Es poeta, artista visual y traductora franco-mexicana. Formó parte del taller de la poeta Paula de Allende, en la ciudad de Santiago de Querétaro. Poemas suyos han aparecido en revistas y suplementos literarios como Uno más uno, Tierra Adentro y La Jornada Semanal. Forma parte de la Asamblea de Poetas Jóvenes de México, antología realizada por Gabriel Zaid en 1981. De 1983 a 1998 vivió en la ciudad de París, donde trabajó como intérprete e ilustradora, además de realizar varias exposiciones de su obra plástica. A su regreso a México eligió la ciudad de Guanajuato como su lugar de residencia, donde publicó los libros de poesía Un viaje (2001), El duende de las cosas repetidas (2006) e Historias Naturales (2007), libro ilustrado para niños, en colaboración con su hija Nina Buono. En 2009 obtuvo el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén”, de la Universidad de Quintana Roo y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con el libro Memorias de la Ropa y otros desechos para lavar en casa. En 2010, el Instituto de Cultura de Querétaro editó su poemario Retratos pintados con agua y el Instituto de Cultura de la Ciudad de León le otorgó el Premio de Poesía León 2011. En 2013, Ediciones La Rana publicó su álbum para niños Historias de Sueños y Señales, ilustrado por Tania Juárez.
1.- ¿Cuál es su idea personal de la poesía?
Durante mucho tiempo pensé en la poesía como algo natural en mi vida, algo que siempre había estado allí y no se discutía. Luego supe que la poesía es la expresión más elevada del lenguaje, la más depurada. Y que guarda una estrecha relación con la espiritualidad. ¡Vaya labor, vaya responsabilidad!
2.- ¿De entre todos sus libros publicados, cuáles le resultan más entrañables y por qué?
Quizá el que me resulta más entrañable es Visiones, publicado por la editorial queretana Calygrama en 2015, porque es un libro de madurez. Siento que allí están muchos de los temas que me preocupan y me gustan y que la expresión es más depurada que en los otros.
3.- ¿Desde cuándo escribe y cómo fueron sus inicios en la escritura?
A los 6 o 7 años era ya una gran lectora. Mi madre me regalaba libros de cuentos y mi padre había comprado una enciclopedia para niños con la cual yo pasaba mucho tiempo. Exploraba los diferentes artículos, sobre todo los literarios; hablaban de libros clásicos, de mitos, de leyendas, de autores y de títulos. En esa enciclopedia, supe de Proust, de Miguel Hernández, de Lope de Vega, del siglo de oro español mucho antes de estudiarlo en la secundaria. Eran viajes intensos en el tiempo y en el espacio. Todavía me maravilla el pensar en esos descubrimientos, tan tempranos en mi vida. Y claro, como empecé a leer mucho, me dieron ganas de escribir. Desde entonces no he parado.
4.- ¿Cuál es su percepción de la poesía escrita por mujeres actualmente en México?
Me gusta mucho que haya profusión de mujeres escritoras. Siempre me ha maravillado que seamos un país de poetas y escritores, independientemente del género. Pero el auge y el reconocimiento a las mujeres es algo reciente ¡y eso es muuuuyy bueno! Aunque falta mucho, ya hay una brecha.
5.- ¿Cómo se relaciona con la pintura?
Desde pequeña tuve contacto con la pintura. En casa había una enciclopedia que se llamaba Pinacoteca de los genios y mi preferido de entonces era Toulouse-Lautrec, aunque ni mi mamá ni yo podíamos pronunciar su nombre. En esa enciclopedia había de todo, desde los pintores del renacimiento hasta los muralistas mexicanos, que muy pronto pude ver en vivo. En la adolescencia el Museo de Arte moderno fue el lugar de reunión de nuestro grupo de pintura de la prepa. Allí descubrí mucho de la pintura mexicana, notablemente de mujeres: Carrington, Varo, Kahlo, Olga Costa…
Muy joven pude viajar a Nueva York y allí me fascinó el expresionismo abstracto y en general el arte moderno estadounidense. Ya viviendo en Francia me di vuelo visitando museos, viendo pintura. Y practicándola.
Ahora estoy más interesada en la relación del texto con la imagen. Casi todo lo que hago, parte de esta relación.
6.- Sabemos que usted ha sido viajera. ¿Cómo han influido sus viajes en su escritura?
Los viajes son uno de los principales nutrientes en la obra no sólo mía, sino de cualquier escritor y/o artista.
7.- ¿Qué es lo más difícil de dedicarse a la traducción en un estado como Guanajuato?
No es difícil. Es inexistente. 99% de lo que he traducido ha venido de fuera. Solo la novela de Sterling Bennett, Playing for Pancho Villa, fue un contrato surgido de Guanajuato, pero con una editorial canadiense. Que yo sepa, no existe aquí un mercado para la traducción. Hablo del tipo de trabajo que mi esposo y yo hacemos, traducciones literarias o sobre temas de arte y de Literatura Infantil y Juvenil. Seguramente hay personas que la practican por gusto o por estudios, pero como profesión remunerada y reconocida nop.
8.- ¿Cómo ha modificado o afectado la pandemia su actividad profesional y artística?
