Viene de: https://guanajuato.extraextra.mx/2021/02/19/el-llamado-de-la-camaderia-siete-apelativos-masculinos-tipicos-del-habla-de-la-ciudad-de-guanajuato/
IV
Podemos afirmar que el uso social, estilístico y afectivo de los apelativos aquí tratados viene en gran parte determinada por su significado léxico, aunque en su uso concreto, sobre todo a nivel de habla coloquial, es absorbido por características pragmáticas y sociolingüísticas propias de un determinado idiolecto, sociolecto o registro. A continuación consignaremos los respectivos significados léxicos de dichas palabras que funcionan como vocativos, utilizando la acepción más cercana al uso que adoptan al caracterizar una función apelativa. Las definiciones del siguiente listado han sido extraídas primordialmente del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española; mas siempre que existía su entrada en un diccionario de mexicanismos, se ha incluido también su uso de carácter nacional.
HIJO: 1. m. y f. Persona o animal respecto de su padre o de su madre.
5. m. y f. U. como expresión de cariño entre las personas que se quieren bien.
MAI: No registrado oficialmente en el español, este vocativo parece ser, en mi opinión, un calco fonético[1] del posesivo inglés my, como apócope de las expresiones my friend o my good friend. Pero también es de cierto usada como apócope de maistro, variación fonética de maestro, aplicada como forma de vocativo de tratamiento, principalmente para adultos versados en un oficio, como la carpintería, la albañilería, la herrería, etc.[2]
ANTENADO: 1. Entenado, hijastro.
GUËY: 1. m. Méx. Persona tonta.
CUÑADO: (Del lat. Cognātus). 1. m. y f. Hermano del cónyuge. 2. m. y f. Cónyuge del hermano.
CARNAL: 1. adj. Perteneciente o relativo a la carne.
(De carne.) m. y f. Pariente carnal, frecuentemente ‘primo carnal’ o sea primo hermano.[3]
BRO: No registrado oficialmente en el español, este vocativo es sin duda apócope de “brother”, palabra inglesa que se traduce como “hermano”; siendo este apócope una abreviatura oficial y muy común en el idioma inglés, principalmente de los Estados Unidos.[4]
Este significado léxico determina en gran medida el uso que los usuarios dan a éstos vocativos; sin embargo, en esta investigación hemos llegado a la conclusión de que su uso concreto tiene connotaciones sociales, afectivas y estilísticas que son muy importantes, ya que generalmente es este significado connotativo el que opera prácticamente en los usos específicos. De esta manera hemos reunido y ordenado la información recabada en los cuestionarios aplicados.
Hijo
Generalmente este vocativo es asociado a una clase baja, se registra en personas que pasan mucho tiempo en la calle y con un bajo grado de instrucción, aunque su uso se difunde hasta la clase media. Su proxemia es desde neutra a muy cercana. Se suele usar entre personas ya de te antemano conocidas. Es considerado en muchos casos una forma cariñosa. Algunos usos revelan que puede usarse para llamar la atención del apelado sobre lo que se está hablando. Socialmente implicaría que el apelado es imaginariamente hijo del emisor, denotando cierta superioridad real o ficticia, o al menos un rasgo paternalista, del emisor con respecto al receptor, lo cual encontraría su explicación en la cultura tradicionalmente patriarcal en la que estamos inmersos. Por ello en algunos casos puede poseer un toque sarcástico.
En cuanto a la variante hija para apelar a un varón, ésta se da exclusivamente en un contexto de camaradería, de broma y de mucha confianza. Denotaría una cualidad feminoide, primordialmente imaginada, en el apelado y se suele usar con frecuencia en un juego social de roles en los que el apelado pretende ver en su apelado a una mujer, con la que se porta de forma a veces galante, a veces ultrajante. La estructura psicosocial que subyace a este comportamiento merece una explicación aparte desde los estudios culturales y la psicología, pero sus orígenes vienen dados evidentemente por el machismo típico de la cultura mexicana.
De acuerdo a Alain Berrendonner, esta estructura lingüística en contexto acusaría rasgos de la ironía o antífrasis[5], pues en este caso preciso la enunciación de la feminidad, implicada por el género gramatical del sustantivo con que se apela, deviene contradicha por la masculinidad del apelado, produciendo lo que el autor llama una contra-verdad[6], lo que provoca una situación burlesca en la que el emisor se solaza.
Mai
Es asociado principalmente a una extracción social baja. En este contexto se usa comúnmente para apelar a un camarada del mismo nivel socioeconómico. Su proxemia es principalmente neutra, aunque puede emplearse en casos de cercanía. Es común en la jerga de los albañiles y trabajadores de la construcción. Entre los habitantes del barrio de Valenciana se registra su uso como sinónimo parcial de compa, apócope de compañero.
