Gerardo Szae (León, 1997). Estudiante de la licenciatura en Letras Españolas de la Universidad de Guanajuato. Ha publicado en las revistas Efecto antabus, El gallo galante y Los demonios y los días. Ha sido parte del Taller Literario de la Universidad de Guanajuato. En 2020 publicó, bajo el pseudónimo de Jorge Pardel, el conjunto de poemas “Davinidades” dentro de Las buenas nuevas. Antología de poesía de la última juventud guanajuatense.
1.- ¿Cómo describirías en lo general tus búsquedas poéticas?
Siempre he considerado que no realizo como tal una búsqueda. En mí reconozco el hecho de que no hay algo que buscar. Más bien se trata de una exploración de lo que ya hay. Una serie de miradas que en su conjunto versen una sola contemplación hacia uno mismo, y después hacia el todo. Y esta contemplación es una contemplación casi religiosa. Un hacer espiritual en la poesía.
2.- ¿Cuál es tu relación con la estética lisérgica?
Es variable, aunque siempre presente. Desde el año 2018 la psicodelia es la base de mi pensamiento creativo, mezclándose a los sueños que se me presentan al dormir y a las experiencias de tinte espiritual que he llegado a experimentar. Todo esto siempre sin caer en un surrealismo o misticismo tradicional, ya que lo lisérgico está a líneas muy delgadas entre estos dos y puede peligrosamente confundirse.
3.- ¿Encuentras inspiración poética en la música? ¿Cuáles son los géneros, bandas o músicos que te gustan?
Bastante. Siempre he considerado la música como la verdadera pulpa que me ha nutrido, incluso más allá de la lectura misma. La música es quizás la influencia más grande de mi vida. La melodía y los cambios rítmicos son fundamentales para mi proceso de cognición continua y el proceso creativo. Me gusta experimentar con las imágenes poéticas como se experimentaba con la música en los años 60s y 70s, ya que los géneros que escucho y de los que vivo constantemente provienen de ahí. Géneros como el blues, el rock psicodélico, el progresivo, el krautrock y las variables del jazz especialmente experimental.Hay algunos discos que podría resaltar, ya que bandas son muchas:In The Court of The Crimson King (King Crimson, 1969), McDonald and Giles (McDonald and Giles, 1971), Manfred Mann Chapter Three (homónimo, 1969), Just A Poke (Sweet Smoke, 1970), Abraxas (Santana, 1970), Maggot Brain (Funkadelic, 1971), Can’t Buy a Thril (Steely Dan, 1972), Captain Marryat (homónimo, 1974), Pins In It (Human Instinct, 1971), Wake Up! (Out of Focus, 1970), Stone Circus (homónimo, 1969). Y músicos de jazz como John Coltrane, Willis Jackson, Miles Davis, Art Blakey, Alice Coltrane y Charles Mingus.
4.- ¿Qué significan en tu universo personal el sueño, el delirio, la alucinación?
Para mí son de las formas más puras de expresión humana que pueden gestarse en nosotros. Como un producto inconsciente de la mente, se dirigen mucho más allá de la palabra como si cavaran el aliento. Aunque muchas veces pueden llegar a ser no del todo gratas.
5.- ¿Qué opinas de la búsqueda de inspiración literaria mediante trances inducidos por drogas?
Me gusta resaltar primero que no se tratará nunca de un método novedoso. La búsqueda, o en mi caso la exploración que puede uno realizar a través de un trance inducido por algún tipo de sustancia, viene desde las antiguas ceremonias místicas. Puede que haya mil maneras de buscar inspiración, pero uno se encuentra con caminos y puertas nunca antes vistas cuando se hace desde un vehículo meramente psicoactivo. Hoy en día se está gestando un nuevo despertar psicodélico como ocurrió en los 60s, poco a poco se nos presenta información que permite no recaer a los peligros que bien podemos atravesar. Las drogas han estado presentes en todo tipo de arte desde que tenemos contacto con ellas. Aunque claro, no es algo que considere necesario a la hora de crear o intentar crear. No es bueno ni es malo: simplemente es… y siempre desde el riesgo de uno mismo.
6.- ¿Qué importancia tiene en tu carrera literaria Las buenas nuevas. Antología de poesía de la última juventud guanajuatense, en donde participas con el poemario Davinidades, bajo el pseudónimo de Jorge Pardel?
Lo considero como el primer paso hacia mi carrera literaria, hacia el escribir en serio.
7.- ¿Puedes contarnos qué significa tu título Davinidades?
Davinidades viene de Davinio, que se trata de un anagrama de Adivino. Es mi primer poemario, aunque le reconozco más como un conjunto de experimentos que un poemario hecho y derecho.
8.- ¿Cómo ha sido tu experiencia como participante del Taller de Creación Literatura de la Universidad de Guanajuato?
Muy grata y bastante evolutiva. He formado parte ya un par de años de ese taller y es posible sentir cambios absolutos que permiten una experiencia más líquida y flexible al momento de escribir. Desde el comienzo me permitió una claridad a futuro que hoy mismo puedo sentir día con día.
9.- ¿Cómo va el proyecto de revista El conjuro de las ranas?
El proyecto se encuentra pausado por motivos algo pronunciados. Esperamos continuar lo más pronto posible.
10.- ¿Cómo incide el estudio académico de la Literatura en la creación en tu caso?
Trato de mezclar ambos asuntos, pero sin “contaminar” uno con el otro. Desarrollarles a la par, uno con uno, y mantener un solo camino, claro y extenso.
11.- ¿Qué estás escribiendo ahora?
Estoy trabajando en lo que considero, ya en esencia, mi primer poemario. Davinidades fue en sí mismo un ejercicio de exploración y desarrollo místico-surreal hacia donde no había entrado nunca, una línea de constante nutrir en mi cerebro para abrirme a nuevas oportunidades creativas. Actualmente trabajo en una serie de poemas ya concretamente psicodélicos.
12.- ¿Cuáles son los autores y lectores que te han marcado como poeta y persona?
Ha habido autores que me han marcado en ciertas etapas creativas, desde el momento en que intentaba escribir hasta hoy que considero que sí estoy escribiendo. A Nicanor Parra le considero una marca muy importante en mí, por ser la primera. Pero más que autores, son los movimientos vanguardistas los que han tendido una larga huella que bien podría considerar imborrable. Movimientos como el surrealismo, el simbolismo francés, el modernismo y el creacionismo latinoamericano, en México el infrarrealismo, por mucho la generación de Contemporáneos y en Estados Unidos la maravillosa Generación Beat. En cuanto a los lectores que me han marcado, sin irme tan lejos porque no hay lejanía: son justamente quienes forman parte y no, de la escena misma, mis amigos y compañeros.
13.- ¿Qué opinas de la escena de jóvenes poetas de Guanajuato?
Me encanta. Al menos con quienes he podido compartir palabra y caminata es una escena que promete bastante bajo un ansia de buscar permanecer siempre de pie sobre el filo de la subterránea.