Iván Mata es un poeta guanajuatense que es cada vez más conocido en nuestro medio y fuera de él. Es un poeta que arriesga no sólo su lenguaje, sino también su sanidad y su vida en una apuesta que parece imposible, al límite de la cordura y la locura. Se acompaña de cerveza, cigarros, drogas y medicamentos psiquiátricos. Pero también de libros que comenta en Facebook y que hacen de su cuarto un lugar más confortable. Y de terapias (escritura, citas con especialistas) con los que tiene compromisos desiguales. No tiene reparos en compartir sus experiencias límite con sus lectores, a través del internet, jactándose o confesándose vulnerable, expuesto al encuentro con un extraño y a lo que implica la falta de final sentido de todo el drama humano. Pasa los días oyendo música que para muchos es extraña, escribiendo sobre sus experiencias con el sexo y los amantes, con la soledad final y ese dejar un poco de carne y futuro en cada vaso, en cada bocanada de humo.
Esta suerte de inestabilidad le ha hecho ganar lectores fieles, pero también aprehensión de las personas que, preocupadas o celosas de su mundo interno convulso, no saben cómo interpretar sus maneras a veces erráticas, muchas veces valientes y sobre todo haciendo de sí mismo una ofrenda para la interpretación, en consonancia con el caos y la desesperanza de un mundo amargo atravesado por la desilusión y el espectáculo carnavalesco.
Su canal de Youtube, la continuidad de sus novelas y poemarios, la edición de la revista El conjuro de las letras, la amistad, sus otros proyectos mediáticos y la lectura lo mantienen vivo y ocupado por el momento, fuera del hospital, encerrado en sí mismo o abierto a que entren los vientos del arte que lo completa y resignifica.
- ¿Cuáles son las últimas lecturas que te han entusiasmado, interesado o hecho gozar mucho?
1280 almas de Jim Thompson es una gran novela negra, cruel. Como Un ciego con una pistola de Chester Himes. Son libros que me he encontrado en librerías de viejo con valor de 10 pesos. Las dos nos retratan mundos sórdidos y violentos donde los personajes no son ni buenos ni malos, y el lector es cómplice de las acciones del protagonista. No hay dilemas morales, o elegir una postura, solo nos dejamos guiar por el actuar del personaje principal, lo que para mí es ingenioso. El autor no se mete en ningún problema, solo relata una historia y el trabajo sucio se lo deja al lector.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia en el hospital psiquiátrico?
En un principió tenía la idea de que ingresar a un hospital psiquiátrico sería algo terrorífico, pero la primera vez que ingrese no tuve opción. Tuve que hacerlo, y fue una experiencia enriquecedora. Conocí otro mundo, me alejé del mío y eso me hizo bien porque conocí a diferentes personas que hicieron mi instancia en el hospital un lugar agradable y de compañerismo. La segunda vez que ingresé, ya tenía idea de lo que ocurriría. Todo sería igual: la rutina, pero los personajes fueron diferentes, siempre; y eso me encantaba porque estaba como en una obra de teatro, viendo y representando un papel dentro del hospital. En general, me fue bien. Y me ayudó a escribir.
- ¿Puedes hablarnos de Ivanna Kill? ¿De dónde surge la idea y de qué trata?
Ivanna Kill es el tercer poemario en el que estoy trabajando. Es el alter ego de un yo de hace tal vez tres o cuatro años. Surge de mi necesidad por fotografiar mis días. Dejar constancia de que estuve en el mundo. El poemario trata de Ivanna Kill en relación con el mundo que la rodea. Es su vista, sus experiencias, sus miedos: es ella anunciándose en voz alta.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia en el taller de José Kozer?
Excelente. El maestro José Kozer es una persona muy inteligente, por lo cual escucharlo hablar es una maravilla. Es muy puntual con sus observaciones con respecto a los trabajos que se han presentado en el taller. Creo que saldrá un buen resultado al final.
- ¿Puedes hablarnos de tus novelas? ¿Cómo se llaman y de qué tratan?
