En el Centro de la Ciudad de Guanajuato, rumbo a la Presa de la olla, justo en la dirección de Paseo de la Presa 80 A, se encuentra una casa icónica, que por su peculiar arquitectura, que combina elementos góticos, neoclásicos y del Art Nouveau, luciendo como un chalet holandés un poco extravagante, llama la atención de los transeúntes y sobre todo de los turistas que acuden hacia esa zona de la ciudad a deleitarse con la hermosa arquitectura de múltiples casas y edificios públicos localizados sobre esa calle. Sin embargo, no todos saben que esa casa, conocida como la “Casa de las brujas” (sin duda porque parece mucho una casa de cuento de brujas), guarda una aterradora leyenda que se confunde con la historia misma.
Según cuenta el periódico Milenio, la casa fue mandada a construir por un acaudalado empresario holandés en 1895, quien tenía una hija de nombre Susan. El hombre fue encarcelado por un homicidio, por lo que tuvo que dejar a su hija a cargo de sus dos tías. Ellas no querían a la niña y la sometían a duros maltratos, además de a la privación de alimento. Tanto fue así que un día, luego de estar encerrada en el sótano sin comer, la niña murió. Su cuerpo fue hallado hasta años después.
Los vecinos y la gente en la ciudad de Guanajuato creen que el espíritu de Susan ronda la casa y aparece a veces asomándose desde la ventana. Portando un quinqué en la mano, con el que se alumbra su rostro pálido en la oscuridad, delatando su enorme belleza., en las noches de luna llena invita desde la ventaba a los caminantes a pasar a su enigmática casa. Al entrar el visitante se enfrenta a dos ancianas cadavéricas quienes le ofrecen una copa de vino y le señalan el camino para pasar la noche con la bella Susan. Sin embargo, se cuenta que los que han traspasado el umbral ya no han saludo de allí. Algunas versiones dicen que en vez de una cama junto a la doncella, los espera un ataúd lleno de ratas, serpientes y tarántulas.
Luego de periodos de abandono (debido a la mala fama de la casa) y de rehabilitaciones en las que la casa ha cambiado sus colores varias veces, actualmente es sede de unas oficinas. Sin embargo las cosas no transcurren de modo tan normal allí, ya que los empleados han asegurado que en ocasiones se escuchan ruidos extraños en la casa, principalmente donde estaba el sótano, y que incluso han visto a Susan caminando por los pasillos.
Aunque la casa no está abierta al público, los transeúntes atraídos por el extraño pórtico de la casa, o conocedores de la leyenda terrible que se cuenta de ella, suelen tomarse una foto a la entrada o tomarle una fotografía a la casa desde la acera de enfrente, para capturarla en todo su esplendor. También hay algunos tours nocturnos por la ciudad que contemplan el paso por ella. De cualquier modo, es muy fácil de localizar, ya que está sobre una calle muy transitada, por donde pasan los camiones que van a Presa de la Olla.