Antenado
Es un cambio fonético de entenado, registrándose muy frecuentemente la variación antena’o y con menos frecuencia entena’o. Es muy característico de una extracción social baja, manifestándose en personas con pocos estudios formales y poco ingreso económico. Su proxemia es principalmente muy cercana o íntima, pero puede usarse de manera neutra. Los usuarios lo han definido como usado en una relación imaginaria de dominación, por el que el usuario sería quien sostiene relaciones sexuales con la madre del apelado. De este modo, tiene el sentido de que el usuario es el padrastro ficticio del apelado; pero al mismo tiempo connota cariño, fincado en la figuración de la adopción. Todo esto refiere una relación social familiar, pero basada en el poder y en una pretendida superioridad del emisor sobre el receptor difuminada por el ambiente de juego, amistad o insensibilidad en el que se irrumpe el hecho de habla. Esto es igualmente explicable desde la sociología por la tradición patriciarcal de la cultura mexicana, más operativa en ésta extracción social, donde el machismo aún es un elemento dominante de interacción social. Es importante anotar que este uso, de acuerdo a testimonios recogidos, sólo es eficaz como connotador de camaradería en una relación de verdadera empatía, pues de lo contrario puede resultar ofensivo, dando pie a malos entendidos.
Quizá es interesante observar que entenado, es una palabra latina tardía derivada de antenatus: nacido antes, hijo de un matrimonio anterior; que posteriormente llegó a significar hijastro, pero también hijo primogénito[7].
Güey
Es asociado a todos los extractos sociales. Puede encontrarse escrito generalmente como wey, sobre todo en lo usos de internet y en mensajes de telefonía celular. Fonéticamente es muy arraigada la forma we, que es articulatoriamente más económica y que, al parecer, sirve para suavizar la carga semántica peyorativa del término, pues la historia nos dice que güey es una evolución de la palabra buey.[8] Los informantes refieren que su proxemia es entre neutra y cercana, siendo muy común entre jóvenes de todas las edades para apelar a cualquier persona de su edad o situación social, en un contexto informal. Se refiere también que es en muchos casos una muletilla cuando se habla casualmente con amigos y conocidos de cierta confianza. Es el apelativo más popular de nuestra lista y su localización se extiende, según mi experiencia y la experiencia de los informantes, al ámbito nacional. Puede poseer un remanente ligeramente peyorativo, pero ésta connotación no suele ser operativa en la mayoría de los casos, y al parecer no se tiene en consideración generalmente, salvo cuando el tono o la demarcación fonoestilística (por ejemplo tras una breve pausa) resaltan la palabra. No se usa para apelar a mayores o a personas con una jerarquía social superior a la del emisor, pues puede resultar chocante.
Cuñado
De éste se registra la variante fonética cuña’o. Es asociado principalmente a un nivel social bajo, aunque su uso se llega a presentar también en una extracción social media, pudiendo tener en estos casos un uso estilístico, con el fin de imitar un registro vulgar. Es casi exclusivo de adultos, dándose en un clima de confianza, siendo su proxemia desde neutra hasta muy cercana o íntima. Se dice que puede interpretarse como una muestra de amabilidad ante un desconocido. Fue señalada como típico en la jerga de los taqueros callejeros de la ciudad, mas esta información no ha sido corroborada por informantes de dicho gremio. También, por su significado léxico puede tener cierta carga sarcástica, aunque ésta es diluida generalmente, en la camaradería, por su connotación amistosa.
Carnal
Asociado tanto a una extracción social media como a una baja, se encuentra que su proxemia es desde neutra a muy cercana o íntima, dependiendo de los casos. Su variedad de usos refiere que el uso particular de éste vocativo refiere tanto a un idiolecto personal, como a su dimensión pragmática concreta, la cual parece en todos los casos resaltada por el emisor[9]. Algunos informantes refieren que es un vocativo de tratamiento cercano para un amigo, usándose con más frecuencia con un amigo querido o preferido.[10] Sin embargo, los cuestionarios aplicados muestran cómo, en esta ciudad, no se requiere que el apelado sea tan íntimo con respecto al emisor, pudiendo ser éste simplemente cualquier amigo en general, o bien, un conocido con el que de momento se haya empatado. Es también, particularmente en los extractos sociales bajos, una especie de muletilla como lo puede ser güey. Es importante señalar también que en su connotación de familiaridad se usa también en esta ciudad con un fin persuasivo; esto es, por ejemplo para mostrar apertura ante un desconocido[11], hacer que éste se confié del emisor o prepararlo psicológicamente y anímicamente para solicitarle un favor, resaltándose en este caso la función mágica de la palabra propuesta desde la antropología.[12] En este sentido, es señalado significativamente por los informantes que el uso del apelativo de carnal en un enunciado suaviza todo su significado, anula distancias y jerarquías entre emisor y receptor, proporciona seguridad y brinda un ambiente de empatía, identificación y solidaridad.