Tengo una novela encajonada, titulada Pirul. Novela que trabajé en el Fondo para las Letras Guanajuatenses, en su primera generación. Nuestro tutor fue el maestro Eusebio Ruvalcaba. La novela trataba sobre un grupo de compañeros universitarios y sus relaciones entre sí, y sus problemas sicológicos. En realidad, digo que está en el cajón porque creo fue un ensayo, una especie de ver si aguantaba escribir algo tan extenso. Y lo hice, la terminé. Pero la dejé ahí. Cuando entre a la quinta generación del Fondo, en novela otra vez, ya tenía una idea anticipada de lo que trataría la novela, es decir, algo más consolidado. En esta ocasión, me base en mi vida y en la vida de mis amigos. Tomé historias, anécdotas, recuerdos y los hice parte de la vida del personaje principal, Fabián Dávalos. Este personaje es despedido de la carnicería donde trabaja y desde ahí es cuando empiezan a ocurrirle ciertos eventos. Además, tiene un grave problema con sus vecinos, en especial con una de ella, a quien llama La Pelona. Este personaje odia a Fabián por ser alguien que oye cumbias casi todo el día a muy alto volumen y por ser homosexual. Está presente el tema de las drogas, y del amor imposible de Fabián por Cruz, otro personaje que aparece a lo largo de la novela como en sueños lúcidos, donde Fabian aún puede seguir contemplando al amor de su vida, y tocándolo. La novela tiene por nombre Bailemos cumbia, y fue resultado de trabajar con el tutor Geney Beltrán, quien me ayudó muchísimo en el proceso creativo de la novela.
- ¿Puedes hablamos del poemario que estás escribiendo?
Se titula Caisame con C de casa, y es una especie de conversatorio, un diario en forma poética, donde hablo de mis estancias en el hospital siquiátrico. Hablo de los personajes que encontré y de algunas situaciones de la rutina dentro del lugar. La idea es esa, de nuevo, fotografiar los instantes que pasé en un lugar encerrado y mostrarlo a los demás, desde mis ojos, desde mis palabras, desde como yo lo vi.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia en el taller de Jesús Aragón y qué te parece ahora que ha debido ser en línea?
Una maravilla. Yo recuerdo que me integré al taller solo por curiosidad. Creo eso fue hace 4 o 5 años. He conocido muy buenos escritores en el taller que con el tiempo se llegó a consolidar una buena amistad. Todavía nos frecuentamos, nos leemos, nos apoyamos y nos corregimos, que es lo importante, sin mayor ego que mejorar el texto que llevamos para compartir. El maestro Jesús Aragón ha sabido encausarnos a cada uno de nosotros hacia una voz poética sólida, un estilo que se diferencie y que proponga algo más a la literatura. Siento una gran admiración por el profesor, pues sin sus consejos y observaciones hacia mis textos no hubiera aprendido a trabajar con ahínco.
- ¿Cuáles es tu opinión de los chicos de la antología Las buenas nuevas y qué mensaje podrías darles?
Me parecen unos muy buenos poetas, con voces y estilos diferentes, lo cual es importantísimo. Y un punto a destacar de la antología; no se pretende establecer una idea de la poesía, permite dar espacio a distintas maneras de trabajar la palabra. A todos ellos los conozco personalmente, con algunos he trabajo en el taller de Jesús Aragón, por lo que para mí es fácil identificar sus temas. Yo podría decirles que no dejen de escribir, y que sigan haciéndolo desde las entrañas, como si estuvieras limpiando tu organismo de todo lo malo.
- ¿Cuándo se darán los resultados de la convocatoria de la revista El conjuro de las ranas y cuándo sale el primer número?
Será en la segunda semana de diciembre.
- ¿Qué le dirías a esa gente que piensa que tu imagen como autor es en parte una pose malditista que llega a cansar?
Qué bueno que lo piensen.
- ¿Crees en la poesía como una salvación?
Sí. A veces da miedo pensarlo.
- ¿Cuáles son tus planes para el próximo año?
No tengo ninguno.
- ¿Cómo te sientes con tu diagnóstico como persona con Trastorno Limítrofe de la personalidad?
Pues me reconozco como una persona con un trastorno, por lo tanto estoy en proceso de mejorar ciertos aspectos de mí.
- ¿Crees en el amor como salvación?
Sin el amor no seríamos nada.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia con el amor?
Fuerte, pero me ha ayudado a escribir.
- ¿Cuáles son tus referentes de la poesía contemporánea mexicana?
Ángel Ortuño, Montserrath Campos Sánchez, Eduardo Padilla, Eva Karen, Pedro Mena Bermúdez, entre otros.
Iván, relaciona una palabra
Poesía – Terapia
Novela – Historia
Amor – Tristeza
Sexo – Caos
Drogas – Soledad
Música – Liberación
Cine – Belleza
Alcohol – Frío
Cigarro – Fidelidad
Locura – Abandono
Iván Mata en Facebook, el día de ayer:
“En enero de este año me inscribí a un taller de pintura en la casa de la cultura, lo hice como sugerencia de mi psuquiatra (sic). Tenía años que no dibujaba algo, nada. Pero me concentré, y salió eso, y otras cosas que tengo por ahí. Es a puro lápiz de color Bic. Dejé de ir a la segunda semana, preferí las drogas.