En Guanajuato capital existen dos diferentes leyendas conocidas como “Las comadres”, al grado de que la gente se confunde y piensan que son la misma. Sin embargo, aquí te damos referencia de la dos.
De lado izquierdo del cerro de la Bufa hay dos enormes rocas que se encuentran a unos metros de distancia, pero parecen más cercanas la una de la otra a lo lejos. Cuenta una leyenda popular que había dos comadres que se juntaban para ir al cerro a recolectar verdolagas. Eran tan amigas que no se tenían secretos. Un día se decidieron conversar sobre sus amoríos, compartiéndose detalles íntimos de sus respectivos galanes. Pasaron toda la tarde en esto, alegres, hasta que una mencionó el nombre de su novio de nombre Juan. Resultó que ese Juan era el mismo amante de la otra comadre, quien se puso furiosa. Empezaron una pelea a palabras y terminó en golpes. Y como en la tradición popular “las comadres que se pelean se las ven con el diablo”, ambas quedaron convertidas en piedra en el acto de bofetearse mutuamente.
Existe una versión de esta leyenda según la cual las piedras se encuentran tan cerca porque las comadres se siguen contando las historias de su Juan. Que cuando el viento sopla entre ellas, se escucha claramente como si murmuraran, a veces de forma amistosa, otras en franca discusión.
Hay otra leyenda, pero ésta referida a la Presa de San Renovato. Se cuenta que había dos comadres que tenían ciertas rencillas. Vivían juntas, pero al parecer tenían muchas diferencias domésticas. Ambas se levantaban de madrugada para ir recoger agua de la presa en sus ollas de barro. Un día, a una se le cayó su olla rompiéndose en pedacitos, por lo que le pidió prestada la suya a su comadre. Pero la otra se negó, burlándose de ella. Ambas empezaron a pelearse y como en la tradición popular “las comadres que se pelean se las ven con el diablo”, ambas cayeron en un descuido a la presa, donde algunos dicen que se ahogaron. En lo que si concuerda la gente es que, como castigo divino por la envidia que se tenían y su mala conducta, una se convirtió en un cocodrilo y la otra en una serpiente.
De hecho, actualmente, en la Presa de San Renovato, ubicada justo luego de la Presa de la Olla, hay unas representaciones de estas comadres.
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