicación y diálogo”. Para Durán, podemos ser en tanto nos reconocemos en la otredad. “El autoconocimiento es imposible sin poder proyectarse mutuamente en el prójimo.” Tal conocimiento es potenciado, según Durán, en lo que él llama “arte vivo”, un dispositivo para llegar a las conciencias y trasformar la visión de la gente respecto de sí mismos en el entramado de la historia y sus identidades. Todo esto, a partir de “la marca de la poesía”: es decir, sin exiliar al pensamiento mágico.
Crear y formar público proactivo es para él una misión esencial de esta labor del museógrafo crítico. Así, para él, las exposiciones de arte son un medio para trasmitir el compromiso con el arte y la cultura Y contagiar el bienestar psicológico y el progreso comunitario.