David Romero Morales es un joven librero guanajuatense, propietario de la librería La escalera, ubicada en el centro de la ciudad, donde vende libros nuevos, usados y “de viejo”. Él proviene de una familia de libreros, dedicada con apego a este oficio. Atiende su librería personalmente entresemana, siempre con mucho entusiasmado, preocupado por dar un excelente servicio al lector. De su padre aprendió el amor por el oficio y el gusto por la lectura. Lo que más disfruta como librero es despertar el interés por la lectura entre la gente, sobre todo en los niños. “Es una ocupación hermosa”, dice, “aprendo mucho de la gente y de los libros”.
Por su librería ha pasado toda clase de público, lo cual le ha permitido conocer a mucha gente diferente y trabar amistades, entre las cuales hay algunos reconocidos escritores, profesores o cineastas de la ciudad. Sus clientes son así de diversos, considerado que tiene libros de van desde los que cuestan diez pesos a los que tienen justamente un precio más especial, por ser exclusivos, antigüedades o rarezas.
Son ya muchos años de dedicarse a este negocio, a través del cual ha podido impulsar la cultura del libro en esta ciudad; pues sin duda, es la suya es la librería más importante de libros usados de la ciudad, lo cual permite a mucha gente acercarse a la cultura escrita a bajo precio. También fomenta el intercambio de libros y compra los libros que la gente ya no usa, a granel o por bibliotecas, para darles un nuevo sentido a su existencia en manos de un nuevo lector. Paralelamente a este, ha hecho un servicio a la comunidad como promotor cultural independiente, apoyando o gestando eventos sobre libros y literatura, desde que manejaba su anterior librería, librería Paz. Varias notas periodísticas en diversos medios locales y estatales dan cuenta de esta actividad.
Como librero, ha hecho trabajo itinerante en el Bajío: “es agotador pero muy emocionante; puedes llegar al lugar sin dinero y siempre es una aventura; conoces gente muy especial”. Pero principalmente participa en las ferias de la Asociación de Libreros “Lucio Marmolejo” de esta ciudad, como la que terminará este 3 de enero. En esta feria ha coordinado la logística de eventos culturales y literarios, como talleres para chicos y grandes y presentaciones de libros. Romero Morales explica que la librería tiene presencia en todas las expoventas celebradas varias veces al año el Jardín Reforma.
Acercar la lectura a los niños, desmitificando al libro, es una de las misiones de esta librería. Por otra parte, si tienes una propuesta de lectura pública, cuentacuentos o charla de divulgación, la librería tiene las puertas abiertas y está gustosa de colaborar tu proyecto emergente. Para eso se cuenta ahora con un espacio nuevo, el GG Café y Mate Mío, el cual abrió Romero Morales como emprendedor junto a sus socios Nino y Paola, y donde también se cuenta con libros de consulta y en venta. Para ello se tomarán todas las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades.
A decir verdad, Romero Morales es todo un luchador del libro. Ha resistido con su papel de acercar el libro a la gente a diversas malas políticas públicas, precarización del gremio e incluso esta pandemia, la cual afectó mucho a los libreros de esta ciudad. Era tanta la necesidad de seguir alentando la lectura en esta época de confinamiento, que el mismo dueño se para con un cartel a la puerta de su librería para acercar al lector y estimularlo directamente con su palabra. Siempre que puede, trata de realizar gestiones o labores que incidan directamente en la calidad de trabajo de su gremio, así como en la cultura del libro de la ciudad. Incluso desde las redes sociales; pues, por ejemplo, este verano tuvo un ciclo de charlas virtuales desde su librería donde autores jóvenes locales hablaban de sus creaciones.
Y es que su oficio de promotor cultural se sustenta en el amor al libro, en la relación estrecha de los lectores con ese objeto material pero también espiritual que es el libro. Desde esta trinchera promueve también a los escritores guanajuatenses haciéndoles un espacio en sus estantes, recibiendo sus libros y recomendándolos a los lectores. Cuenta con una sección especial de su librería dedicada a ellos. Le gustaría que hubiera más librerías en la ciudad, más lectores. Y su sueño es un Guanajuato lleno de libros y con muchísimas librerías más. Es por eso que sigue luchando. En su opinión, la ciudad debería tener una población lectora importante y vigorosa, para que la ciudad pueda llevar más dignamente el mote de “Capital Cervantina de América”.