Existe un lugar en el barrio de Marfil, en la ciudad de Guanajuato, que te va a encantar ver y caminar por él. Se trata de la ex Hacienda de San Gabriel Barrera, la más hermosa ex hacienda abierta al público general para ser admirada. Se ubica a un costado del hotel Misión. El lugar está abierto de 9 de la mañana a 6 de la tarde, todos los días. La entrada cuesta solo 40 pesos. Se puede llagar en un camión Marfil-Noria Alta o en una pecera Calzada-Prepa, la cual lo deja justo enfrente.
El visitante la recorre solo, siguiendo las indicaciones de las flechas dispuestas y empezando por el área de los jardines. Esta área cuenta con numerosos jardines como el oriental, el romano, el español, el de las pérgolas, el inglés el san Francisco, el de las rosas, etc. Cada uno de los cuales cuenta con arquitectura y decoración alusiva a la cultura en la que se inspira. La vegetación es hermosa y variada, con flores, árboles, arbustos y plantas de ornato. En medio hay un piscina y alrededor varios miradores desde donde se puede contemplar la zona desde lo alto, incluyendo uno con vista al río Guanajuato que surca la inmediación, y desde donde se puede escuchar el canto de las aguas. En este jardín se cuenta con agradables bancas donde es posible tomar un descanso o leer algo mientras se toma el fresco.
Seria imposible enumerar todas las especies vegetales que se encuentran en sus jardines cuidados, con pastos recortados y frescos, algunos con puentes, enredaderas, esculturas bellas o pinturas. Apreciar cada detalle es una aventura y en cada lugarcito se encuentran detalles hermosos que invitan a tomarse una foto allí. De hecho, el lugar es uno de los favoritos para hacer sesiones fotográficas de bodas y lincéanos, debido no solo a los espacios coloridos y amplios, sino a los juegos de luces que el sol va haciendo en las estructuras a lo largo del día.
En segundo lugar, está la casa de la ex hacienda, con diversos cuartos amueblados con objetos de época, principalmente de estilo español, de los siglos XVIII y XIX: tinas, roperos, camas, pianos, sillas de herrería y madera, con enseres como máquinas de escribir, lámparas, planchas de metal y otros objetos propios de un museo. Cabe señalar que algunas estancias cuentan con decorados de pinturas antiguas al óleo de santos o retratos de estilo barroco. Uno puede imaginarse viviendo suntuosamente en esa mansión, en una época histórica.
Finalmente, el recorrido termina donde iniciò; y entonces uno puede disfrutar de una bebida refrescante como cervezas (claras y oscuras) y bebidas alcohólicas nacionales y extrajeras, una copa de vino o algún coctel, así como café orgánico en diversas presentaciones. Igualmente puede comprar alguna botana.
Los amantes de la arquitectura, la jardinería y la historia local amarán este lugar, que también es ideal para pasar una tarde en familia o hacer una romántica caminata en pareja.