Mi actividad profesional se ha visto paralizada. Por fortuna desde que empezó la pandemia me puse a escribir un nuevo libro, esta vez en francés y te explico por qué: resulta que a principios de 2020 apareció en Francia la versión bilingüe de un relato escrito e ilustrado por mí. El editor me sugirió entonces escribir directamente en francés y la historia que surgió, una secuela de la ya publicada, resultó larga y llena de aventuras. Una novela. La terminé a principios de este año.
Como no quise que se quedara sólo en una lengua extranjera, me puse a traducirla al español. Estoy muy contenta con ambas versiones.
La pandemia ha sido un tiempo terriblemente duro. Muchas pérdidas. El encierro y el miedo no ayudan. Ni las instituciones. Creo que las profesiones artísticas no son suficientemente valoradas ni en la ciudad, ni en el estado y, gracias al desmantelamiento de apoyos, cada vez menos valoradas en el país. No se considera útil pagar a los artistas por su trabajo, se les invita y siempre se les pide que ellos desembolsen dinero o regalen su trabajo para participar en concursos, seminarios y publicaciones. ¡Hasta se han atrevido a pedir ilustraciones gratuitas! Quien participa tendrá sus razones, pero perjudica al gremio. Estas condiciones precarias para los artistas se han agudizado durante la pandemia.
9.- ¿Qué opina de la escena literaria de la ciudad de Guanajuato?
No tengo contacto con escritores o editores de aquí: no puedo opinar. Sin embargo, la primavera pasada fui a la presentación de un libro de Ramírez Palomares. Una poesía ciertamente crepuscular pero muy bella, ilustrada magníficamente por Cuauhtémoc Trejo. Me gustó mucho.
10.- ¿Actualmente se encuentra escribiendo algo?
Sí. Estoy afinando el libro del cual hablé arriba. Y revisando varios poemarios para enviarlos a concurso. También estoy trabajando en la versión francesa de un librín que ya tiene varios años, unas crónicas de cuando vivía en París. Y dos cuentos nuevos, uno de los cuales tiene por escenario la Plaza de Gallos de León.
11.- ¿Qué está leyendo actualmente?
Un libro padrísimo de Jhumpa Lahiri, una autora de lengua inglesa. Este libro es especial porque está escrito en italiano, ya que ella quiso experimentar la escritura en un idioma diferente al suyo. Y como estoy justamente en eso, este libro es para mí. Se llama In altre parole, En otras palabras.
Antier terminé The catcher in the Rye, el Guardián en el centeno, de JD Salinger, porque vi una peli en la que hablaban de ese clásico que nunca había leído. Me gustó un montón.
Recientemente también encontré un libro que está en mi Sala de lectura y que nunca había leído; se llama De la conquista a la independencia, de Fernando Benítez. Fascinante. Me gusta mucho leer sobre Historia de México.
12.- ¿Cuáles son sus autores y libros favoritos?
Han varíado según la época de mi vida. De adolescente, Rayuela, de Cortázar y Cien años de soledad de G. Máŕquez. Luego À la recherche du temps perdu de Proust. Después, ya adulta en Francia, La montaña mágica de Thomas Mann, Paradiso, de Lezama Lima. Y todo Rimbaud. Y Céline… Mis grandes amores en poesía son Rilke y el poeta catalán Gabriel Ferrater. También me gusta Octavio Paz. Y la poesía de mujeres: Elva Macías, Sor Juana, Myriam Moscona…
En estos últimos años me he interesado en los libros de Valeria Luiselli, joven escritora mexicana. El último que leí de ella me impactó, se llama Los niños perdidos, complemento documental de su novela Desierto sonoro, sobre los niños que atraviesan solos la frontera con EU.
Volví a Paul Auster recientemente porque encontré Mr. Vértigo y Oracle Night en versión original. Soy su fan.
13.- ¿De dónde obtiene los materiales, los temas y la inspiración para sus poemas?
De la vida, de los libros, del arte, de la música, de la danza, de la arquitectura, del paisaje, de la naturaleza… todo es útil para la poesía, todo es material poético. Como ya dijimos antes, los viajes son un material buenísimo para escribir. La Historia también. Visitar lugares. Observar a la gente y a los animales. Ver mucho cine. Hablar con los amigos. Todo es aprendizaje, todo es materia prima para la escritura.
14.- ¿Cómo se describiría como escritora?
Ecléctica y siempre en movimiento.
15.- ¿Tiene rituales, horarios o espacios particulares a la hora de escribir?
Siempre traigo un cuadernito en mi bolsa. Puedo escribir un poema en cualquier lugar. Luego lo paso a la computadora, en mi estudio y allí lo afino. Para la narrativa es diferente. Si se me ocurre una idea en la calle, anoto solo la base en mi cuaderno. Después ya desarrollo la narración, directamente en la compu.
Escribo casi siempre por la tarde. La mañana la dedico a la vida práctica: hacer ejercicio, ir al mercado, tocar el piano, cocinar, trabajar en alguna traducción, cuando las hay…
Mi estudio está a un lado de mi casa. Allí tengo un montón de libros de arte, de psicoanálisis, los de mis poetas preferidos, libros sobre la moda y su historia, libros sobre la historia del peinado o los blue jeans. Muchas cosas me interesan y me divierten. También tengo allí mis materiales de dibujo: lápices acuarela, pasteles, cuadernos, papeles…
Concibo la creación dentro del gozo y que me perdonen los poetas malditos, je je je…