Bro
Asociado principalmente a una clase social media, también se encuentra su uso en las sociedades altas. Su proxemia es definida en la gran mayoría de los casos como cercana. Los informantes coinciden en que es una forma de llamar a un amigo, demostrándole cierto afecto. También se usado para amistad con un extraño en un contexto de reunión o social o festividad. En la práctica cotidiana, es el menos de los usados con respecto a los anteriores en esta ciudad.
BIBLIOGRAFÍA
Beavin, Janet y Jackson, Don: Teoría de la comunicación humana. Herder. Barcelona, 1981.
Bermesolo, Jaime: Psicología del lenguaje. Pontificia Universidad de Chile. Chile, 1999.
Berrendonner, Alain: Elementos de pragmática lingüística. Gedisa. Argentina, 1987.
Camps, Victoria: Pragmática del lenguaje. Peninsula. Barcelona, 1976.
Grice H.P: “Meaning” en The philosophical review (Vol. 66, No. 3). En: semantics.uchicago.edu/kennedy/…/f11/…/grice5…
Hall, Edward T. La dimensión oculta. Siglo XXI. México, 1992.
Jakobson, Roman: Ensayos de lingüística general. Ariel. Barcelona, 1984.
Siguan, Miguel: “Las funciones mágicas del lenguaje”. Universidad de Barcelona. Barcelona, 1993: www.raco.cat/index.php/anuariopsicologia/article/viewFile/…/88899 (
Leech, Geoffrey: Semántica. Alianza, Madrid, 1974.
[1] Utilizo la definición de calco fonético empleada por Eleanora Castelli en su artículo “Extranjerismos, calcos y préstamos: definición y ejemplos”. En: http://suite101.net/article/extranjerismos-calcos-y-prestamos-definicion-y-ejemplos-a49325#axzz2EIYbPAu4), ya que parece que define muy bien el fenómeno particular en “mai”.
[2] A favor de mi hipótesis, se observa, como fenómeno paralelo al que yo interpreto, el hecho de que en la ciudad de San Luis Potosí, se utiliza el vocativo “mi”, como apócope de “mi buen, ciudad que no es muy lejana a ésta que nos ocupa y entre las cuales existe movilidad poblacional. Esto lo sé, por mi experiencia de varios años en esa ciudad. Abonando al segundo sentido, se encuentra en lecho de que generalmente “mai” en esta ciudad se usa como tratamiento a alguien que, siendo del mismo nivel socioeconómico que el usuario, parece tener un grado relativamente superior de formación técnica respecto a él.
[3] Acepción tomada del Diccionario breve de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua: http://www.academia.org.mx/diccionarios/DICAZ/c.htm
[4] Para múltiples usos de “bro” en la jerga norteamericana consultar el Urban Dictionary: http://www.urbandictionary.com/define.php?term=bro
[5] La antífrasis es definida por el autor como una “figura por la que se quiere hacer entender lo contrario de lo que se dice; este lugar común de la retórica basa la ironía en la presencia, en la significación global del enunciado, de una contradicción lógica.”
[6] Según el mismo autor ésta se produce “cuando una proposición explícitamente indicada en el enunciado es desmentida por una información situacional o contextual implícita, pero que los interlocutores no pueden razonablemente ignorar.”
[7] Consultar: http://etimologias.dechile.net/?hijastro
[8] Véase al respecto el Diccionario breve de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua: http://www.academia.org.mx/diccionarios/DICAZ/g
[9] En este caso podemos hablar con H.P Grice (“Significado”, 1957) de un “significado ocasional”.
[10] Y este el uso que, de acuerdo al Diccionario breve de mexicanismos de Guido Gómez de Silva, prevalece en México.
[11] Algo parecido sucede en esta misma ciudad con el apelativo amigo, el cual es frecuentemente utilizado por un transeúnte que apela a otro para pedirle alguna información; elemento de función suavizante que se advierte de manera más clara en el slang de los comerciantes ambulantes y establecidos que llaman así a sus clientes para impresionarlos de una manera positiva y favorecer para el cliente un ambiente de confort durante el trato mercantil. (Esta información fue proporcionada por los mismos informantes y coincide también con mi experiencia personal en este sentido.)
[12] Ver Siguan, Miguel: “Las funciones mágicas del lenguaje”. Universidad de Barcelona, 1993. En: www.raco.cat/index.php/anuariopsicologia/article/viewFile/…/88899