John Krieger es el nombre artístico de Alberto Guerrero (Guanajuato, Gto) músico de que recibió su primera inspiración de su tío Arturo Pérez, profesor de piano en la Universidad de Guanajuato. Recuerda que visitaba su casa de niño y la atmósfera musical que creaba su tío le trasmitía sensaciones que lo alentarían. En su tío ve un modelo de disciplina, para poder expresar, estudiar y entender la música.
Su inclinación artística le viene desde la secundaria, cuando hacía dibujos y cuentos para entretener a sus compañeros. A los 17 años tomó a la guitarra como su principal instrumento de expresión, inspirado en gran medida por la música indie y pospunk (Joy división). Otra de sus grandes influencias fue el compositor impresionista Erik Satie, además de la banda Interpol, de cuyo minimalismo moderno tomó recursos sonoros y atmosféricos.
Su primera banda fue una de rock alternativo llamada Next step, y en ella tocó la guitarra eléctrica y la batería. Luego, con su hermano Eliuh Guerrero, influenciado por el indie asturiano, formaría la banda Crimson light, componiendo letra y música. Fueron cinco años trabajar juntos en bares y clubs. Después vendría la musicalización de literatura y poesía propios y de otros autores. Así como su incursión en la interdisciplina, conjugando otras artes, como las visuales.
De manera independiente ha profesionalizado su arte. También toca el piano y ha escrito varias interesantes sonatas y música experimental muy disfrutable. Como músico, su preocupación más allá de las formas y las obras concretas, se centra en la creación de un estilo propio.
Algunas de sus presentaciones: en el Festival Espiral de la Universidad de Guanajuato, en 2015, en el Teatro Juárez, como solista con “Más allá de la imagen”, acompañado de arte visual propio y coreografías de artistas de la misma Universidad; en vivo para los canales de televisión TV4 y TV8 en 2012; en el café el Lechón Ilustrado y el bar La Antigua; en la plaza San Roque de la ciudad de Guanajuato en el 11ª Circuito de Arte Independiente; y en el la exposición Arte Hoy en Guanajuato 2017, musicalizando poesía.
En esta búsqueda y evolución, la música ha sido una forma de superar las crisis y encontrar “un equilibrio entre la locura y la cordura”. En este sentido, no concibe su vida sin la música ni un mundo sin ella: “vivir sin música sería como la pérdida de los sentidos”. Para él la música es una necesidad. Y encuentra mucha inspiración en expresión y forma en las letras. De escritores admira a Baudelaire, Rimbaud y Borges.
Pero ha sido sin duda como cantautor como se ha encontrado mejor a sí mismo como artista. Bajo la influencia de Leonard Cohen y Bob Dylan, ha escrito música folk de protesta únicamente con su guitarra. De Dylan admira su facilidad para adaptarse a los medios, a las tendencias y a los tiempos, “sin perder su esencia”. Y entre los cantautores mexicanos su máximo referente es José Alfredo Jiménez, “el Rey”, a quien señala como un ícono del “fatalismo nacional” que logró dar con la clave sincera para cantar y poetizar el espíritu del pueblo. También señala a Rockdrigo González y Santa Sabina entre sus músicos mexicanos admirados..
Krieger se reconoce como un tanto sombrío en su gusto musical. “La luz me encandila mucho”, comenta. “En la oscuridad se manifiestan las mejores cosas de la vida.” Y esta oscuridad la expresa en la música ambiental y minimalista que crea. “Al cerrar los ojos ves oscuridad y al mismo tiempo proyectas imágenes”, sentencia.
En la actualidad, Krieger sigue trabajando en proyectos de musicalización de narrativas, utilizando tanto lo análogo como lo digital. “Hace falta más apoyo de las instituciones al arte independiente de Guanajuato. Considera que hay ideas originales y frescas en la escena, pero que ésta que no llega al gran público porque el círculo es aún muy cerrado. En su opinión, si la gente que trabaja en el arte de manera institucional y en la calle se uniera, se harían grandes cosas a favor de la formación de público.
Pueden encontrar a John Krieger en Facebook y en SounCloud.